viernes, 26 de agosto de 2011

POEMAS ANDALUSÍES XIV

CASTIDAD

María Luisa Arnaiz Sánchez

Philip Gladstone

                                                        CASTIDAD
                                             BEN FARACH DE JAÉN, X

Aunque estaba pronta a entregarse, me abstuve de ella
y no obedecí la tentación que me ofrecía Satán.
Apareció sin velo en la noche y las tinieblas nocturnas,
iluminadas por su rostro, también levantaron aquella vez
sus velos. No había mirada suya en la que no hubiera
incentivos que revolucionaran los corazones.
Mas di fuerza al precepto divino que condena la lujuria
sobre las arrancadas caprichosas del corcel de mi pasión,
para que mi instinto no se rebelase contra la castidad.
Y así pasé con ella la noche como el pequeño camello
sediento al que el bozal le impide mamar.
Tal un vergel, donde para uno como yo
no hay otro provecho que el ver y el oler.
Que no soy como las bestias abandonadas
que toman los jardines como pasto.

                                              ESCENA DE AMOR
                                SAFWAN BEN IDRIS DE MURCIA, XII

¡Qué hermosa es, y eso que la hermosura es una tan solo de sus             cualidades! ¡No hay hechizo en el mundo fuera del de sus
 movimientos! Es una luna tan bella, que si se dijese a la luna:
¿qué quieres ser?, de cierto que diría: “seré uno de sus halos”.
Cuando la media luna de cielo está frente a ella, la ves como su
imagen, cuando se mira al espejo. El lunar puntúa en la página
de su mejilla los nunes que escriben en ella los rizos de sus
sienes. Salí en su compañía cuando la noche permite que se
aproxime, bajo su manto, el fuego de mi aliento al fuego de sus
encendidas mejillas. La estreché como estrecha el avaro su
tesoro, abarcándola por todos lados, y la entrelacé con las
cuerdas de mis brazos, porque es una gacela cuyas escapadas
temo. Mas mi castidad rehusó besar su boca y el corazón quedó
replegado sobre sus brasas. ¡Maravíllate del que siente arder sus
                   entrañas y se queja de sed, teniendo el agua en la garganta!

4 comentarios:

  1. La hermosura del alma se estrecha en unos brazos que aman.

    Besos.

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  2. Si, y refrenar las pasiones es señal de solidez anímica o espiritual, según se mire.

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  3. Una preciosidad, Antonio, el ejercicio de las virtudes que tan pasadas de moda parece estar, encuentran en tus letras la exaltación que merecen.

    ¡Maravíllate del que siente arder sus entrañas y se queja de sed, teniendo el agua en la garganta!

    Magnífico, simplemente magnífico
    Gracias por compartir tu talento
    Un abrazo

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  4. María, ¡ya quisiera yo ser Safwan ben Idris, paisano mío del siglo XII!
    Esta serie, “Poemas Andalusíes” pertenecen a los autores que los encabezan.

    Sí, mi paisano Safwan hacía sentir al lector la exaltación de las virtudes.

    Un fuerte abrazo.

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