domingo, 14 de febrero de 2010

SIMBOLOGÍA EN LUGARES INSÓLITOS

El dólar americano: algunos símbolos

En la parte superior derecha del billete se halla un diminuto mochuelo, alusión a Minerva (o lechuza de Atenea) y símbolo de los Illuminati, una secta que soñaba, utópicamente, con la desaparición de las monarquías y de la iglesia cristiana, fundada por Adam Weishaupt en 1776 en Ingolstadt (Alemania) a partir del modelo de la masonería.


En el dorso del billete se encuentra el Sello de Estados Unidos, diseño aprobado por el Congreso en 1782 e introducido en el billete por orden de Roosevelt en 1935, el cual consta de la famosa pirámide de 13 escalones (por los 13 estados iniciales), en cuya cúspide está el Ojo que todo lo ve, asociado desde el Renacimiento con Yahvé y adoptado por los masones para representar al Gran Arquitecto del Universo.

 
La parte superior de la pirámide lleva el lema Annuit Coeptis, frase tomada del libro IX de la Eneida - "Iuppiter omnipotens, audacibus adnue cœptis", esto es, “Todopoderoso Júpiter, favorece mis atrevidas empresas” -, que literalmente significa «Justificó las cosas que inició».

En la parte inferior se registra Novo Ordo Seclorum, frase tomada de la cuarta égloga de Virgilio ab integro saeclorum nascitur ordo”, o sea, “El nuevo orden de los siglos”. En la base aparece MDCCLXXVI (1776), año de la independencia de los Estados Unidos y de la fundación de los Illuminati.

En cuanto al número 13, su testimonio es reiterativo; no sólo la pirámide tiene trece peldaños sino que figuran: 13 estrellas en forma de estrella de David sobre el águila - símbolo de Júpiter/Zeus -, 13 letras en “E Pluribus Unum”, 13 letras en “Annuit Coeptis”, 13 barras verticales en el escudo, 13 rayas horizontales en la parte superior del escudo, 13 hojas en la rama de olivo y 13 flechas. Para los masones el 13 es el número de la transformación.



También, curiosamente, se puede formar la estrella de David si se unen las letras: A de Annuit, S de Coeptis, N de Novus, O de Ordo y M de Seclorum




A pesar de lo comprobado, no se puede presentar la revolución americana como una obra de la masonería, si bien algunos de los protagonistas del proceso revolucionario fueron masones: G. Washington lo fue desde su juventud y B. Franklin fue el primer venerable de la logia de Filadelfia y el impresor de las Constituciones de Anderson en 1734. De los 55 hombres que firmaron la Declaración de la Independencia, solo 9 eran masones reconocidos y de los 39 que aprobaron la Constitución en 1787, solo 13 eran o se convirtieron en masones. Los más prominentes masones se mantuvieron fieles a Jorge III de Inglaterra: 5 de los 7 grandes maestros provinciales apoyaron al rey y condenaron la subversión.

La masonería se había introducido en las colonias británicas de América hacia 1730 por los soldados ingleses y se convertiría en una institución defensora de la dignidad humana y de la fraternidad con un propósito ético: el perfeccionamiento de sus miembros mediante un edificio simbólico representado por la humanidad, cuyos tres pilares serían la sabiduría, la fuerza y la belleza.

El Capitolio de Washington reúne numerosos símbolos masónicos, como la estatua de la Libertad que corona su cúpula, obra del masón Thomas Crawford.

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