miércoles, 31 de marzo de 2010

EL REINO DE SATURNO


SATURNO, EL GIGANTE BELLO

Antonio Campillo Ruiz


   La gran velocidad de su movimiento de rotación produce un efecto, visible desde la Tierra: el achatamiento de sus polos. Su densidad, de solo 690 kg/m3 frente a la del agua, 1000 kg/m3, se debe a su composición química: hidrógeno, helio, metano, vapor de agua y, en cantidades muy pequeñas, amoníaco, etano y fosfina. Todos ellos gases.

 Fases de Saturno

   Es el segundo planeta más grande de nuestro Sistema Solar y posee un radio ecuatorial diez veces mayor que el de nuestro planeta, a pesar de ello su gravedad es menor que la que soportamos nosotros.  


   Como su período de rotación es de solo unas diez horas y media (teniendo en cuenta el ecuatorial y el interno), la velocidad de movimiento de sus gases en el ecuador es de unos 500 Km/h, velocidad inconcebible del viento en nuestra Tierra. Posee sesenta y un satélites conocidos aunque diversos autores consideran que solo son dieciocho, además de estar en estudio cuatro o cinco no determinados próximos al planeta. De entre ellos, destacaremos por ser los más estudiados a Enceladus, Titán, Mimas, Rea, Jápeto, Dione Hiperión, Febe y Tetis.


   Pero, en un Sistema Solar algo aburrido y pequeñito, Saturno es una belleza debido a sus anillos. Son visibles con unos simples gemelos cuando se encuentran perpendiculares a nuestro campo de observación. Son preciosos. Poseen el encanto de lo desconocido, del orden perfecto y de su juventud. Son muy jóvenes y por ello son tan visibles. Si fuesen de materia vieja (lo joven y lo viejo en nuestro sistema solar están medidos por unidades incomprensibles para nosotros, como el millón de años) estarían ennegrecidos por el polvo cósmico.


   Las fuerzas de gravedad de los satélites y la fuerza centrífuga del planeta mantienen este perfecto orden en las partículas de sus anillos, las cuales van desde el tamaño microscópico hasta el macroscópico (como edificios de dos plantas).

 Saturno. Colores digitalizados.

   Más de cuatrocientos años después de descubrirse los anillos y, tras muchas suposiciones, siguen siendo el maravilloso misterio de Saturno.  


martes, 30 de marzo de 2010

NI SE SABE NI SE ESCONDE


DON JUAN DE TASSIS, CONDE DE VILLAMEDIANA

María Luisa Arnaiz Sánchez

 ESCUDO DE ARMAS DEL CONDE DE VILLAMEDIANA

   D. Juan de Tassis y Peralta, segundo conde de Villamediana, nació en 1582, reinando en España Felipe II. Pasó un tiempo en la universidad de Alcalá pero no llegó a estudiar ninguna carrera y se casó a los 19 años con Ana de Mendoza y de la Cerda, descendiente del marqués de Santillana, la cual, aunque no aportó dote al matrimonio, le dio gran prestigio e hijos que no sobrevivieron a la infancia. A la muerte de su padre en 1607 heredó el cargo de ‘Correo Mayor de España’.

   Por entonces, la nobleza vivía con excesiva ostentación y sin producir bienes para la sociedad, siendo el conde la quintaesencia del caballero cortesano, además de un brillante poeta. El rey Felipe III, por ejemplo, que había dejado el gobierno al duque de Lerma y que no tenía con qué pagar a sus criados, se jugaba y perdía en una sola noche 1.100.000 reales, mientras que su valido pedía y lograba el capelo cardenalicio para estar protegido contra la acusación de haber acumulado desorbitadas riquezas mediante fraude. Todavía hay españoles que repiten, entreviendo el destello de una vívida imagen, esta tercerilla anónima: “Para no morir ahorcado / el mayor ladrón de España / se vistió de colorado”.


El Duque de Lerma. Pompeyo Leoni. valladolid

   Cuando el conde tenía 29 años se marchó a Nápoles, donde alcanzó fama de poeta y derrochador, y a su regreso a Madrid, después de seis años, encontró la corte tan cambiada que escribió: “Vuelvo a Madrid y no conozco el Prado, / y no lo desconozco por olvido / sino porque me consta que es pisado / de muchos que debiera ser pacido, de modo que empezó a utilizar la sátira contra todo lo que no le gustaba y concitó muchos odios. Como muestra de su ironía, léanse estos versos:

De un alguacil, llamado Pedro Vergel: ¡Qué galán entró Vergel / con cintillo de diamantes! / Diamantes que fueron antes / de amantes de su mujer.

De don Juan de España: Jura España por su vida / que nunca cenó en su casa / y es que sin cenar se pasa / cuando nadie le convida.

Del marqués de Malpica: Cuando el marqués de Malpica, / caballero de la Llave, / con su silencio replica, / dice todo cuanto sabe.

Del padre Pedrosa, predicador del rey: Un ladrón y otro perverso, / desterraron a Pedrosa / porque les predica en prosa / lo que yo les digo en verso.

A una señora que se facilitaba por dinero: Éntrale el basto siempre a la doncella / cuando de oros el hombre no ha fallado […].

A los del concejo que habían erigido una fuente con la figura de un perro: Tanto poder tiene el trato / de las malas compañías / que pienso que en pocos días / ese perro ha de ser gato.

Del duque de Lerma decía al rey: Abra vuestra Majestad / los ojos […] Las Indias están rindiendo / el oro y plata a montones / y España con sus millones, / […] la van destruyendo; / cada día están vendiendo / cien mil oficios, señor; usan muy grande rigor / en destruir vuestra tierra; / gastóse aquesto en la guerra… / o en Lerma, diré mejor “.

 ESCUDO DE ARMAS DE FELIPE III


ESCUDO DE ARMAS DEL DUQUE DE LERMA

   Antonio Hurtado de Mendoza dejó este retrato del conde: Ya sabéis que era Don Juan / dado al juego y los placeres; / amábanle las mujeres / por discreto y por galán. / Valiente como Roldán / y más mordaz que valiente […] / Muy diestro en rejonear, / muy amigo de reñir, / muy ganoso de servir, / muy desprendido en el dar. / Tal fama llegó a alcanzar / en toda la Corte entera, / que no hubo dentro ni fuera / grande que le contrastara, / mujer que no le adorara, / hombre que no le temiera […]

   Muerto Felipe III, el conde fue nombrado gentilhombre de Isabel de Borbón, la mujer de Felipe IV, y al parecer se enamoró de ella. Se cuentan osadas anécdotas al respecto: tomarla en brazos para salvarla del fuego en un escenario, que se dijo provocado por él a tal fin; ostentar el lema “Son mis amores + unas monedas de real”, o sea, ‘reales’ (jugando con la anfibología), que figuraba en la banderola con que acudió a los toros; o el diálogo entre la reina y el rey ante una faena taurina del conde: “¡Qué bien pica el conde!”, dijo ella, contestando el rey “Pica bien pero pica alto”.

ISABEL DE BORBÓN. ANÓNIMO. EL PRADO

   Tanto encono provocó y era la envidia tanta que fue acusado de pecar “contra natura” - las denuncias a la Santa Inquisición eran anónimas y en muchos casos se hacían por resentimiento o por traición - y gracias al testimonio de Alonso Cortés y del doctor Marañón conocemos no solo que el conde fue juzgado por sodomía post mortem, sino que la documentación que consultaron desapareció del archivo de Simancas tras su visita. Quevedo, con su habitual maledicencia, jugó con el doble sentido entre el cargo de Correo Mayor del conde y sus supuestas aficiones sexuales en esta redondilla: Que a ser conde hayáis llegado / tan a prisa y tan sin costa, / no es mucho, si por la posta / habéis, conde, caminado.

   En Noticias de Madrid se dice en diciembre de 1622: “A 5 quemaron por el pecado nefando a cinco mozos. El primero fue Mendocilla, un bufón. El segundo, un mozo de cámara del conde de Villamediana. El tercero, un esclavillo mulato. El cuarto, otro criado de Villamediana. El último, fue Don Gaspar de Terrazas, paje del duque de Alba. Fue justicia que hizo mucho ruido en la corte”.


   Villamediana fue asesinado. En un códice de la Biblioteca Nacional de Madrid se puede leer: “Este año de 1622, a 18 de agosto (fue en realidad el 21), mataron al Correo Mayor, a boca de noche en la calle Mayor, junto a la de los Boteros, yendo en su coche, un hijo del Marqués de Carpio, y dicen que le mataron con un arma como ballesta al uso de Venecia y que se callase se mandó.”

   Quevedo, sin embargo, huye de la concisión y refiere: "Habiendo el confesor del Rey…advertídole que mirara por sí, que tenía peligro su vida, el Conde no le hizo mucho caso…salió un hombre del Portal de los Pellejeros, mandó parar el coche so pretexto de dar un recado urgente al Conde y reconocido, le dió tal herida que le partió el corazón. El Conde, animosamente, asistiendo a la venganza más que a la piedad, exclamó "Esto es hecho" y empezando a sacar la espada y quitando el estribo, se arrojó a la calle donde expiró luego, entre la fiereza de este ademán y las pocas palabras referidas”.

Muerte de Villamediana. MANUEL Castellano. el Prado

   La justicia hizo diligencias para buscar a quienes habían matado al conde pero, según los rumores, con orden de echar tierra sobre el asunto, de forma que el crimen quedó impune. Una décima atribuida bien a Góngora, bien a Lope, se hace eco del sentir popular: “Mentidero de Madrid, / decidnos: ¿quién mató al conde? / Ni se sabe ni se esconde. / Sin discurso, discurrid. / Dicen que le mató el Cid, / por ser el conde Lozano. / ¡Disparate chabacano! / La verdad del caso ha sido / que el matador fue Bellido / y el impulso soberano”, cuyas insinuaciones apuntan a las altas instancias del reino  (el conde duque de Olivares y el Rey) como causantes del asesinato.

    El conde de Villamediana es silenciado hoy en los libros de texto y, según mi opinión, se debe a que la Literatura hace dúo con la asignatura de Lengua. Podrán conocerse otras composiciones sobre el tema del soneto de Villamediana que se aduce a continuación (verbi gratia, Lope de Vega: “Desmayarse, atreverse, estar furioso” y Quevedo: “Es hielo abrasador, es fuego helado”), pero creo que el conde va más allá que los poetas mencionados porque en su poema la forma (la oscilación entre contrarios) está entretejida de tal manera con el fondo (el deseo), conformando un todo de posibilidades inabarcables. 

                                Determinarse y luego arrepentirse,
                                empezar a atrever y acobardarse,
                                arder el pecho y la palabra helarse,
                                desengañarse y luego persuadirse;


                                comenzar una cosa y advertirse,
                                querer decir su pena y no aclararse,
                                en medio del aliento desmayarse,
                                y entre el temor y el miedo consumirse;


                                en las resoluciones, detenerse,
                                hallada la ocasión, no aprovecharse,
                                y, perdida, de cólera encenderse,


                                y sin saber por qué desvanecerse:

                                efectos son de Amor, no hay que espantarse,
                                que todo del Amor puede creerse.

NOTA: En el escudo de armas del conde de Villamediana figura un tejón, ‘taso’ en italiano, a causa del apellido ‘Tassis’.


domingo, 28 de marzo de 2010

LA SOLEDAD SEGÚN WALT DISNEY


ALGO MÁS QUE ANIMACIONES

Antonio Campillo Ruiz

   Con una extensa carrera en el cine de animación y cortometraje, innovador y con un equipo de trabajo que aún hoy realiza proyectos complejos, Walt Disney ha sido elogiado por ser un mago del lenguaje cinematográfico.

 Walt Disney en 1922

   Sin él la animación, probablemente, habría perdido a un trabajador infatigable e ingenioso. De él han adquirido otros muy dignos autores, enseñanzas e ideas que han ido estableciendo y consolidando a la animación como un género cinematográfico que compite, en igualdad de atractivo, con el cine de ficción actual.

Walt Disney en 1944

   A pesar de todo, creo que no podemos hacer mención exclusivamente a los aspectos técnicos de las realizaciones cinematográficas. La estructura argumental, que se configura en el guión, tanto literario como técnico, es fundamental en una producción que, generalmente, se dirige a los niños.

   No se debe olvidar que su colaboración con el FBI  (hasta su muerte) abortó “…todo elemento que atentara contra la nación norteamericana…”. Su idea de defender  a la nación es meritoria pero, claro, sin que ello suponga desprestigiar, vejar y obligar a abandonar su trabajo, a profesionales por considerarlos “supuestos elementos antinorteamericanos”. Fue un miembro destacado de la reunión que tuvo lugar los días veinticuatro y veinticinco de noviembre de mil novecientos cuarenta y siete en el hotel Waldorf Astoria, en Nueva York, en la que se concluyó con la llamada “Declaración Waldorf”. Ella fue la que abrió el camino de la popularmente conocida “Caza de Brujas” contra profesionales cinematográficos de toda índole.

Walt Disney y von Braun en 1950

   Sus opiniones, para todos los que defendemos la libertad de pensamiento, quedan en su obra aunque son irreconciliables con las mantenidas por otros muchos directores, actores, guionistas, etc, que, por el contrario, fueron purgados por las suyas.  

   Ya se expuso en otra referencia a este autor (véase la etiqueta “Recursos didácticos”) que el cine de este multimillonario galardonado por nada menos que veintinueve Oscars, se caracteriza por un poso de subjetividad tan extremada en la concepción de sus guiones, que los hace excesivamente aleccionadores y violentos, a la vez que desaprueba toda evolución progresista de las ideas.

El Pato Donald y sus "traviesos" sobrinitos 

   Para los niños, esos consumidores de la ideología que impregna sus animaciones, ha tenido una influencia perversa. Hoy, con el conocimiento del lenguaje fílmico, no cinematográfico, que se posee y sin necesidad de hacer una profunda reflexión, quedan patentes en cualquiera de sus realizaciones la manipulación, el rechazo a los débiles, la ley del más fuerte, la justificación de la violencia gratuita y absurda, todo ello como corolario aleccionador de sus ideas, las cuales nos retrotraen a etapas sociales superadas. Dejamos para otra ocasión un pequeño estudio de sus imágenes subliminales.

   Podemos empezar a ensayar nuestra propia crítica con la pequeña producción que se adjunta. La soledad del “Patito feo”, los motivos de la misma (Konrad Lorenz no estaría en absoluto de acuerdo con el planteamiento etológico del proceso relatado), el reencuentro con los congéneres iguales (teñido de “racismo positivo”), son incomprensibles para muchos niños y muestran a Walt Disney y, probablemente, su pensamiento.  
   
  Konrad Lorenz y su familia adoptiva


viernes, 26 de marzo de 2010

EL UNIVERSO CONOCIDO


American Museum of Natural History

Raúl González Ferrer

   Hace apenas unas semanas, el Museo Americano de Historia Natural colgó en la red este espectacular vídeo, una reconstrucción informática que muestra un "viaje" desde la superficie de la Tierra hasta los límites del universo conocido. Lo que hace que este vídeo sea único y diferente a la mayoría de los que se han hecho hasta ahora es que todo lo que en él aparece está basado en datos reales. Es decir, que no se trata de un vídeo "artístico" realizado según simples criterios estéticos, sino de una auténtica reconstrucción, pieza a pieza, de todo lo que sabemos sobre el universo en que vivimos.

   Todo, desde las trayectorias de los satélites que orbitan la Tierra, hasta la posición de todas las estrellas, galaxias o lejanísimos quasares, está basado exactamente en los datos que tenemos sobre cada uno de esos objetos. Para ser más precisos, en los datos del Sloan Digital Sky Survey, que componen la que quizá sea la visión más completa del universo de que disponemos hasta el momento.

   A pesar de todo, y debido a la posición geográfica en la que se encuentra el telescopio de dos metros y medio del Apache Point Observatory, en Nuevo México, que es el que utiliza el Sloan Digital Sky Survey, existen zonas "oscuras", es decir, áreas del universo que el telescopio, físicamente, no puede observar. Por eso, en el vídeo, la distribución de las galaxias observadas tiene la forma de dos conos unidos por la punta (el punto de unión es la Tierra), y el resto aparece en negro.

   En total, el trabajo comprende casi un millón de galaxias y más de 120.000 quasares. El viaje, que comienza en el Himalaya, termina en el límite mismo de lo que podemos observar con los instrumentos más potentes de ue disponemos, los ecos del Big Bang, a 13.700 millones de años luz de distancia, y sirve para que todos nos demos cuenta, de una forma directa y visual, de lo insignificantemente pequeño que es nuestro mundo, incluso nuestra galaxia, si se compara con todo lo que hay "ahí fuera"...

NOTA.- Se recomienda el visionado del vídeo a pantalla completa.
 

jueves, 25 de marzo de 2010

EINSTEIN: INCIDENTES DE FAMILIA


UNA MALHADADA PROGENIE

María Luisa Arnaiz Sánchez


   En 1987 Princeton Press publicó “The Collected Papers of Albert Einstein”. Reunía 51 cartas, vendidas por Hans A. Einstein, que Mileva Maric y Albert Einstein se escribieron entre 1897 y 1902. La colección que guardaba Hans Albert tuvo que esperar un tiempo irracional para salir a la luz, debido al control que los albaceas ejercían sobre la herencia de su padre; estos incluso habían ido a juicio en 1950 para impedir que Hans publicase parte de su contenido.

   Gracias a ellas se supo que Mileva había dado a luz a una hija de Einstein a principios de 1902, llamada en la correspondencia Lieserl, cuya existencia fue una revelación para el mundo. La niña nació en Novi Sad (Serbia), donde vivían los padres de Mileva, y la pareja se casó en enero de 1903. Todo lo que se ha tratado de averiguar sobre esta niña ha resultado infructuoso. (El propio Hans, muerto en 1973, se enteró de que había tenido una hermana tras la lectura de las cartas que custodiaba y, a partir de entonces, se abrió paso la posibilidad de que hubiera sido dada en adopción.)

   Asimismo, en la biografía de Einstein, aparte de su inveterada misoginia (apréciese la reglamentación que impuso a Mileva por escrito: "A. Te encargarás de que: 1. mi ropa esté en orden, 2. que se me sirvan tres comidas regulares al día en mi habitación, 3. que mi dormitorio y mi estudio estén siempre en orden y que mi escritorio no sea tocado por nadie, excepto yo. B. Renunciarás a tus relaciones personales conmigo, excepto cuando éstas se requieran por apariencias sociales. En especial no solicitarás que: 1. me siente junto a ti en casa, 2. que salga o viaje contigo. C. Prometerás explícitamente observar los siguientes puntos cuanto estés en contacto conmigo: 1. no deberás esperar ninguna muestra de afecto mía ni me reprocharás por ello, 2. deberás responder de inmediato cuando te hable, 3. deberás abandonar de inmediato el dormitorio o el estudio y sin protestar cuanto te lo diga. D. Prometerás no denigrarme a los ojos de los niños, ya sea de palabra o de hecho."), sobresale el extraño comportamiento hacia su hijo Eduard (1910- 1965). Quizás sea explicable por el rasgo que, según su amigo Abraham Pais, más lo caracterizaba: “la profunda necesidad emocional de no dejar que nada interfiriera con su pensamiento”. 


   Cuando Einstein y Mileva se divorciaron en 1919 - él se casó con su prima en junio del mismo año -, el niño cayó en un desequilibrio emocional, a la vez que Hans, nacido en 1904, se distanció sentimentalmente de su padre, y en 1932, ya en la universidad, padeció el primer ataque de esquizofrenia, lo que llevó a internarlo en la clínica Burghölzli de Zurich. Al año siguiente volvió a ingresar para permanecer allí recluido hasta el final de sus días. (Conviene tener presente que las personas esquizofrénicas no viven en perpetua enajenación, sino que son conscientes, que piensan, que pueden trabajar, crear – recuérdese los numerosos casos de artistas con dicha enfermedad – y que son sensibles a todo tipo de afectos.)
  
   Pues bien, habida cuenta del continuo alejamiento familiar a causa de los lugares donde Einstein había dado clase, este se relacionó muy poco con sus hijos y visitó a Eduard por última vez en mayo de 1933 cuando fue a Suiza desde Bélgica, poco antes de establecerse en Estados Unidos.

   En un momento dado, Carl Seelig, un escritor y crítico de arte suizo, pidió permiso a Einstein para visitar a su hijo en la clínica, ya que estaba reuniendo datos para elaborar la biografía del afamado físico – publicada en 1952 – y ya nunca faltó a su cita con el interno, hasta que le llegó su propia muerte en 1962. Las confidencias que le pudiera haber transmitido el infeliz Eduard acerca del abandono paterno o de otra naturaleza apenas rozaron las páginas de tan acendrado samaritano.

   Añadamos sobre Carl Seelig que también acudió durante veinte años, desde 1936 a 1955, al manicomio de Herisau para conversar con Robert Walter, sobre todo de literatura, y que, pese a ser su albacea, no se deshizo de la obra del amigo, tal como este le había pedido.


domingo, 21 de marzo de 2010

LOS SECRETOS DEL PODER


ACERCA DE LA EXPRESIÓN LATINA “SUB ROSA”

María Luisa Arnaiz Sánchez

 
HARPÓCRATES - Museo de Salónica

   “Sub rosa”, “bajo la rosa”, se dice que proviene de la mitología griega en referencia a HARPÓCRATES (Eros), quien sobornó a Ares, el amante de su madre, Afrodita, con una rosa para que guardara discreción sobre el consumado adulterio. 

HARPÓCRATES

   Sin embargo, por otras fuentes sabemos que el descarado mocoso fue confundido con Horus en el momento en que Isis fue asimilada a Afrodita.

 Isis / Afrodita y Harpócrates

    Los egipcios representaban a Harpócrates como un niño que se acercaba un dedo a la boca pero los griegos interpretaron ese gesto como signo de silencio, razón por la que lo declararon dios de los secretos (también lo creyeron hijo de Serapis y no de Osiris). No obstante, el secreto del que se hace acreedor Harpócrates es simplemente el de no revelar lo que es confiado.

HARPÓCRATES - Egipto

   El escritor griego Plutarco en “Sobre Isis y Osiris” escribe: "No hay que imaginar que Harpócrates sea un dios imperfecto… [sino] como aquel que rectifica y corrige las opiniones irreflexivas…y parciales tan extendidas entre los hombres en lo que concierne a los dioses. Por eso, y como símbolo de discreción y silencio, aplica ese dios el dedo sobre sus labios".

 HARPÓCRATES - Museo de Kabul

   Y San Agustín explica en La Ciudad de Dios” que el rey de los argivos Apis fue proclamado dios por los egipcios bajo el nombre de SERAPIS y que "establecieron la pena de muerte para el que dijera que había sido hombre”, añadiendo que el propio Varrón pensaba que “como en casi todos los templos donde adoraban a Isis y a Serapis, había también una imagen que, puesto el dedo en la boca, parecía advertir que se guardase silencio, [la estatua de Harpócrates] significaba que callasen el haber sido hombre”.

HARPÓCRATES - Museo del Louvre

   La iconografía procura concepciones indelebles en los humanos (hecho conocido en todos los tiempos por las clases dominantes de cualquier sociedad, máxime si esta es iletrada), por consiguiente la multiplicación de estatuas del pícaro niño en las entradas de los templos lleva a pensar en la reproducción interesada de dicha figura, por haberle conferido un ideario (o aprendizaje a modo de doctrina), en el que adquiere importancia la difusión de que al pueblo le basta con creer y respetar los misterios. En suma, ser creyente sin cuestionar la religión.

   HARPÓCRATES

   A tenor de lo relatado y de estar consagradas las rosas a Afrodita, parece que se originó por la vía del sincretismo el que la espléndida rosa simbolizara lo que se dice en confianza, bajo reserva, incluso aquello que debe permanecer en secreto. 


    Entre las muestras que podemos traer a colación respecto del uso de la rosa como tal emblema figuran:

a) Que el caballero templario más joven de los presentes en una reunión dejara una rosa sobre la mesa con el fin de que se sobrentendiera que las deliberaciones y conclusiones habían sido ‘sub rosa’.

 Rosa y sello de los Caballeros Templarios

b) Que hubiera una rosa tallada en los techos de los salones donde los diplomáticos europeos se reunían para discutir ‘sub rosa’ (una expresión similar se usaba para recordar que las cosas reveladas por las ‘lenguas sueltas por el vino’, ‘sub vino sub rosa est’, no podían ser repetidas fuera de donde se conversaba).


c) Que en Alemania una cruz de rosas o bien una rosa colgada del techo sobre la mesa donde se conferenciaba indicara reserva incondicional sobre lo tratado. 


d) Que se tallaran rosas con cinco pétalos en los confesionarios como señal del secreto de confesión.

e) Que las estrellas doradas del techo de la Star Chamber, mandada construir por Carlos I de Inglaterra, fueran tenidas por rosas debido a que el tribunal que allí actuaba, cuyos procesos eran sumarios, arbitrarios y crueles, lo hacía en el más absoluto secreto.

   La expresión ‘sub rosa’ existe tanto en francés, ‘sous la rose’, como en alemán, ‘unter der rose’, con el significado de confidencia y privacidad.

   ¿Es casualidad el que figure una estrella/rosa en la Star Chamber de la OTAN?




viernes, 19 de marzo de 2010

SECUELAS DEL NAZISMO

-->
LA PERSONALIDAD VENCIDA

Antonio Campillo Ruiz


EN REPARACIÓN.



jueves, 18 de marzo de 2010

UN TRÁGICO AMOR


Abelardo Y ELOÍSA

María Luisa Arnaiz Sánchez

   Pedro Abelardo nació en 1079. A los 35 años se trasladó a París, donde triunfó en la escuela catedralicia de Notre Dame como maestro laico, suscitando la envidia de otros profesores que, pasado el tiempo, aprovecharían su relación con Eloísa para expulsarlo. Gran parte de su vida es conocida gracias a su autobiografía “Historia calamitatum” (Historia de mis calamidades).


    Eloísa, nacida en 1101, era sobrina de Fulberto, canónigo de la catedral de París, quien en 1115 encargó su educación al floreciente maestro. La confianza entre ambos dio paso al amor, o a la seducción, según se enjuicien los testimonios dejados por el propio Abelardo. Así, en una carta a un amigo confesaba: “inflamado de amor, busqué ocasión de acercarme a Eloísa y en consecuencia, tracé mi plan”. Del mismo modo en su autobiografía dejó escrito: “los libros permanecían abiertos, pero el amor, más que la lectura era el tema de nuestros diálogos, intercambiábamos más besos que ideas sabias. Mis manos se dirigían con más frecuencia a sus senos que a los libros”.


   El escándalo estalló cuando Eloísa se quedó embarazada (ella se trasladó a Bretaña a casa de una hermana, donde dio a luz a un niño, al que llamó Astrolabio) y Fulberto exigió a Abelardo que se casara a pesar de la renuencia de Eloísa que no quería entorpecer la carrera de su amado, pues las dignidades eclesiásticas se concedían únicamente a los solteros. La boda se produjo con el compromiso de no hacerla pública, sin embargo, la difusión del acontecimiento por parte del canónigo hizo que Abelardo enviara a Eloísa al monasterio de Argenteuil.


   Acto seguido, el tío sobornó a un criado de Abelardo y junto con otros servidores castró al fogoso amante. (El criado y un agresor fueron capturados, siendo condenados a perder los ojos y a ser igualmente emasculados. Al tío se le desterró de París y se le confiscaron sus bienes).


   Dado que las leyes canónicas no permitían a los mutilados ejercer oficios eclesiásticos, Abelardo permaneció durante un tiempo en el monasterio de Saint Denis como monje e insistió en que Eloísa se hiciera monja. Sin otra alternativa, ella tomó los hábitos en 1118 y él, pasado un tiempo, se dedicó de nuevo a la enseñanza y al debate filosófico. 


   Ambos mantuvieron un intercambio epistolar durante más de veinte años. Si ella escribía que “para hacer la fortuna de mí, la más miserable de las mujeres, me hizo primero la más feliz”, él la desengañaba con el ofrecimiento de sus restos: “entonces me verás, no para derramar lágrimas, que ya no será tiempo: viértelas ahora para apagar en ellas ardores criminales: entonces me verás, para fortificar tu piedad con el horror de un cadáver, y mi muerte, más elocuente que yo, te dirá qué es lo que se ama cuando se ama a un hombre”.
 

   Abelardo murió a los 63 años y Eloísa a los 62. Desde 1817 reposan en el cementerio de Père Lachaise de París. Allí reciben el tributo de amantes anónimos que cada día depositan flores frescas sobre su tumba.