miércoles, 16 de marzo de 2011

REFLEXIÓN

¿Y LOS MUERTOS, DESAPARECIDOS Y DAMNIFICADOS?

Antonio Campillo Ruiz

Les invito a leer las puntualizaciones que realizo sobre la información emitida por medios de comunicación audiovisuales. ­

1 – La noticia es leída con el habitual desparpajo y frialdad por la locutora: “… el número de víctimas ha sido elevado por el gobierno a unas dos mil…” Ni una palabra más. Señor editor de la noticia, ¿dos mil qué?, ¿patatas?, ¿hormigas? Es inadmisible contabilizar la muerte de seres humanos como si fuesen números sin categoría de especificidad. 


2 – Prosigue la noticia, “… el número de desaparecidos se estima en mil y han desaparecido, igualmente, los ocho mil habitantes de un pueblo costero y los nueve mil quinientos del pueblo vecino…” Bueno. Esto es de nota. Repito, ¿miles qué, señor editor? Pues eso…, creo que me respondería, ¡habitantes, hombre, habitantes! Si, en efecto. Pero habitantes de un pueblo también son las hormigas, ¿o no? Los diecisiete mil quinientos seres humanos desaparecidos ¿qué ha pasado con ellos?, ¿se han ido de la isla? Increíble, editores de noticias. Increíble y despreciable. 


3 – La continuación de la información sigue siendo leída con igual timbre emocional, frío: “… el índice nikkei ha bajado arrastrando en su caída a las bolsas europeas…” Y ya está. ¡Todo eso es lo que se ha dicho de muertos y desaparecidos! ¿Cómo es posible? ¿A qué intereses sociales se nos dirige con informaciones frías como el hielo sobre unas víctimas que han encontrado una muerte tan imprevista como injusta? ¿Por qué obvian la información de los miles de seres humanos que han muerto o desaparecido? ¿Cuál es el nivel de indiferencia hacia la muerte de un ser humano? 


4 – Después de expresar oralmente esta indigna información basada, probablemente, en el dicho “el muerto al hoyo y el vivo al bollo”, que yo cambio por “el muerto al hoyo y el vivo a la contaminación radiactiva”, la indignante información que se transmite a todos los oyentes continúa tan fresca: “… Alemania detendrá las centrales nucleares que hayan entrado en funcionamiento antes de 1980 (…), el mayor partido de la oposición previene sobre una oportunista apertura de la discusión partidista en materia de energía nuclear…” Vuelvo a repetir, ¿cómo es posible que se redacten noticias tan parciales, inútiles, impropias de una situación catastrófica para miles y miles de personas? ¿Es cierto que vivimos en un país que, supuestamente, es creyente de una doctrina que predica el amor y la solidaridad? No. No lo creo en absoluto. Ningún miembro dirigente de tal doctrina ha dicho ni una palabra de consuelo o ayuda en favor de tantas y tantas víctimas. Creo, más bien, que vivimos en un país en el que se redactan noticias para dirigir, adoctrinar y desvirtuar, hechos evidentes y verificables.


5 – Mi primera atención se centra en el mayor bien que poseemos en nuestro planeta, la vida. La vida de todos los seres que existen sobre ella y, desde luego, la primera es la vida humana. De entre la gran cantidad de noticias que se emiten estos nefastos días referidas a Japón, me importan las que aluden a quienes han perdido la vida, a los heridos, a desaparecidos y a la inmensa cantidad de afectados que están en una situación límite. No he oído ni una palabra sobre ayudas, excepto el avión, con un millón de € en material (poco, muy poco, pero algo es), que ha enviado China. Es posible pensar que “como Japón es un país rico”, pues eso, pues ¡allá ellos! Es inadmisible. Igualmente, es intolerable que la señora alemana esté muy, pero que muy preocupada por sus reactores nucleares, ¡como si no fuesen seguros! ¿No los construyeron bien? ¡Ah!, pues entonces nos tenía usted engañados. Es todavía mucho más indigno, por su insignificancia y mala fe, que esa señora empollona que tiene la banda de honor de ser la portavoz de una formación política española en el Parlamento, esté muy, pero que muy preocupada, en advertir seriamente, amenazante, que no se le debe ocurrir a nadie, ¡absolutamente a nadie!, hablar de centrales nucleares ahora. Tan lamentable como sus compañeros de partido, tan aprendices de políticos como ella. 


6 – Han sido tantas las barbaridades peligrosas que se han producido en centrales nucleares que haré un resumen: a) Three Mille Island, cerca de Harrisburg (EE.UU.), nada menos que en 1979, b) Chernobyl (Ucrania), ciudad abandonada en 1986 a causa del accidente atómico de la central nuclear situada a tan solo 14,5 Km. de distancia, c) por afectarnos más directamente, el cierre del monstruo que rompe el paisaje de la AP-7, Vandellós-I, cerca de Tarragona, tras el peligroso accidente del día 19 de octubre de 1989, d) los graves accidentes de la central Vandellós-II por la corrosión de las tuberías de refrigeración en 2004 y notificadas en 2007, ¡INVEROSIMIL!, el incendio de 2008, etc., etc., e) la anciana central “José Cabrera”, en funcionamiento ¡desde 1969!, sólo trece años después de la construcción de la primera central nuclear del mundo y por tanto sin comprobar ni su seguridad ni su eficacia como “nuevo invento”. Su vida útil ha sido de 37 años, ¡INCONCEBIBLE!, ¡pero si ha trabajado tanto tiempo como un funcionario! Menos mal que ya se encuentra jubilada desde 2006, f) dejamos a un lado la central de Lemóniz por haber supuesto la pérdida de vidas humanas inocentes debido a los cobardes asesinos de la banda terrorista ETA; la central nunca entró en  funcionamiento. Bien, pues tras este repaso, no podemos obviar que el parque de centrales nucleares de España es bastante obsoleto. Los ocho reactores nucleares repartidos entre Almaraz I y II, Ascó I y II, Cofrentes, Garoña, Vandellós II y Trillo I, suponen un 18,29 % de la electricidad que se genera en nuestro país. La relación “causa-efecto”, “central nuclear-electricidad obtenida”, ¿es tan importante como para exponerse a las consecuencias invisibles, irreversibles, ocultadas y mal catalogadas, que nos hacen creer cuando hablan de radiactividad?


7 – Aquellos que con machacona insistencia desprestigian la libertad de pensamiento o de manifestación en contra de tropelías realizadas por políticos y técnicos sumisos, quienes llaman a grandes voces y con las arterias carótidas hinchadas “¡Esos cuatro locos verdes, maricones y lesbianas!, ¿qué nos van a enseñar?” (oído el pasado día 12 de enero del año en curso), no saben que los insultados tan despiadadamente enseñan, con su proceder en contra de la desinformación e intolerancia, dos cosas: 1 – Que el uso de la libertad no es exclusivo de los poderosos; 2 – que lo más importante de esta vida, a veces maldecida, es poder vivir en paz ayudando a los seres humanos sin posibilidad de manifestar lo que piensan por estar bajo la bota de clavos del fanatismo, la pasividad, el cinismo y la vergüenza, de quienes no deberían ser denominados seres humanos.


Siento mucho que únicamente las cadenas de radio, SER, y de televisión, TVE1, de entre las que conozco, recuerden a los muertos, desaparecidos y damnificados, antes que emitir noticias alarmantes sobre la preocupación por salvar el dinero invertido en la bolsa y la lucha política de quienes pretenden alcanzar el poder por mera ambición propia. Mi pesar es enorme y mi pequeña ayuda incondicional.

No hay comentarios:

Publicar un comentario