domingo, 31 de julio de 2011

FELICIDAD SOÑADA

TERRAZA DE VERANO II
CUANDO EL CINE ES PURA EMOCIÓN

Antonio Campillo Ruiz


   La aridez narrativa de Wim Wenders en “París, Texas”, 1984, se complementa con la aridez del desierto. Sentimientos y paisajes están tan íntimamente unidos que el espectador, creo que desde los primeros momentos de la proyección, tiene la sensación de una congoja que poco a poco derivará en una inquietud permanente.


   La contemplación del desierto y su relación con las peculiaridades de una región y la dureza de sus habitantes, más el son distante de las armoniosas notas desmayadas de una guitarra, ponen a prueba la emotividad del espectador, capaz de sentirse identificado con un ambiente tan solo por medio de imágenes y música.


Es importante visionar el material audiovisual a plena pantalla


   La impecable cámara de Wim Wenders y su particular estilo narrativo, así como la longitud de sus planos, son imprescindibles en “París, Texas”. El espectador debe observar, desde el punto de vista de la cámara, cada uno de los pequeños gestos, rictus, movimientos, de unos actores que ejecutan su papel perfectamente dirigidos. Planos e importantes secuencias completas, opresivas fílmicamente, se suceden con la lenta cadencia de un dramatismo de muy difícil interpretación cinematográfica.  



Es importante visionar el material audiovisual a plena pantalla


   El terrible shock que recibe Travis le transforma, le envía a algún lugar en donde vive otro infortunio, o quien sabe si por el contrario esa transformación le hace ampliar su visión de una vida que depende de sus propios miedos. Nunca se sabrá. La paulatina metamorfosis que revive con serenidad es tan importante como beneficiosa para todos los seres queridos de otro tiempo. Para él no tiene importancia.


Es importante visionar el material audiovisual a plena pantalla


   El guión y la planificación son como un deslumbrante paraíso de polvo, de dolorosas tristezas que, cuando se posan suavemente sobre el suelo, son imborrables, inamovibles, porque dejan una alfombra de emociones que sólo debe ser interpretada por el propio espectador.


   Este indefinible viaje cíclico que emprende sin descanso Travis es similar al que le mantiene con vida. Un impreciso e inacabable viaje por los senderos inhóspitos de un mundo que para él no tuvo sentido y ahora, tras la búsqueda de Jane, no sabe si lo tendrá. Su única satisfacción estriba en que su familia prosiga un camino que la acerque a la felicidad que siempre soñó.


NOTAS A LOS LECTORES.- Las palabras con hipervínculos, color rojo, correspondientes a “Paris, Texas” y Wim Wenders, que se encuentran repetidas en el texto no poseen la misma página de consulta. “Paris, Texas”, en el primer caso, pertenece a la propia película, en el segundo indica el lugar geográfico en el que se desarrolla la acción. Para ver este segundo hipervínculo, una vez abierta la página, se debe oprimir enter, después se podrá utilizar o no el zoom. En cuanto a Wim Wenders, en la primera aparición en el texto, la página está en español y en la segunda está en inglés.


Es importante visionar el material audiovisual a plena pantalla

2 comentarios:

  1. Y sigo deleitando la narrativa de tus entradas, en este caso, la de la película "París Texas", en los que según dices, están unidos los sentimientos y paisajes, me gusta esa mezcla, donde se pone a prueba la emotividad del espectador.

    Besos.

    ResponderEliminar
  2. Sí, Carla, te invito a que compruebes que esta película, dramática donde las haya, posee un magnetismo que une entorno con guión y planificación.

    Aunque para algunos espectadores es un poco extensa, como decía David Lean, la duración real de la película debe ser suficiente para sentir el tiempo representado.

    Me alegro que te resulten emotivas las secuencias que he adjuntado.

    Un fuerte abrazo.

    ResponderEliminar