miércoles, 29 de septiembre de 2010

FRAGILIDAD INFANTIL

BÚCAROS

María Luisa Arnaiz Sánchez

Bodegón ochavado con racimos de uvas, Juan Espinosa. El Prado
 
   Búcaro: Del mozár. búcaro, y este del lat. pocŭlum, taza, vaso.

1. m. Tierra roja arcillosa, que se traía primitivamente de Portugal, y se usaba para hacer vasijas que se estimaban por su olor característico, especialmente como jarras para servir agua.
2. m. Vasija hecha con esta arcilla, principalmente para usarla como jarra para servir agua.
3. m. Florero.
4. m. Cád., Huel., Mál. y Sev. Botijo.

   Alcarraza: Del ár. hisp. alkarraza, este del ár. clás. kur[r]āz, y este del persa korāz, buche, por alusión a su forma.

1. f. Vasija de arcilla porosa y poco cocida, que tiene la propiedad de dejar rezumarse cierta porción de agua, cuya evaporación enfría la mayor cantidad del mismo líquido que queda dentro.

   Según Covarrubias en “Tesoro de la lengua castellana” (1610):

   “Búcaro - … destos barros dizen que comen las Damas por amortiguar la color o por golosina viciosa y es ocasión de que el barro y la tierra de la sepultura las coma y consuma en lo más florido de su edad”.

   “Alcarraza - cantarilla de una o dos asas de cierto barro blanco que tiene algo de salitre y sustenta fresca el agua que se echa en ella, especialmente si ha estado al sereno o en parte fresca…se suelen labrar con pellizcos como repulgos…se llamaron “carrassetum”, del verbo “carese”, que significa “pellizcar”.

El aguador de Sevilla, Velázquez. Museo Wellington

   Hay que precisar que, aunque el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española hable de la procedencia latina de la palabra búcaro, la etimología popular la derivó de “bucca” por similitud con los carrillos hinchados de una boca y que las piezas de alfarería que se suelen ver en los cuadros, bien búcaros de color rojo apagado, bien alcarrazas de color blanco, se llamaron en general barros porque no estaban tan cocidas como para denominarlas cerámicas y se disolvían en agua con facilidad. Es posible que el lector de hoy  desconozca algo que me gustaría destacar: la absorbencia de este barro llega a ser tanta que, si se pone en contacto la boca con una vasija fabricada con él, los labios se pegan inmediatamente. Esta peculiaridad, unida al color y al olor que suelta por la humedad, hizo volar la chispa del pueblo que pronto halló cauce para recrearse en una imagen polisensual por medio de la vista, el olfato, el gusto, el tacto y el oído, puesto que las piezas suelen contener líquidos. La copla popular dice:

Alcarraza en tu casa,
chiquilla, quisiera ser,
para besarte en la boca, (variante: los labios)
cuando fueras a beber.

Bodegón con reloj, Antonio de Pereda. Museo Pushkin
 
   Pues bien, a tenor de lo que expresa Covarrubias sobre el comer búcaros y con los testimonios que se poseen al respecto, se puede afirmar que las jóvenes del siglo XVII empezaron chupando, y luego comiendo, trozos de cacharros corrientes en las casas con el fin de aparecer con la tez blanca inmaculada. La expresión pálida junto con las uñas largas ha sido siempre signo de diferencia social pues distingue a los ricos, que no necesitan trabajar, de quienes lo tienen que hacer (valga como prueba el enano que sirve a la duquesita un búcaro). La moda de estas damiselas cloróticas tuvo consecuencias imprevistas porque, como la ingesta de arcilla producía opilación, esto es, obstruía los conductos biliares y suprimía el flujo menstrual, a los dolores abdominales se sumaba la posible anticoncepción y el efecto visionario en algunas místicas monjas, así que intervino la iglesia católica y los curas se dieron a poner penitencias tales como la abstención de comer barros.

Duquesa de Béjar con un enano. Sánchez Coello
 
   En el acervo de las letras españolas han quedado, entre otros, los siguientes testimonios sobre la costumbre descrita:

Quevedo en el soneto titulado “A Amarili que tenía unos pedazos de búcaro en la boca y estaba muy al cabo de comérselos”:

Amarili, en tu boca soberana
su tez el barro de carmín colora;
ya de coral mentido se mejora,
ya aprende de tus labios a ser grana.
Apenas el clavel, que a la mañana
guarda del rubí las lágrimas que llora,
se atreverá con él, cuando atesora
la sangre en sí de Venus y Diana.
Para engarzar tu púrpura rompida,
el sol quisiera repartir en lazos
tierra, por portuguesa, enternecida.
Tú de sus labios mereciste abrazos:
presume ya de aurora, el barro olvida;
pues se muere, mi bien, por tus pedazos.

   Lope de Vega en “El acero de Madrid”:

Niña de color quebrado,
o tienes amores,
o comes barro.

   Góngora en “Que pida un galán guindilla”:

Que la del color quebrado
culpe al barro colorado,
bien puede ser;
mas que no entendamos todos
que aquestos barros son lodos,
no puede ser.

   De otra parte, Madame D´Aulnoy a finales del XVII  ya anotó que “a las nobles españolas no hay cosa que más les guste que comer búcaro” y Natacha Seseña, que investigó sobre el tema a finales del XX, aseguró que incluso encontró documentación sobre una monja que confesaba, ni más a propósito, “haber caído en la tentación de comer búcaro porque se lo vio comer a la marquesa de La Laguna”, añadiendo que “nunca había visto más claro al Altísimo”.

Santas Justa y Rufina, Hernando de Esturmio. Sevilla
 
   En “Las meninas” María Agustina Sarmiento, absorta y ajena a lo que pasa a su alrededor, presenta un búcaro a la infanta Margarita, nacida en 1651 y primogénita de Felipe IV con su sobrina Mariana de Austria. A causa del desarrollo precoz de la infanta y por lo que se lleva dicho, se ha sostenido que el búcaro ofrecido pudo ser para masticar, lo que demostraría que era el remedio usado en la época para cortar las hemorragias menstruales, toda vez que obstruían las vías que sangraban, pero no deja de ser mera especulación.

Las meninas, 1656, detalle, Velázquez. El Prado
 
   Prosiguiendo con el tema, “incluso los aristócratas europeos se colgaron al cuerpo pedazos de esta loza como amuletos” dice Mª Luisa Sabau en “México en el mundo de las colecciones de arte” y fueron numerosos los pintores que llevaron a sus telas tan humildes vasijas, como Zurbarán y Giuseppe Recco:

Bodegón de cacharros, Francisco Zurbarán
 
   De izquierda a derecha: bernegal de plata dorada sobre salvilla, alcarraza trianera de las llamadas “cascarón de huevo” por la finura del barro con que se hacían, búcaro de barro rojo de Portugal o de Indias y otra alcarraza trianera llena de agua sobre plato de peltre.

Bodegón con sirviente, detalle, Giuseppe Recco. 
Colección de la Casa Ducal de Medinaceli
 
   En cuanto a otras pinturas en las que también estén presentes los  búcaros con alguna excusa artificiosa, se puede aducir el cuadro de la reina viuda Mariana de Austria que realizó el yerno de Velázquez, Martínez Del Mazo (en el papel que sostiene la reina se lee “Señora In. Bapt. Del Mazo, 1666). En la tela se reconoce a la viuda del “rey planeta” por sus rasgos habsbúrguicos, afeados por la ropa monjil, y en la famosa Sala Ochavada del fondo, bajo una de las esculturas de los Planetas, realizada por Jacques Jonghelick, se ve al príncipe heredero, Carlos II el Hechizado, de cuatro años con varias dueñas, enanos y una dama que le tiende un búcaro en clara referencia a “Las meninas”.

Mariana de Austria,  Martínez del Mazo, 1666. National Gallery
 
   Estas representaciones simultáneas y en profundidad, aunque ya sin relación con el tema tratado, fueron del gusto tanto del maestro, así su obra “Cristo en casa de Marta y María”, como del discípulo, así “Familia del pintor” que, como broche y evidencia de simbiosis pictórica entre ambos, además de ejemplo de metapintura, muestra al suegro de espaldas y vestido de negro en una estancia interior, trabajando en un último retrato de la infanta Margarita. En un primer plano aparecen los hijos del pintor conquense (se casó tres veces) y en el centro un lienzo con Felipe IV, a quien en febrero de 1659 y ante su mala situación económica le dirigió un memorial, solicitando un aposento en el Alcázar. Muerto Velázquez en agosto de 1660, el rey nombró pintor de cámara a Del Mazo en 1661.

Familia del pintor, Juan Bautista Martínez del Mazo.  
Kunsthistorisches Museum


lunes, 27 de septiembre de 2010

LA VERDAD. PRÓLOGO

ESTOY ENAMORADO DE TI

Antonio Campillo Ruiz

   La Verdad
Jules Joseph Lefebvre
    Musée d’Orsay

   Tus profundos ojos negros, que no dejan de buscarme, que expresan lo definitivo desde tu altura luminosa, que afianzan tu poder, me cautivaron. Me enamoraste. Fue un amor inmediato, sorprendente, pura pasión. Te contemplé durante mucho, mucho tiempo, y cada vez me parecías más perfecta. Así te imaginaba, desnuda, recatada, perfecta. Te propuse que fueras mi amante. Para mi asombro, aceptaste al instante. Desde entonces te llevo en mi corazón y en mi mente. Nunca te he sido infiel, bueno, algunos pequeños velos de seda fina, inocentes, sí han tapado pequeñas veleidades, que tú has silenciado, pero nunca te he traicionado. Y ¿sabes una cosa?, mi fidelidad me ha complicado la vida alguna que otra vez. Te he defendido siempre y, curiosamente, esto ha provocado lo que se viene en llamar efectos colaterales. Han sido desagradables e incluso peligrosos. ¡Fíjate que tontería! ¿Cómo puede ser que por amar a una entelequia se tengan problemas en una vida corta, muy corta y haya tantas piedras en el corto camino que hay que recorrer? Nunca lo he entendido, bueno, ni me importa. Por ti he leído, desbrozado, estudiado y, a veces, hasta comprendido la complejidad de tu personalidad, las múltiples relaciones que estableces con todos los acontecimientos que se producen en esta forma de vida que se llama sociedad, el terror que generas en determinados seres que la componen y cómo te vapulean. Eso sí que me entristece. ¡Cómo te denostan! ¡Para un enamorado, sentir a su alrededor el desprecio y la manipulación de su amada, de su pensamiento, de su belleza, es insoportable! Resisto esos menosprecios por tu amor. Y siempre lo digo con todas mis fuerzas: no soy celoso, pueden enamorarse de ti, mi amada, como lo he hecho yo, háganlo y verán qué sensación tan placentera y agradable. Sé que me ayudas con tu fortaleza para que nunca me flaquee el pensamiento y caiga en alguna de las muchas falacias que se dicen en tu nombre. Con mucha frecuencia me han negado alguna parte de ti. Ahora siguen haciéndolo con más osadía y desvergüenza. ¡Menos mal que te conozco! Pero, ¿sabes?, siempre te llamaré por tu nombre. Nunca te pondré apellidos como los que pretenden imponerte quienes no te conocen: absoluta, relativa, objetiva, subjetiva, definitiva, universal… No tienes apellido. Buscarte con alguno de ellos es siempre complejo. Claro que mucho más difícil es encontrarte solo con tu nombre, limpio, único, sin que necesites nada más. Verse reflejado en el espejo que llevas en tu mano es la sensación más grata que puede ocurrirle a quien se enamora de ti.

viernes, 24 de septiembre de 2010

CAPRICHO VIRGINAL

AGNÈS SOREL

María Luisa Arnaiz Sánchez

 Agnès Sorel como la Virgen, Jean Fouquet. 
 Royal Museum of Fine Arts. Amberes

   Cuando se extinguió la dinastía de los Capeto en 1328, predicha según la tradición por el último Gran Maestre de los templarios en la hoguera, corría 1314, subió al trono de Francia el primer Valois con el nombre de Felipe VI, pero Enrique III de Inglaterra por vía de su madre reclamó la corona de lo que constituía el reino galo, hecho que no iban a permitir los franceses para los que desde noviembre de 1316 regía la Ley Sálica. Esta circunstancia dio lugar a los prolegómenos de la Guerra de los Cien Años, 1337-1453, empero baste saber que, cuando en 1422 heredó el trono el coprotagonista de la anécdota que voy a contar, Eduardo III de Inglaterra fue al mismo tiempo coronado rey de Francia con el nombre de Enrique I.

Carlos VII, Jean Fouquet

   Juana de Arco nació en 1412, “oyó” sus primeras voces en 1424 y murió en la hoguera en 1431 en Rouen, tras haber combatido por la liberación de Orleans en 1428 y haber profetizado la coronación del delfín Carlos, “Señor Delfín, me llamo Jehanne, la Pucelle; y el Rey del Cielo te envía una palabra a través de mí, por la que tú serás consagrado y coronado en Reims, y que tú serás el lugarteniente del Rey del Cielo, que eso es ser rey de Francia”. Veinticinco años después de muerta, Carlos pidió a Roma la revisión de su proceso, denegándosela el papa Nicolás V que no quería problemas con los ingleses, y fue su sucesor, el papa Calixto III (Alfonso Borja, tío del futuro papa Alejandro VI), el que reconoció su inocencia en 1456.  

Juana de Arco
 
   Carlos VII nació en 1403 y fue el penúltimo hijo del esquizofrénico rey Carlos VI e Isabel de Baviera-Ingolstadt, quien había organizado  en 1393 la fiesta conocida como el “Bal des Ardents”, donde el rey salvó la vida de milagro, pereciendo cuatro de sus amigos al ir todos disfrazados de “salvajes” con trajes impregnados en cera resinosa. El acusado de la tragedia fue el duque de Orleans, hermano del rey, porque se había paseado en el baile con una antorcha que prendió fuego a uno de los caballeros, sin embargo parece que el incidente fue fortuito. Hay que decir también que se le atribuyó el último hijo de la reina, aunque lo más probable es que fuera difamada por el poder adquirido al ser la regente. 
 
Le bal des ardants, miniatura del XV

   Yolanda de Aragón, hija de Juan I de Aragón y Violante de Bar, se casó con el duque de Anjou. Financió a los nacionalistas franceses, los armañanes, frente a los borgoñones, partidarios de los ingleses al trono de Francia, y puso su fortuna al servicio de Carlos VII, dado que Isabel de Baviera defendía los intereses de Inglaterra en contra de su propio hijo (ni siquiera lo apoyó cuando fue asesinado Juan Sin Miedo en 1419). Su protección y compromiso llegó hasta darle a su hija María de Anjou como esposa. Mientras, su hijo primogénito, coronado rey de Nápoles y Sicilia, murió sin sucesión, heredando los títulos su segundo hijo, René de Anjou, que se casó con Isabel, duquesa de Lorena, al servicio de quien entró Agnès Sorel.

Yolanda de Aragón y Carlos, delfín de Francia
 
   Agnès Sorel nació probablemente en 1420 y procedía de la región de Picardía. Su padre, Jean Soreau, le proporcionó una esmerada educación y, cuando entró como dama de compañía de la cuñada del delfín, Isabel de Lorena, no fue por lo que se le asignó como gajes del oficio, diez libras al año, que no representaban ninguna ganancia, sino por las buenas relaciones que podía entablar, como así fue, pues pronto llamó la atención de Carlos VII. En 1444 Agnès alcanzó el título, primero que se hacía en Francia, de “Maitresse en Titre”, esto es, amante oficial del rey, relegando a un segundo plano a la reina María de Anjou. En contraste con su primera asignación el rey le regaló el primer diamante tallado conocido por valor de 20600 escudos y le otorgó numerosos feudos. 

Agnès Sorel
 
   El futuro Luis XI, nacido en 1423, no soportaba las humillaciones que sufría su madre y un día la persiguió, espada en mano, hasta la cama del rey donde se había refugiado Agnès a la carrera. Carlos VII desterró a su hijo al Delfinado porque ella era la amante perfecta que no solo lo entretenía sino que dictaba la moda en la corte con sus vestidos muy escotados, incluso sin espalda, las colas de ocho metros y los peinados piramidales. Le dio tres hijas y un hijo al rey, a los que él legitimó. Los cronistas la tildaron de disoluta y los moralistas la acusaron de haber hecho del casto rey un pervertido. Jean Jouvenel des Ursins escribió al rey en son hostel mesme il mist remesde tant en ouvertures de par devant par lesquelles on voit les tétins, tettes et seings de femme”.

Agnès Sorel. Museo de Bellas Artes. Angers
 
   Cuando se instaló en Mesnil, cerca de Rouen, le sobrevino un “flujo de vientre” y murió a las pocas horas, no sin antes nombrar a Étienne Chevalier su albacea. Como Agnès había sido protectora de Fouquet, Chevalier le encargó un retablo con una virgen que la tradición  tiene por retrato de la favorita. Los rumores acerca de que había sido envenenada se esparcieron rápidamente, incluso se pensó en el delfín, enemigo de cuanto ella sostenía, si bien no hubo nada que lo inculpara. Su muerte ocurrió el 11 de febrero de 1450 en Anneville y Carlos VII, que pronto se consoló de su pérdida y le sobrevivió hasta 1461, le costeó dos tumbas, una en Jumièges, donde está su corazón, y otra en Loches, donde reposa su cuerpo.

Tumba de Agnès Sorel. Loches
 
   Exhumados sus restos en septiembre de 2004, un equipo médico con el Dr. Charlier del Hospital Universitario de Lille a la cabeza ha estudiado trozos de piel y pelos con diferentes técnicas, verificando  que las muestras contienen insólitas cantidades de mercurio. Esto podría indicar envenenamiento, pero el mercurio está en la base de los purgantes y, como se han encontrado huevos de lombrices en otras partes de su cuerpo, así como restos de una planta usada en esa época contra los parásitos, lo más verosímil es que la víctima estuviera tomando medicinas contra su padecimiento y que ingiriera una dosis excesiva que la llevó a la tumba. “Los resultados de estos experimentos en el ESRF, en contraste con otros experimentos llevados a cabo en otros institutos, han probado que el mercurio no llegó al pelo después de la muerte, sino antes, y que es la causa de la defunción” dice el Dr. Charlier.

 Palacio real. Loches


miércoles, 22 de septiembre de 2010

ME NIEGO A LA MUERTE

LA VIDA, ¡OOOLÉÉ!

Antonio Campillo Ruiz

   Desde siempre me han gustado los toros. Me han gustado como animales bellos, poderosos y también cuando defienden su vida en el albero de la plaza. Siempre me han gustado las corridas de toros.

   El día 28 de julio de 2010, mediante una votación de políticos, en el Parlamento Catalán se aprobó la reforma de la Ley de Protección de Animales por la cual, a partir del día 1 de enero de 2012, se prohibirán las corridas de toros y los espectáculos taurinos, o de otra naturaleza, en los que muera un animal en toda Cataluña. Hasta aquí la noticia. Veamos algunas consecuencias de ella.

1 – Muchos conciudadanos pueden pensar que una decisión política sobre tan “peculiar tema social” en un parlamento autonómico es, cuanto menos, extraña. Para muchas personas, el Poder Legislativo debe favorecer la gobernabilidad y ocuparse de asuntos “más trascendentes”. Bien, creo que este es un asunto trascendente por su repercusión social. El Parlamento Catalán no ha realizado ninguna aberración política. Se ha limitado a cumplir con el mandato que le han manifestado muchos ciudadanos que presentaron en su registro el adecuado escrito con los apoyos necesarios para que se legislara. Ha seguido la tramitación correspondiente y, tras ella, ha votado con más libertad de la usual ya que los partidos políticos han dejado absoluta libertad para que los parlamentarios votasen según su opinión y no según un proyecto político. Este tipo de votación, que se debería dar con muchísima más frecuencia en los parlamentos nacional y autonómicos, ha querido poner de manifiesto la “no intromisión de la política” en un asunto de carácter meramente social. No lo ha conseguido. La votación y su resultado se están, y estarán durante mucho tiempo, politizando para beneficio, cortina de humo o perjuicio de unos u otros.

2 – El mayoritario partido de la oposición, nefasta, pero oposición al fin y al cabo, posee grandes lenguas afiladas entre sus filas que critican, con mayor acritud incluso que al Presidente del Gobierno, ¡que ya es decir!, la mencionada votación. Estoy convencido del desconocimiento de la llamada “fiesta nacional” (por cierto, ¿saben ustedes que solamente existe una “fiesta nacional”? Si, es la que se celebra el día 12 de octubre, “…día que simboliza la efemérides histórica en la que España inició un período de proyección lingüística y cultural más allá de los límites europeos.”, Ley 18/1987) por parte de muchos de los adeptos a la misma en estos días. La inmensa mayoría de salvafiestasnacionales no saben lo que es un “natural desmayao”, quizás el más bello de los muletazos que se hayan inventado para que la unión de hombre y bestia se escenifique con toda su belleza. Pero, siempre hay un pero…, como hay que defender la fiesta… apoderarse de su pomposo nombre de “nacional” aunque legalmente sea incorrecto…, o mejor…, como hay que ir contra Cataluña…, pues se defiende lo que se tenga que defender aunque se desconozca. Es la irracional argumentación que día tras día estamos sufriendo en cualesquiera de los temas importantes de esta España que es de todos, ¿saben? D-E T-O-D-O-S ¡Huy, cuanto les duele que se diga esto! Y me pregunto ¿por qué? ¿Por qué estos salvapatriasfesterosnacionales se enfadan porque un español dice que es de España con orgullo? ¿Solo pueden ser buenos españoles ellos? Si, será eso. Por este motivo es por lo que oigo de vez en cuando argumentos como este: “Yo ya no les compro las materias primas a los catalanes, ¡faltaría más! ¡Ahora se las compro a los franceses y a Cataluña que la zurzan!” (Oído y presenciado el día 15 de julio de 2010). ¡ELEEE! ¡Bien dicho conciudadano! Este si que es español de verdad y además con carnet. La irracionalidad está alcanzando cotas inigualables.

3 – Creo que ningún tiempo pasado fue mejor ni peor, fue simplemente distinto y transcurrió según el devenir social del momento arrastrándonos en ese proceso. En etapas pasadas, el sentimiento social del espectáculo taurino era vivido con una intensidad distinta que en la actualidad. Primaba la belleza de una “verónica”, “rebolera” o unas “chicuelinas corrías” sobre el espectáculo en si. No se ponía atención a la sangre, ni la gente poseía el sentido de vida que posee en la actualidad, solo existía el arte del capotazo o la faena de muleta bien ligada. En épocas más lejanas en el tiempo y según mi apreciación personal, el único objetivo del “matador”, que no torero, era ese, matar, matar al toro. Y para eso se le preparaba, únicamente para eso. Poco a poco la belleza de la “faena” se fue imponiendo y al matador se le empezó a conocer como “torero” que, tras una lucha de engaño y poder, acababa con el espíritu mismo de la fiesta, el toro.

   Nunca me ha gustado la sangre. Decir esto a “un entendido” en toros es un insulto: el toro ha de echar sangre…, se le debe picar para que humille…, debe sentir el dolor y seguir sangrando para debilitarle. Una verdadera salvajada impropia de personas conscientes de su poder frente a un animal indefenso y asustado. Esto es lo que ha llevado a “la fiesta” a su estado actual: la conciencia social de la vida contra la muerte cruel e innecesaria. Y, bajo este punto de vista, estoy totalmente a favor de no matar toros cruelmente. La vida debe ser una luz que prevalezca sobre la belleza o cualesquiera otra forma de entretenimiento o pasatiempo. Y digo esto a pesar de guardar muchos episodios en mi memoria que han ido componiendo un rincón de tensión, emoción y delicadeza sublime del llamado “arte” de la tauromaquia.

4 – Cuando el Parlamento de las Islas Canarias, en 1991, legisló exactamente igual que lo ha hecho el Parlamento Catalán y con el voto favorable de ese partido, autodenominado “alternativa de poder”, que cambia los parámetros de su política a conveniencia, como siempre, ni se desmembró España, ni eran separatistas, ni eran malos españoles. Eran personas sensibles que prefieren espectáculos sin crueldad y sin mercantilismo millonario para gestores de plazas, apoderados y matadores que torturan lentamente a un animal. Para este ínclito partido, los toros son un negocio en Canarias y arte puro en Barcelona, ¡qué desfachatez! ¿Alguna vez nos vamos a dar cuenta los españoles de la poca vergüenza, del espíritu dictatorial y la soberbia de los dirigentes de este partido? Probablemente, su primer presidente de honor se bañará a 15 Km. de distancia de la monumental de Barcelona, como hizo en Palomares, para evitar contaminarse, en este caso de los antitaurinos, mientras, el segundo presidente de honor podrá hablar en tejano, spanglish o cualquier otro idioma de los muchos que domina, sobre las veleidades de la inculta sociedad española y hasta puede ser que cree una fundación para estudiar e investigar si Minotauro es o no el origen de las corridas de toros, y el tercer presidente, designado sucesor a dedo y gestor de correas y cinturones variados, podrá politizar el tema hasta llegar a la feroz crítica al Presidente del Gobierno, como siempre, cuando en realidad los votantes a favor de la prohibición pertenecen a otros partidos. A la vez, ese parlamentario europeo de pro, chilla mezclando el mundial de fútbol, los toros y los deportes en general. ¡Insigne parlamentario europeo con barba!, sus razonamientos son tan ridículos y absurdos como los que hacía en su etapa de estudiante universitario, ¡que nos conocemos! A la vez, las reflexiones inteligentísimas de la señora de Castilla-La Mancha acerca de su “nuevo ensayo sobre la libertad” (probablemente publique un libro que cambiará el pensamiento filosófico) marcan un hito en los tabloides. Es un contrasentido que, habiéndose erigido en defensores de la vida en otros aspectos sociales, sean partidarios de la muerte en esta ocasión. ¿Saben lo que pueden hacer? Felicitar al Presidente del Gobierno por los éxitos del deporte y atletas españoles toda vez que ostenta la responsabilidad ministerial de deportes. ¡Sean valientes! ¡Vamos!

5 – A mi amigo Fausto y a mi nos gusta la ópera y los toros. Parece un contrasentido similar al que “padecía” quien fue catedrático de la Facultad de Letras y primer Director de la Cátedra de Cinematografía de Murcia, Dr. D. Antonio de Hoyos, amaba a Luchino Visconti y a Sergio Leone. Cuando trabajábamos juntos o nos veíamos, bromeábamos sobre esta “peculiaridad” y siempre decía “… el arte no solo se encuentra entre sedas, se puede encontrar en cualquier parte si existe sensibilidad…”. En la última ópera a la que asistimos Fausto y yo, disfrutamos con nuestra propia alteración por presenciar un acontecimiento digno de no olvidar jamás y en la última corrida a la que asistimos juntos merendamos, hicimos amigos y amigas, y hablamos, hablamos mucho, tanto que uno de los toros pasó desapercibido. Es una diferencia muy notable.

   Bien, pues a pesar de mis gustos personales de antaño, tengo que matizar que me ha llegado también el sentir de una sociedad distinta a la que viví cuando era joven: me niego, por mucho arte que haya, que no lo hay, a que se siga torturando vilmente a un bello animal. Es indigno de una persona que ama la vida, que la siente y que la defenderá a costa de la suya propia, como Joaquín Ruiz Baeza.

lunes, 20 de septiembre de 2010

LABORDETA EN EL UNIVERSO

JOSÉ ANTONIO LABORDETA, UN SER HUMANO

Antonio Campillo Ruiz


   Ya se han cerrado para siempre tus ojos. Creo que sí estarás oyendo el ruido incesante, suave, silencioso, que provocan los leves y contenidos pasos de tus queridos conciudadanos al saludarte por postrera vez.

   Es posible que te hayas removido un poco diciendo, Marcelino, deja ya las medallas, que la enseña de nuestra Comunidad brille limpia y sola como a mí me ha gustado verla siempre… Bueno, José Antonio, son las cosas de la honra y del reconocimiento. Déjalo. Marcelino trata, como siempre, de hacer lo mejor.

   Te llevas para siempre parte de nuestro ímpetu, de nuestra común lucha por la justicia, por la equidad, por la rectitud de pensamiento, por la ecuanimidad y por la imparcialidad que nos enseñaste durante toda una vida dedicada a los demás. Nos queda tu legado pero tú sabes, José Antonio, que los legados van perdiendo consistencia con el paso de generaciones. Así, por ejemplo, ¿quién nos iba a decir que, tras la bocanada de aire fresco de la transición, íbamos a soportar la fetidez de la reescritura de su historia, que algunos se proponen, a pesar de haberla escrito nosotros mismos? Es para, con sana indignación, como tú sabías hacerlo, enfadarse. Por ello, permíteme que repita un párrafo, publicado el día veintiocho de mayo de este mismo año, cuando, sin saber la maldad fisiológica que te atenazaba, publiqué en este mismo blog.
  
   “Que lo comunicado se perciba como auténtico, sin tener que recurrir a los artificios, es algo, José Antonio, que la ética personal debería anteponer a cualquier otra circunstancia. En este país que has pateado hasta la extenuación, primero luchando con las armas de tu melódica voz, después con tus guiones y tu mochila y, por último, en el Parlamento con tu voz en nombre de tus paisanos, en este país que amamos, reitero, es gratuito fomentar las sospechas, propagar las calumnias, luego “rectificadas”, y diseminar las dudas con que se tergiversa y destruye a quien se considera enemigo.”


   Querido José Antonio Labordeta, ahora, cuando tus invisibles átomos, expandidos ya por el inmenso universo, nos lleguen, yo ya he notado algunos, espero que el ánimo, la sobriedad, la pasión por el trabajo bien hecho, la lucha por los principios en los que cada uno cree, el amor a la vida y a la familia, el humor sereno y socarrón, nos inunden y nos hagan seguir un camino similar al que has llevado durante toda tu existencia.




sábado, 18 de septiembre de 2010

MARIONETAS CELESTES

PROMETEO

María Luisa Arnaiz Sánchez

Prometeo, Ribera. El Prado
 
   Cuando se crearon el cielo y la tierra y aparecieron los animales, Prometeo, el decidido hijo del titán Jápeto descendiente de Urano, conocedor de que en el polvo terrestre se encontraba la maravillosa semilla celestial portadora de la vida, cogió una pella amorfa de barro y modeló un ser semejante a los dioses, le infundió todas las cualidades de los animales y pidió a Atenea que le insuflara el soplo divino para hacerlo la criatura más perfecta de cuantas poblaban la tierra. De esta manera comenzaron a nacer los humanos, a quienes Prometeo transmitió todos los conocimientos que había recibido de la diosa virgen sobre matemáticas, astronomía, medicina, náutica, metalurgia, escritura, etc., ya que no sabían usar ni su intelecto ni sus facultades. Así, respondiendo al significado real de su nombre, “previsión”, mala interpretación del vocablo sánscrito “pramantha”, ‘esvástica’ o ‘taladro de fuego’, que tantas páginas ha generado con disquisiciones esotéricas, investía a sus criaturas con los saberes que les serían imprescindibles para desarrollarse.

Atenea junto a Prometeo modelando hombres. 
Sarcófago romano

   Pero el suspicaz Zeus tomó la decisión de eliminar a los mortales al ver cómo acrecentaban su talento y su capacidad, a la par que se multiplicaban. Hubiera sido así de no mediar Prometeo en su favor, por lo que maquinó exigirles sumisión y acatamiento a cambio de su protección; para ello convocó una asamblea de los dioses, a la que tenía que presentarse su paladín. Este sacrificó un toro en honor de los inmortales e hizo dos montones con los trozos: uno era pequeño y contenía carne, el otro era abultado y contenía huesos más sebo. Pidió a Zeus que eligiera, inclinándose este por el grande, y, cuando comprobó el engaño, que el titán había ideado al sospechar que las exigencias del dios serían caras para los mortales, su indignación no tuvo límites. Entonces Zeus, vengativo, negó al género humano lo que le faltaba, el fuego, pero de nuevo Prometeo con astucia se zafó del abuso divino y pidió a Atenea que lo introdujera en secreto en el Olimpo. Se acercó al sol, robó una chispa ígnea, que guardó en una férula (o cañaheja), y se la dio a los hombres.

Prometeo roba el fuego de Zeus mientras dormita 
con Ganímedes, Christian Griepenkerl

   El padre celestial, vencido por su adversario y con la intención de condenar a los humanos, encargó a Hefesto, el dios del fuego, que construyera con arcilla la más bella estatua de mujer conocida. Una vez hecha, Hermes le concedió el habla y la movilidad y Afrodita los encantos femeninos. Zeus la llamó Pandora, “todos los dones”, y se la envió a Prometeo como regalo, sin embargo él la rechazó porque se temió alguna jugarreta celeste y le dijo a Epimeteo, “idea tardía”, que por ningún motivo la acogiera. Entonces el padre de los dioses pensó que tenía que castigar a Prometeo de forma ejemplar y pidió a Hesfesto que lo encadenara a una roca en el Cáucaso, donde un buitre le roería todos los días el hígado regenerado por las noches, y de paso excusó su crueldad difundiendo la mentira de que Atenea  coqueteaba con el atrevido Prometeo. Su amedrentado hermano se apresuró a casarse con Pandora, que poco después abrió una caja que había traído consigo, saliendo al instante todos los males que a partir de entonces afligirían a los humanos: la enfermedad, la vejez, el vicio, la fatiga, etc. Solo quedó dentro el único bien que contenía, la esperanza

Epimeteo y Pandora. El Greco. El Prado
 
   Prometeo es considerado el “inventor del fuego alimenticio” ya que ofreció a los hombres la ocasión de que cocieran los alimentos, posibilitando así que se distanciaran de los animales que ingerían la comida cruda. Pero es también el “responsable de la separación de dioses y hombres” porque, cuando hizo el reparto de la primera víctima sacrificada, reservó la carne para los humanos. Los órficos y los pitagóricos rechazaron esa distribución que definía la naturaleza humana como distinta y contraria a la divina, esto es, no aceptaron que los hombres tuvieran una constitución diferente de la que tenían los dioses. En consecuencia, mientras los practicantes de los ritos de Orfeo renunciaron a los sacrificios, los seguidores de Pitágoras no tuvieron dificultad en admitirlos, aunque se negaron a degollar y comer animales. Con el fin de sustituirlos y conforme al ceremonial, estos virtuosos y ascéticos creyentes empezaron a ofrecer cereales a los dioses, en grano o en pasta, además de perfumes, sobre todo mirra e incienso. He aquí la razón de que se rompiera la regla que se había establecido para los holocaustos y de que se instaurara un nuevo sistema de sacrificio, si bien el fuego seguía siendo nuclear. 

Prometeo encadenado, Nicolas Sébastien Adam. Louvre
 
   Bien. En el mito se codifican dos hechos trascendentales para la humanidad: primero, el comienzo de un régimen de alimentación basado en la necesidad de ingerir la comida cocida, que convertía a los hombres en civilizados; segundo, un ritual de reconocimiento, que justificaba la condición sobrenatural e inmortal de los dioses, por cuanto les bastaban los aromas para sobrevivir. El neoplatónico Porfirio recogió esta anécdota relatada por Asclepiades de Chipre en su tratado “Sobre la abstinencia”, IV, 15, para explicar cómo se llegó a comer carne asada: Una vez, cuando ardía la víctima de un sacrificio, un trozo de carne cayó al suelo y un sacerdote lo recogió, llevándose después la mano a la boca. Tanta fue la satisfacción que sintió en su paladar por el sabor, que desde ese día comenzó a comer carne. Su mujer y él fueron asesinados, pero la historia se repitió. Y, al hilo del encastillamiento de los inmortales, escribe este filósofo contrario a la divinidad de Jesús, en II, 58: “¿Quién es tan tonto o se muestra tan crédulo para creer que todos los dioses se complacen con los huesos descarnados y con una bilis quemada que no le gustaría ni a los perros hambrientos?, ¿es este el homenaje que se les debe a los dioses?”, revelando la mordacidad   que manifestaba como buen defensor del vegetarianismo.

Pandora, kylix
 
   Aparentemente Prometeo es el benefactor de la humanidad pero, como mero instrumento divino, simplemente cumplió la voluntad de Zeus que quería condenar a los hombres al hambre y la muerte. El único modo en que interpreto esta invención es que los mitos, como balbuceos de un proceso intelectual, solo intentan explicar una realidad interpelada. Por tanto, se puede entender que esta historia quiera mostrar aquello que está más allá de los límites naturales del conocimiento, pero que su correlato trate de justificar la presencia y origen del mal en el mundo, encarnado en la figura de una mujer, es algo premeditado e inaceptable. La misoginia y el determinismo que impregnan el mito son idénticos, mutatis mutandi, a la actitud y a la concepción de la historia sobre el origen de la humanidad del Génesis, por más que la iglesia católica evite la comparación y, con su presuntuosa supremacía en materia moral, pretenda atenuar el antifeminismo que trasluce su sagrado texto y soslayar la doctrina del “libre albedrío”, ¡que aún no ha definido! 

Cortejo triunfal de Dioniso. Louvre

   Creo que aprendí la palabra “férula” la primera vez que leí el mito de Prometeo y, bien por las acepciones de mi diccionario, bien por los métodos educativos de entonces, supongo que me quedé con la idea de abuso de autoridad, porque siempre asocié a Prometeo con el dómine Cabra. ¡Ironías del hambre no satisfecha! Tal vez no me quedara claro que el protagonista tenía relación con la comida pero desde luego supe que era un avasallador-vasallo, si se me permite la voz, no un filántropo. Después me intrigó la palabra cañaheja con su hache intercalada y su posible diminutivo despectivo. Bien. En la cerámica precedente se ve a Dioniso junto al sátiro Sileno, llevando una corona nupcial en su mano, pues va a casarse con Ariadna, ensartada por lo que parece el tirso. Lo llamativo es que se trata de la férula, el silphion (ferula narthex), la planta que los egipcios usaron, según parece, para controlar la natalidad, que Plinio el Viejo señaló como anticonceptiva, y que sin embargo Avicena creyó con Catulo que era afrodisíaca. Al finalizar el siglo XX, Henry Koerper y A. L. Kolls en “The silphium motif adorning ancient libyan coinage: Marketing a medicinal plant”, 1999, exponen que simplemente tenía un valor apotropaico, dada su asociación subliminal con el falo.

Copa de Arcesilao, siglo VI a. C.
 
   En la ilustración que antecede se ve al rey Arcesilao vigilando en Cirene, la más importante de las colonias griegas en Libia, el peso y embalaje de silphion, cuya médula arde lentamente y era usada por los viajeros y marineros como antorcha. Luego, fin de la tesis.
 
                          Ferula nartex                  Ferula communis, cañaheja

   No obstante, dado que la imaginación no ha dejado de volar en ninguna época, lo de la férula se sigue arrastrando y no son pocas las preguntas respecto de qué interpretación conceder al continente y al contenido prometeicos. ¿Responden a una planta y al fuego? Las metáforas no han sido suficientes. Diógenes Laercio en su libro VIII, 34, afirma que Aristóteles ya exponía que para los pitagóricos las habas eran parecidas a los órganos sexuales y también Luciano de Samósata en “Vitarum auctio”, 6, manifiesta literalmente que “las habas son en todos los aspectos la propia generación”. El hecho de que los fuertes tallos de las habas carezcan de nudos parece ser que sugirió la imagen de que eran una réplica del sexo del hombre. Hay una prueba añadida, recogida por Antonio Diógenes que ha llegado a través de Porfirio y Juan de Lido en “Sobre los meses”, 42, que muestra los efectos de esta asimilación: si se mastica un haba y se deja al sol, se notará al poco que huele a semen humano. Son muchos los escépticos que continúan preguntándose para sus adentros: ¿sería la férula el pene y el fuego el semen? Ese es un conflicto sin resolver. Es otro punto de vista.

El origen del mundo, Gustave Courbet, 1866. Museo d’Orsay

 


martes, 14 de septiembre de 2010

EL TIRO POR LA CULATA

FALIBILIDAD

María Luisa Arnaiz Sánchez

Monja recolectando falos. 
Reproducción del “Roman de la Rose”
 
   El cardenal Segura en los años 50 “arrancó el pene a escoplo” a ocho estatuas romanas del Museo Arqueológico de Sevilla cuenta Francisco Umbral en “Fábula del falo”. Añade que Alberto Shommer lo descubrió y dejó testimonio fotográfico del hecho; después los indecentes y libidinosos miembros, como si de reliquias se tratase, “los genitales, debidamente etiquetados”, se hallaron dentro de una caja en el sótano del museo. Prosigue diciendo que “En el caso de las mutilaciones de Sevilla, el cardenal Segura consigue todo lo contrario de lo que se propone…(porque) queriendo suprimir toda una cosecha de falos, les devuelve la vitalidad, el riego y la fuerza que tuvieron los modelos vivos de las estatuas”. Con esta última afirmación, que apruebo firmemente, quiero establecer el nexo entre la ignorancia clásica, la impostura medieval y el disimulo moderno.

Roland Topor

     En las Tesmoforias, fiestas en honor de Démeter, protectora de las semillas de cereal, solo podían participar las mujeres casadas y para ello se recluían durante tres días en el Thesmophorion, recinto sagrado en el que ayunaban y se purificaban, mientras se arrojaban figurillas de falos, tortas, piñas y cerdos en las criptas sagradas, con el fin de vivificar la tierra y estimular los embarazos. Las “hendiduras de las diosas” estaban custodiadas, vox populi, por serpientes que devoraban lo que allí se echaba y, cada vez que se iba a celebrar el festival, unas partícipes ahuyentaban a los ofidios dando palmadas, recogían los restos y los llevaban al altar. Había quien creía que, sembrando aquellos trozos podridos junto con las simientes, tendría una buena cosecha.

                       Riego de falos                                        Ofrendas a Démeter                                   
   Traer a colación este resumen obedece a que en la Grecia clásica y en la mentalidad de quienes concurrían a estos ritos el origen de la vida y el de la fertilidad eran una misma cosa. En consecuencia, “abonaban” tanto los vientres como los surcos.

Museo Arqueológico. Corinto
 
    A finales del siglo XII Jean Bodel narró una jocosa parodia erótica. Se trata de los sueños de una dama insatisfecha y devoradora de hombres, que es como se veía a la mujer en la literatura misógina. En Sohait des vez, juego de palabras: “des vez” por “vits”, falo, y “devez”, “insensé”, imposible, el autor presenta a una rica ama que espera el final de una buena comida para refocilarse con su marido, el cual, no bien acabadas las libaciones, se queda durmiendo para su decepción. He aquí el pasaje ilustrativo:

   “Encore pleine de désir, elle finit par s'endormir et je vous jure sans mensonge, voici le rêve qui lui vint. Elle était à un marché annuel, à nul autre pareil on n'y vendait que des couilles et des vits…Pour trente sous, on en avait un bon, et pour vingt un bien tourné. Il y en avait pour les pauvres gens, de petit étal au coït, pour dix sous et même huit force de regarder partout, elle arriva à un étal où il y en avait un gros et long...”

“Llena de deseo, termina por dormirse y juro que esto fue lo que soñó. Estaba en una feria anual donde se vendían nada más que pichas y cojones…Por treinta perras se podía adquirir un buen miembro y por veinte uno bien torneado. Hasta para la gente pobre había puestecillos donde encontrar algo para (simular) un coito, por diez e incluso por ocho perras; llegó a un puesto en el que había uno grueso y largo…”.

Lucien Freud
 
   En el “Roman de Renart”, conjunto de textos de los siglos XII y XIII que parodian el amor cortés, Ysengrin, el lobo salvaje castrado por un dogo, encontró a su mujer, la loba señora Hersent, hecha una furia al acostarse y todo porque la libertad sexual de monjas y monjes medievales era proverbial. De nuevo se presenta a la mujer como sexualmente insaciable. Este es el fragmento:

“Dame Hersent le harcèle, lui se retourne et elle le tâte à l'endroit où normalement et raisonnablement devrait se trouver son sexe. Pas la moindre andouille!
- Misérable, dit-elle, où sont les pendeloques qui étaient là d'habitude? […]
- Madame, dit-il, je les ai prêtées à une nonne voilée [...]. Mais elle m'a bien promis de me les rendre. [...]
Hersent éclate:
- Partez vite, ventre à terre, et dites à cette nonne de vous rendre votre couille (cojones) à la minute même car il suffirait (será suficiente) qu'elle en goûte une fois pour oublier aussitôt ses serments (juramentos) et refuser à tout jamais de vous la rendre. [...] je n'ai plus le cœur à vivre maintenant que je suis privée de la chose que j'aimais le plus. [...] Puisqu'il ne peut plus faire la chose, que donc peut-il me servir?”

   “La señora Hersent le atosiga, le aprieta, él se da la vuelta y ella le palpa alrededor de donde normalmente debería encontrar su sexo. ¡Ni pizca de embutido!  
- ¡Miserable!, le dice, ¿dónde están los que cuelgan? […]
- Señora, se los he prestado a una monja […], pero me ha prometido devolvérmelos. […]
- Hersent estalla: Pega la barriga al suelo y sal corriendo. Dile a la monja que te devuelva tus cojones ¡ya!, porque bastará que los pruebe una vez para olvidar su promesa y se negará a devolvértelos. […] Yo no puedo vivir sin lo que más me gusta en el mundo […] Si yo no puedo hacer ‘la cosa’, ¿de qué me sirve vivir?”

Modigliani
 
   En ambas historietas queda patente que lo sucedáneo no agrada. Las cosas pueden tener las mismas propiedades pero nada hay que reemplace lo bueno, lo excelente, lo superior. Se puede echar mano de martingalas, olisbos y ¡hasta de obispos si es preciso!, mas ¡ay, placebos todos! Si el placer, no place…

Exposición El infierno de la Biblioteca. Eros en secreto
 
   La Biblioteca Nacional de Francia (BNF) patrocinó una exposición en diciembre de 2007 bajo el título de “El infierno de la Biblioteca. Eros en secreto” para dar a conocer toda clase de libros, postales e impresos eróticos, catalogados por la Biblioteca Real desde 1844. Por primera vez ese raro departamento con el nombre de “infierno” iba a desvelar las extravagancias depositadas en sus anaqueles. Nunca figuró allí “Oppiano Licario” de Lezama Lima, cuyo retazo cierra la presente selección:

   “Champollion terminaba un cuadro que creía del gusto de Abatón. Desde el día anterior había extendido una capa de aparejo blanco sobre la tela. Cuando Champollion pensaba que sus marchantes, casi todos ellos aquejados de la manera griega, lo iban a visitar, según el dossier preferencial que él les atribuía, distribuía tres falos si eran simpatizantes, cinco, si eran convictos recalcitrantes, sobre la capa del aparejo. Esos falos ocultos en el cuadro actuaban con virtudes totémicas.”

Pierre Klossowski
 
   Con ese pensamiento sibilino se pone de manifiesto que quienes no tienen escrúpulos y conocen un secreto pueden utilizarlo en su favor para atenazar a los implicados. El “querer es poder” aforístico pasó a “el dueño de la información domina”, porque saber es poder. Los griegos no sabían en su momento ciertas cosas y los machistas siguen sin querer saber que no son hombres; por eso los falsos artistas saben embaucar y embelesar a la gente con su doblez y los “salvainfiernos” de la moral prefieren el ocultamiento. Ayer y hoy.

Calla Lilies. Tamara de Lempicka
 
N. B. La autora es responsable de la traducción.