martes, 31 de mayo de 2011

EL FUTURO QUE PASÓ

LA REALIDAD INCIERTA

Antonio Campillo Ruiz
                                                                                                             A Marisa

     
            “Las unidades de información
             son lo que crea la realidad,
             no las unidades de materia
             ni de energía”.
              Vlatko Vedral

“La escala más pequeña del universo – la que se rige por las leyes de la física cuántica – parece un desafío al sentido común. Los objetos subatómicos pueden estar en más de un sitio a la vez, dos partículas en extremos opuestos de una galaxia pueden compartir información instantáneamente, y el mero hecho de observar un fenómeno cuántico puede modificarlo radicalmente”.

Entrelazados

   Einstein no quería llamarlo por su nombre. Llamaba “telepatía cuántica” al entrelazamiento y “acción fantasmal a distancia” a la relación entre partículas que ocupan dos lugares a la vez. Posiblemente tenía razón. Él, que fue quien estableció teorías que han incrementado exponencialmente los estudios de la Física cuántica, no estaba satisfecho al admitir tan complejos fenómenos. Que exista la superposición, que la medida realizada sobre las características de un objeto cuántico varíe el estado del mismo, que el mero hecho de observar un fenómeno lo modifique, etc., son unos importantes y reales desafíos al sentido común.

Newton y Einstein

Superposición

   Y así es porque, con una claridad inimaginable, un ser humano puede explicar con facilidad las vivencias del futuro que pasó. Si sus partículas subatómicas han experimentado hechos que sucedieron y con el transcurrir de un tiempo infinitesimal se encuentran en otro lugar de la inmaterial materia, cuando consideremos a ésta como tal, dichas partículas volverán a experimentar un presente que fue futuro y, por tanto, ya es pasado en este nuevo estado.

Multidimensionalidad

   Este juego espaciotemporal de una inmaterialidad que se opone a la racionalidad requiere una atención especial, un estudio tan detallado y verosímil, para exponer con claridad los procesos novedosos que, por regla general, sobrepasan nuestra capacidad lógica, sobre todo al contrastarlos con algunas experiencias consideradas como de “normalidad física”.

Simultaneidad espaciotemporal

   Veamos. Aparentemente se nombra a la “dimensión tiempo” cuando se expresa la palabra simultaneidad. Claro, si la partícula subatómica se encuentra en varios espacios “simultáneamente”, aun no nombrando el tiempo explícitamente, se sobrentiende que su concepto queda establecido como unidad espaciotemporal. Esta simultaneidad puede producirse en dos puntos tan separados entre sí como son los extremos de una galaxia. Si el proceso es examinado por un observador externo, la simultaneidad desaparece y el proceso físico se produce como cualquier otro “físicamente correcto”. Pero, vamos a suponer que el observador externo puede percibir a ambas partículas, entonces, para éste el tiempo en el que transcurre la duplicidad espacial debe ser el mismo ya que es simultáneo. Para una de las partículas con respecto a la otra ya no es tan claro que el tiempo transcurra en el mismo instante. Puede que en una de ellas su existencia espaciotemporal con respecto a la otra transcurra en el pasado o en el futuro ya que, aun existiendo la simultaneidad espacial, los tiempos en unos puntos tan enormemente alejados entre sí no tienen por qué ser los mismos. De modo que, una partícula se puede encontrar en su presente mientras que ella misma, en otro espacio y “simultáneamente”, se puede encontrar en su futuro.

¿Simultáneo?

   Esta dualidad temporal no se refleja con la claridad que sería necesaria ya que nuestra concepción del tiempo físico común siempre la definimos como unidimensional y unidireccional. Los sucesos del pasado apreciados en el presente ya son inteligibles, incluso en los fenómenos físicos tradicionales, mediante la comprobación tácita de vivir en nuestro presente sucesos ocurridos hace miles de años, como es el ejemplo de estrellas o galaxias desaparecidas en nuestro pasado, siendo vislumbrado tal fenómeno en nuestro presente.

El futuro que pasó

   Pero la comprensión del tiempo desde los estudios realizados por Einstein ya es muy diferente. Espacio/tiempo y su contracción o dilatación empiezan a no ser muy bien explicados en lo enormemente pequeño. Einstein ha sido crucial para el desarrollo de la Física moderna en lo enormemente grande, pero el mundo subatómico es tan caótico, tan poco ortodoxo, tan peculiar, y sin embargo tan real, que la simultaneidad espacial y quizás no la simultaneidad temporal en un instante están provocando unos procesos de investigación tan importantes, tan serios y tan novedosos, que volverles la espalda supondría un retroceso en la investigación que, como en otras ocasiones históricas, retrasaría la vida científica hasta cotas casi irrecuperables.
    
Espacio físico normal, Manhatan

 Espacio físico arrugado, Manhatan

   Un día no lejano seremos capaces de “arrugar el espacio” para conseguir viajar a velocidades superiores a la luz. Y, ¿para qué tanta velocidad? Quizás no esté bien expresada la primera frase de este párrafo: no se trata de conseguir velocidades superiores a la de la luz, se trata de “acercar el espacio/tiempo futuro”, aquel que se encuentra más lejos al presente. De esta forma conseguiremos llegar al futuro, más rápido, más velozmente que la luz. Llegaremos al futuro en el presente. El siguiente paso será llegar al futuro en el pasado.

Acercamiento del espacio/tiempo al futuro 

6 comentarios:

  1. La física cuántica me fascina y me desconcierta a partes iguales... es como adentrase en un laberinto de ciencia ficción donde se puede estar en dos lugares al mismo tiempo. ¿Una explicación científica para el don de la ubicuidad? Arrugar el tiempo, mirar pasado y futuro... es tremendo, terrible y maravilloso, al mismo tiempo. Un abrazo.

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  2. Así es, María, si pudiésemos percibir nuestra simultaneidad, nuestra ubicuidad, sería maravilloso pero las propias leyes cuánticas nos lo impide: si la tratamos de percibir desaparece.

    El enriquecimiento mental cuando estudiamos y tratamos de comprender aspectos de lo enormemente pequeño es tan seductor como emocionante.

    Un abrazo.

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  3. Antonio, cada vez que me enfrasco en uno de tus artículos, entradas, post o como coño se llamen, es como si me enfrentara al temario de una oposición (cosa que, por cierto nunca hice, de ahí mi miedo reverencial seguramente). En esta ocasión, me ha ayudado mucho a comprender el Don de Fr. Martin de Porres (aquel simpático dominico a pesar de ser negro) que podía estar en dos sitios al mismo tiempo realizando dos tareas, lo que aumentaba notablemente su eficiencia. No sé si seremos capaces de arrugar el espacio, de momento, yo voy haciendo prácticas my self.
    Me has pillado en plena lectura de La cuarta dimensión de Rudy Rucker. No sé si lograré sobrevivir a tanta ciencia.
    Un abrazo con perfume de Vernas, que ahora están cortando.

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  4. Muchas gracias por la dedicatoria, querido Antonio. Tu entrada me ha parecido una verdadera genialidad pero eso...ya lo sabes.

    Un enorme abrazo.

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  5. ¡Venga, Mariano, no me engañes! Soy consciente de tu interés por el pensamiento. No escribo ni una sola fórmula. Y, de oposiciones, ¡Vade retro…!
    Jugamos con unas hipótesis que se van convirtiendo en teorías demostradas. Falta…, ya lo creo que falta. Pero, ¿sabes por qué?, por ser incrédulos. Creo que Fr. Martín, con su bondad y candidez, descubrió la ubicuidad por leer Física cuántica. Pero, el que manda, manda… Le dejaron solo y el pobre no pudo desarrollar su milagroso prodigio. ¿Sería por su colorcito tostado?
    La cuarta dimensión de Rudy Rucker es un libro excelente: algunos han tenido que ser atados a una silla para terminarlo. ¡Lleva cuidado, Mariano, que sabes que te quiero!

    ¡Huy, Mariano!…, el olor de los Vernas recién cortados es uno de los placeres que concedían los dioses a muy pocos mortales. Eres un privilegiado por olerlos. Sé que has saboreado los aceites esenciales de su corteza al exprimirlo en un arroz y conejo murciano. Excelso manjar…

    Un fuerte abrazo.

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  6. Marisa, era una deuda. “El futuro que pasó” ha sido escrito gracias a tu interés por estas “rarezas” que tanto te gustan.
    Como sabes, a mí me absorben y estimulan mi pensamiento.

    Un fuerte abrazo.

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