sábado, 14 de noviembre de 2009

COLEGIADO DISTINGUIDO COL. QUÍMICOS Y ANQUE. AGRADECIMIENTO


Queridas amigas, queridos amigos, estimadas compañeras y compañeros, solo en un foro como este podría dirigirme a todos tan informalmente, sin escalafones ni peldaños piramidales en los que se indican cargos o categorías profesionales.
Y esto es posible porque, como todos los años, por fortuna, nos reunimos para celebrar San Alberto y la Ciencia Química en un acto que nos ha unido, independientemente de nuestra actividad profesional, a lo largo del tiempo.
Un tiempo que empezó con nuestros estudios en las distintas Facultades de Ciencias Químicas y en la muy cariñosamente recordada “antigua Facultad”, en donde, desde el primer curso adquirimos, de forma progresiva y cada vez más compleja, año tras año, unos conocimientos y habilidades tan importantes para nuestra futura vida profesional como la proyección estereográfica del giroedro, la fórmula de Kutta-Joukowski, el doblado correcto de tubos ya que, en caso contrario, podían ser pasto de la lima triangular, aprendimos, digo, que el mejor phmetro era la punta de la lengua en la que la acidez picaba y la basicidad amargaba, que la resolución de problemas policía nos podría llevar directamente a ser inspectores en investigación, tanto en Inorgánica como en Orgánica, que en un enchufe de 380 voltios podíamos introducir los dedos de la mano sin ningún problema, claro, siempre que fuesen el índice y corazón de la misma mano ya que los famosos electrones recorrían la distancia más corta sin problemas y, ¡oh sorpresa!, nunca podremos olvidar el descubrimiento de la mezcla crómica y de la "budeta", aparato harto complicado para la época, que nunca nos decía al oído los miles por ciento de error cometidos con ella y ¡anotados celosamente en una libretita!; siempre recordaremos el despertador marcahoras, la dilución infinita del agua, la nabla e incluso la nabla al cuadrado, que fumar era muy saludable en el laboratorio de química orgánica ya que el sabor de la nicotina y el humo enmascaraban olores fétidos de determinados compuestos volátiles, y por terminar hoy y no el día de Navidad, tenemos que señalar muy especialmente el descubrimiento de la “escritura normal” del bolígrafo “BIC cristal”, negro, en determinados exámenes realizados en el aula número uno.        
Alguno de los presentes creerá que estoy diciendo “irreverencias”, pero mis compañeros de carrera saben el cariño con el que  describo, brevemente, el anecdotario personal de alguno de nuestros profesores.
Tengo la suerte de pertenecer a una promoción unida como pocas y en la que se empezó a ensayar con ella el “plan nuevo”: tres cursos comunes y dos semicomunes y con asignaturas de especialidad muy procedimentales. Así, recuerdo que durante las largas horas en plena libertad en los laboratorios, conocimos a nuestros amigos Lino y Pepe, muy justamente distinguidos hoy, que por esas fechas realizaban sus tesis doctorales con dos de los mejores aparatos habidos hasta el momento en la Facultad: un cromatógrafo en fase líquida y otro en fase gaseosa que ocupaban una tercera parte del laboratorio. Los compañeros que pertenecíamos a la especialidad “dueña” de tan sofisticados aparatos pululábamos alrededor de ellos y eran para nosotros un ejemplo a seguir.
Esta corta pero muy añorada etapa acabó. Muchos de nosotros, queriendo tener un cordón de unión con la representación profesional en todos los ámbitos, nos colegiamos. Y aquí seguimos.
Nombrar al Colegio y a la Asociación en la Región de Murcia sin hacer referencia a Antonio y su equipo es absurdo. Ambas instituciones nunca habrían alcanzado las cotas de prestigio y profesionalidad que poseen en este momento sin ellos. De igual forma, los servicios propios de unas entidades de su rango, la ayuda a los nuevos licenciados y colegiados, así como la formación permanente, son necesarios, eficaces, e imprescindibles.
Creo poder decir sin equivocarme ni un ápice que el Colegio y la Asociación han sido el referente que ha unido a profesionales en todos los campos de la Química y para mi, particularmente, han sido quienes me han proporcionado ideas y, en muchas ocasiones, medios para llevar a cabo proyectos de enseñanza modernos y eficaces.
Mi agradecimiento al Colegio y a la Asociación son inmensos y mi satisfacción por esta distinción máxima. En cualquier caso, creo que otros muchos colegiados tendrían que recibir esta distinción más merecidamente que yo. Muchas gracias.


                                                                                             Antonio campillo Ruiz
Murcia, 14 de noviembre de 2009





1 comentario:

  1. Estoy de acuerdo en que muchos otros compañeros tuyos deberían recibir también ese preciado reconocimiento pero difiero en la pequeña apostilla de "más merecidamente que yo".
    Porque, recordarás la anécdota de D. Miguel de Unamuno con el rey borbón (sí, así con minúsculas, no es un lapsus calami).
    Ya sabes, cuando éste le condecoró (tras algún que otro agravio), D. Miguel en su discurso dijo:"Gracias majestad por esta condecoración que bien merezco"
    A la salida, el rey le dijo:"D. Miguel, hasta ahora todo el mundo al que he condecorado me ha dicho lo contrario que usted, ... que si no lo merecían..."
    D. Miguel respondió escueto:"Porque era verdad, majestad"
    De modo que, agradece al IL. Col. de Químicos y a ANQUE, esa distinción que bien mereces.
    Felicidades a toda tu promoción,sois de lo mejor que ha pisado vuestra querida Facultad en la que también yo estudié mi primer curso de carrera, el famoso "Selectivo de Técnicas", año en el que conocí a muchos de ellos que, también para mí, eran como una gran familia.
    Tu hermana.

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