miércoles, 13 de julio de 2011

POESÍA HISPANOÁRABE III

LAMENTO

María Luisa Arnaiz Sánchez



Amadeo Roca
  
   ALBAS:
Ven, hechicero;
alba que está con tan bello fulgor,
cuando viene pide amor.

¡Alba de mi ardor!
¡Alba de mi alegría!
No estando el guardador,
esta noche quiero amor.

No dormiré, mama,
al rayar el alba,
viene Abu-l-Qasim
con faz de aurora.

Partió mi amigo al alba
y no me despedí de él.
¡Qué soledad la de mi corazón
en la noche al recordarle!

   (En estas jarchas aparece tanto la forma hispánica de las albas -el encuentro amoroso ocurre con las primeras luces del día-, como la de otros países europeos -los amantes se despiden al amanecer-.)

   QUEJAS:
De improviso besó mi boca,
se lo diré a mi madre.

¡Por Dios, me desahogué gritando,
me ha roto mi pecho,
me ha herido mis labios
y me ha deshecho el collar!

¡Quieto, quieto, para, no seas agresivo;
me rompes el aderezo y esparces las cuentas!

¡Merced, merced! ¡Oh hermoso, di!
¿Por qué me quieres, por Dios, matar?

   (La protesta femenina se deriva del daño físico y moral que le procura el amante.)

NANAS:

Como hijito ajeno,
ya no duermes en mi lecho.

¿No vienes, niño mío, conmigo?
Hoy desayunarás,
te daré mi hermosura y mi pecho,
y no seré parca.

   (En estas jarchas, originariamente canciones de cuna, el amante ocupa el lugar del hijo y se emplean expresiones materno-filiales como algo corriente entre enamorados.)

3 comentarios:

  1. Maria Luisa, gracias por seguir compartiendo la poesía hispanoárabe, una poesía que ignoraba y no tenía conocimiento de ella, muchas gracias.

    Besos.

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  2. Como te dije la otra vez, me das ánimos para continuar. Besos.

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  3. María Luisa, no dejes nunca de publicar, tus entradas son muy bellas, así como las imágenes que compartes, que las conviertes en arte.

    Besos.

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