domingo, 27 de junio de 2010

TEORÍAS CIENTÍFICAS Y DOGMAS

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BIG-BANG, EVOLUCIÓN Y CREACIONISMO

Antonio Campillo Ruiz


   Hasta los años sesenta del siglo pasado no se pudo explicar una teoría acertada sobre el origen del Universo actual. Basándose en un riguroso estudio de la luz y un descubrimiento que se aplicaba únicamente al sonido, el efecto Doppler(1), se desarrolló la teoría actual de la expansión del Universo. Se la denominó “Teoría del Big Bang”, “Gran Explosión” y, actualmente “El Modelo Corriente” que contiene indicaciones mucho más precisas y específicas sobre el Universo.


   Dos investigadores, Penzias(2) y Wilson(3), detectaron microondas(4) procedentes del espacio exterior que poseían una particularidad: su intensidad era la misma a pesar de dirigir la antena hacia diferentes puntos. Esta radiación parecía llenar todo el espacio por lo que dedujeron que no podía ser producida por ninguna estrella, galaxia ni cuerpo estelar en particular. Ante este experimento, los físicos teóricos y, especialmente Stephen W. Hawking(5), dedujeron que esta emisión de ondas podría ser compatible con la hipótesis de que el Universo fue enormemente denso y caliente en su principio habiendo sufrido una explosión que se produjo simultáneamente en todas partes llenando el espacio y haciendo que todas las partículas se alejasen entre si.


   Esta hipótesis se materializó en la teoría de “Un todo en el espacio” que puede comprenderse como un Universo Infinito o un Universo Finito que se curva sobre si mismo como la superficie de una esfera. Ambas teorías no son fáciles de comprender pero en el principio del Universo poco importa que el espacio sea o no infinito.


   Una centésima de segundo después de la explosión, la temperatura era de unos cien mil millones de grados centígrados, 1011 ºC. Es la mayor temperatura alcanzada jamás en el Universo. En estas condiciones energéticas la materia se descompuso hasta sus  partículas(6) más elementales y con características peculiares. Así, por ejemplo, la cantidad de electrones y positrones existentes era prácticamente la misma siendo que este fenómeno sólo ocurre en fenómenos de altas energías como la formación de una supernova o experimentos de laboratorio específicos.


   De igual forma, existían neutrinos de diversos tipos, con sus peculiares y fantasmales característica, y gran abundancia de fotones, generados continuamente a partir de energía pura y aniquilados tras una corta vida. La cantidad de fotones activos y destruidos se debe establecer mediante el balance entre los procesos de creación y destrucción de los mismos. 


   Esta “sopa cósmica”, a una temperatura de 1011 ºC, poseía una densidad de 4.109 Kg/m3, es decir 4.109 veces mayor que la densidad del agua. Fijémonos, una densidad de 4.000.000.000 Kg/m3, cuatro mil millones de kilos por metro cúbico. Inmensa.

   También existía una pequeña contaminación de partículas más pesadas, componentes futuras de los actuales núcleos atómicos, los protones y neutrones. Pero su proporción era casi despreciable: un protón y un neutrón por cada mil millones de electrones, positrones, neutrinos o fotones.


   A una décima de segundo de haber comenzado la explosión, la temperatura empezó a disminuir paulatinamente y, en el primer segundo era ya de 10.000.000.000 ºC, 1010 ºC, y después de catorce segundos sólo de 3.000.000.000 ºC, 3.109 ºC. A partir de este momento la temperatura era suficientemente baja para que materia y antimateria, electrones y positrones, se destruyesen más rápidamente de la velocidad a la que formaban y al alcanzar los mil millones de grados centígrados, 109 ºC, a los tres minutos de la explosión, protones y neutrones empezaron a formar núcleos complejos que, iniciados con el Hidrógeno y sus isótopos más pesados Deuterio y Tritio. Empezaron las reacciones de fusión nuclear obteniéndose elementos más complejos como el Helio.


   Al final de estos tres primeros minutos la “sopa cósmica”, mucho menos densa y con menor temperatura, contenía fotones, neutrinos, antineutrinos, pequeñas cantidades de electrones que habían escapado del aniquilamiento electrón-positrón y un 73 % de Hidrógeno y un 27 % de Helio. 

   Progresivamente, conforme bajaba la temperatura y disminuía la densidad, los gases resultantes, bajo la acción de fenómenos gravitatorios, comenzaron a agruparse hasta condensarse y formar las galaxias y estrellas actuales. El Universo conocido.


   Demos un salto en el tiempo, creemos, amigos lectores, una elipsis temporal muy, muy, grande. Nuestro Sistema Solar se formó hace unos cuatro mil quinientos millones de años, (4.500.000.000, 4,5.109 años). Aproximadamente unos diez mil millones de años después de producirse el Big Bang (10.000.000.000, 1010 años). Las condiciones planetarias necesarias, muy peculiares, para la existencia de lo que conocemos como nuestra forma de vida, existieron a partir de la “sopa de elementos y compuestos” químicos que, al igual que la “sopa cósmica” se reorganizaron basándose en cadenas de átomos de carbono y algunos otros como hidrógeno, oxígeno, nitrógeno y fósforo. 


   Experimentos como los realizados por Oparin(7), constatan que la “sopa de elementos y compuestos” existente en la Tierra, sometida a las condiciones señaladas y en un tiempo infrecuentemente corto provocó el caldo de cultivo fundamental para la formación de complejos compuestos químicos. Stephen W. Hawking, el físico teórico que ha desarrollado y explicado la teoría del Big Bang, dice: “Hay evidencias fósiles, de la existencia de ciertas formas de vida en la Tierra hace aproximadamente tres mil quinientos millones de años. Esto pudo haber sido apenas 500 millones de años después de que la Tierra llegase a estabilizarse y a enfriarse lo bastante como para que la vida apareciera. Pero la vida habría podido tardar siete mil millones de años en desarrollarse, y todavía le sobraría tiempo para el desarrollo de seres que como nosotros, podrían preguntarse sobre el origen de la vida. Si la probabilidad del desarrollo de vida en un planeta dado, es muy pequeña, ¿por qué sucedió en la Tierra, en tan solo 1/14 del tiempo total disponible?”

Stephen W. Hawking
 

   Esta pregunta puede ser una de las causas por las que el creacionismo y la teoría de la generación espontánea, de la aparición vida en la Tierra, haya tenido una mínima explicación malinterpretada, no demostrada e irracional. Para poder admitir la teoría creacionista debemos “creer” que algunos de esos átomos llegaron a ordenarse en forma de moléculas de ácido desoxirribonucléico, ADN. Crick(8) y Watson(9) descubrieron su peculiar forma de doble hélice. Entre las dos cadenas entrelazadas hay pares de ácidos nucleicos. Posee cuatro tipos de ácidos nucleicos: adenina, guanina, citosina, y timina. En una de las cadenas, la adenina siempre va con su compañera la timina, en la otra, siempre van a dúo la guanina con la citosina.


La secuencia de ácidos nucleicos en una cadena define una secuencia única y complementaria en la otra cadena. Ambas cadenas pueden entonces separarse y cada una actúa como una plantilla para construir otras cadenas. De este modo las moléculas de ADN pueden reproducir la información genética, cifrada en sus secuencias de ácidos nucleicos. La complejidad de la que se denomina molécula de la vida, el ADN, es tal que, teniendo en cuenta que la cantidad de ácidos nucleicos en el ADN de un ser humano es de tres mil millones de moléculas, su especial organización es inverosímil que se produzca espontáneamente. 
 

   Lo que si es posible es que de la existencia de moléculas más sencillas se fuese formando, a lo largo de un tiempo muy largo y en unas condiciones cambiantes progresivamente, otros compuestos que llegasen a producir el complejo ADN. Por ejemplo, el ácido ribonucléico, ARN, y especialmente el ARN mensajero, molécula mucho más simple y sin la complejidad de la doble hélice. Las cortas longitudes del ARN pueden reproducirse y codificar mensajes para la formación de ADN. Tras quinientos millones de años, cuando la Tierra empezó a estabilizarse y, teniendo en cuenta los océanos que cubrían la mayor parte de la Tierra, la probabilidad de transformación del ARN y la producción de compuestos más complejos es más que razonable.


   Mientras el ADN tuvo “ayudas” para poder autorreproducirse, habrían sucedido errores al azar. Muchos de estos errores fueron dañinos, y murieron. Otros serían neutrales, lo cual significa que no afectaron la función de los genes. Tales errores contribuirían a una deriva genética gradual, lo cual parece ocurrir en todas las poblaciones. Y otros errores habrían sido favorables para la supervivencia de la especie. Estos se seleccionaron y escogieron por la selección natural de Charles Darwin(10). El proceso de la evolución biológica fue muy lento al principio. Llevó dos mil quinientos millones de años.

 Charles Darwin

   El desarrollo de animales multicelulares a partir de las células más tempranas, y después de mil millones de años más, el desarrollo a través de peces y reptiles, de los mamíferos parecía lento pero imparable. Entonces la evolución pareció que sufrió un acelerón. En solo unos cientos de millones de años, los primeros mamíferos evolucionaron hasta nosotros. La razón es, que los peces ya contenían una gran parte de los órganos importantes de los humanos, y los mamíferos prácticamente todos. Es decir, todo lo que se requería para el desarrollo humano a partir de los primeros mamíferos, como los lémures, era un poco de afinación y ajuste.


   Para finalizar, creo que debemos reflexionar sobre unos aspectos importantes tras la compleja lectura anterior. Debemos tener en cuenta que los seres que denominamos “vivos” deben poseer dos matices imprescindibles para que se definan como tales: 1 – Un sistema de instrucciones que le dicen cómo sostenerse y reproducirse, y 2 – Un mecanismo para realizar estas instrucciones. Biológicamente se denominan, respectivamente, genes y metabolismo.

 Virus biológicos

   A pesar de simpleza, merece la pena resaltar lo innecesario de una naturaleza biológica para que se cumplan estos aspectos imprescindibles. Así, un virus de ordenador está formado por un programa que realiza copias de si mismo en la memoria en donde se aloja y las transfiere a otros ordenadores, por lo que se reproduce. Al igual que un virus biológico, ambos son formas especiales ya que contienen instrucciones, genes, pero no poseen ningún metabolismo propio. Sin embargo, reprograman el metabolismo de otro ordenador o de la célula huésped.

Recreación de virus informático

   Muchos científicos han cuestionado si un virus biológico debería estar incluido entre los seres denominados vivos ya que, como son parásitos celulares, no pueden existir fuera de sus huéspedes. Si esto fuese así, tendríamos que decir que la mayor parte de las formas de vida, los humanos incluidos, son parásitas ya que dependen y no pueden existir sin otras formas de vida. Es posible que esta reflexión aportase una pequeña luz sobre la naturaleza de la raza humana ya que la única forma de vida que ha creado hasta ahora es destructiva. En otras palabras, los seres humanos sólo sabemos crear vida a nuestra imagen y semejanza.

REFERENCIAS.-

Se han seleccionado referencias de web sencillas de leer y que contienen datos suficientes para la consulta que se pueda realizar.







3 comentarios:

  1. Yo prefiero pensar en la teoría del big bang, me parece mucho más creible y sobre todo mucho más científica...

    Interesantísimo, como siempre...

    Muchas gracias amigo...

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  2. Estimado colega,
    lo escribo casí burlandome de mí misma porque estudié química orgánica hasta un doctorado(no el máximo, un pequeño, que llamabamos de tercer ciclo) pero ahora no sé casí nada. Lo poco que me queda, con nociones de biología, me permite apreciar su artículo bien documentado, tanto que no ví todos los vídeos pero lo haré más tarde.
    Me gustaron las referencias a Hawkings, pensé en Reeves. Me encantó el humor de la frase final.

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  3. ANTONIO, estás hecho todo un físico informático pedagogo.

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