jueves, 24 de noviembre de 2011

PADRINO, GOYA

MARÍA DEL ROSARIO WEISS

Antonio Campillo Ruiz

La lechera de Burdeos, Goya

   “Esta célebre criatura quiere aprender a pintar de miniatura, y yo también quiero, por ser el fenómeno tal vez mayor qe. habrá en el mundo de su edad hacer lo qe. hace, la acompañan cualidades muy notables... le emvio a V. una pequeña señal de las cosas qe. hace qe. a pasmado en Madrid a todos los profesores como espero que sea ay lo mismo”, fragmento de una carta de Goya fechada en 1824 a su amigo Joaquín María Ferrer, exiliado en París.

Autorretrato, Rosario Weiss

   Rosario era hija de Leocadia Zorrilla, mujer a la que Goya conoció en la boda de su hijo Javier en 1805 por ser pariente de la novia. Aunque sin nada que lo corrobore, se ha dicho que pudo ser hija del pintor aragonés ya que Isidoro Weiss, marido de Leocadia, había denunciado a su mujer “por infidencia, trato ilícito y mala conducta” en 1812. Teniendo en cuenta que la madre fue ama de llaves en la Quinta del Sordo y que Rosario nació en 1814, no sorprende que las habladurías nunca hayan cesado. Sin embargo, la que fuera nombrada maestra de dibujo de Isabel II y de su hermana fue, en palabras de Álvarez Lopera, “una artista de cortos vuelos y escaso éxito, cuya obra estaría compuesta…por retratitos a lápiz y copias”. Si la traigo a esta galería es porque, aparte de haber tenido un benefactor de la talla de Goya, hace poco se habló de ella en relación a querer atribuirle “La lechera de Burdeos”, obra firmada por Goya en 1827. Como las barbaridades venden mucho, habrá que decir que la mala fe también es mucha pues, a la edad que tenía en esa fecha Rosario y por lo que hizo después, su producción no roza a la del genio.

SU OBRA

Ángel, Rosario Weiss

El mendigo cojo, Rosario Weiss

Rosario Weiss

Rosario Weiss

Pedro Rafael del Bosque, Rosario Weiss

11 comentarios:

  1. Contigo sempre aprendo. Um grande bj querido amigo.

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  2. Una entrada maravillosa para conocer algo más de Rosario Weiss...

    Imposible ser mujer en aquellos tiempos!!!...

    Gracias y beso agradecido....

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  3. No conocía a esta pintora ni tampoco las habladurías que salpicaron al mismo Don Francisco.
    Creo que, con las pinturas que nos muestras, queda clara la diferencia entre uno y otra. Al menos, yo la veo.

    Eres un pocico de sabiduría, querido Antonio, lo mismo que Mª Luisa.
    Es un placer venir a este blog, aunque llevo unos días que apenas si tengo tiempo para nada y ya he visto la referencia quijotesca que me perdí, ay.

    Besos y abrazos para los dos.

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  4. Supongo que lo que nos traes aquí hoy, Antonio, es la necesaria crónica histórica de algo muy desconocido, al menos para mi, por un lado, y que el padrinazgo es tan antiguo como las habladurías de la gente de mala fe, antes populacho. Tomo nota y reavivo esa lección por si se me olvida alguna vez.

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  5. No, Gisa, nos enriquecemos ambos. Yo de ti y tu de mi.
    Esta es la virtud de poder intercambiar libremente ideas y palabras.

    Un fuerte abrazo, Gisa.

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  6. Pues sí, Beatriz, así es. Ser mujer en esta época era bastante problemático. Ser mujer que sabe era una muralla insalvable. Ser artista, un castillo con almenas y duras defensas.
    Este es uno de los muchos ejemplos en los que, además del castigo de ser mujer y artista, Rosario tuvo que soportar la desgracia de los comadreos.

    Un fuerte abrazo, Beatriz.

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  7. Desde luego, Isabel, los estilos pictóricos son bien diferentes. A pesar de ello, Rosario poseía una gran facilidad para la perpectiva y el dibujo. Era una pintora, una artista.
    Las habladurías formaban parte de lo cotidiano. Es posible que hoy, excepto los fariseos de siempre, se diría ¿y qué pasa? Pues eso, nada.
    Nos encanta que te agrade.

    Un fuerte abrazo, querida Isabel

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  8. Sí, Enrique, cuando aparece una historia desgraciada por las malditas habladurías, por los nefastos correveydile de turno y estos comentarios hunden a quien simplemente se dedica a vivir, debemos pensar que la sinrazón de la calumnia es terrible.
    Como bien sabes, está implantada en nuestra vida tan moderna y civilizada. Es una desgracia como otra cualquiera.

    Un abrazo, Enrique.

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  9. Y tantos años después sigue dando que hablar...
    Su trabajo de copista complicó aún más su reputación.Pobre Rosario...
    Gracias por esta entrada tan interesante, Antonio.
    Abrazos!

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  10. Cierto, María, después de tantos años, estudiosos y mentirosos siguen cebándose con ella.
    Otro ejemplo más de lo relegadas que han estado muchas personas, por diversos motivos, de las celebridades consagradas.

    Un fuerte abrazo, María.

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  11. Todo apunta a que Rosario tenía genética de Fancho ( Goya) y que se le atribuye entre otras obras la famosa Lechera de Burdeos. En época una niña o niño era mayor con ocho años e incluso se le podía condenar a muerte en la conocida gran España. Nacer en una etapa tan turbia y de manera natural, podía darse que: Leocadia quedara embarazada y la niña la adoptara Goya en la creencia de que era propia. Lo que si es cierto que Rosario le asistió hasta 1828 y así consta su presencia en el Cementerio de Burdeos que existió un dosier muy interesante que incluía testigos. Hay asuntos enigmáticos ahora, pero consta incluso en Escritos de Mesonero Romanos, datos esclarecedores de Goya y de su hija. Rosario pasó al servicio de la Reina ISABEL en calidad de copista y restauradora, era rápida y también manejaba el tórculo con destreza.Pero la edad que da el sr Mesonero en el Semanario Pintoresco no coincide con 1814 y dejo claro que el insigne era exageradamente exacto y escrupuloso. Muy fuerte debía ser para manejar el tórculo para la Tauromaquia que aquí dejo claro que apunta a su buen hacer aunque su padre realizara los bocetos. Hace años, antes de las comprobaciones de la Lechera, dejé claro que no podía ser de Goya, imposible, pues con 80 años, con cáncer, emprendió un viaje a Madrid y al no poder cobrar sus pagas prosiguió su marcha a Cádiz con la excusa de ver allí a su hijo Javier.Dice un articulo que le acompañaba el famoso médico Gall ( del que sospecha Mesonero que le amputó la cabeza) y don Elpidio del Mier Olea quien le cedió una casa en la que vivió clandestinamente más de medio año.Cuando regresó a Burdeos con Rosario ya era imposible pintar, había perdido mucha vista y era necesaria su hija para poder levantarse o salir. josemariavv@gmail.com

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