jueves, 1 de diciembre de 2011

¿HOMOSEXUAL CERVANTES?

EL EROS DE CERVANTES

María Luisa Arnaiz Sánchez

Henry Scott Tuke

   En 1986 apareció el ensayo “Ascoltare Cervantes” de Rosa Rossi y la primera reacción indignada fue la de Francisco Ayala en “Cada loco con su tema”, un artículo publicado el 7 de septiembre de 1987 en El País, en el que se reía de la hispanista italiana: “en cuanto a la alegada homosexualidad, es condición tan hábil…que apenas si ofrece base para inducciones firmes acerca de la manera como contribuye a plasmar la entidad psíquica de un determinado sujeto”. El 20 de marzo de 1988 José Ángel Valente publicó en el mismo medio otro artículo, titulado “Cervantes o el rumor”, en el que aludía a “alguna áspera reacción que, en su misma descompostura, parecía transparentar arcaicas formas de nacionalismo viril” por el de Ayala. La hispanista italiana conjeturaba sobre la posibilidad de que Cervantes hubiera tenido veleidades homosexuales.

Henry Scott Tuke

   Para hablar de las relaciones entre homosexualidad y literatura conviene tener en cuenta cuál ha sido la mentalidad de las gentes respecto de esta atipicidad según criterios puramente ortodoxos. Es sabido que el modelo de comportamiento sexual se ha establecido inveteradamente conforme a los parámetros masculino y femenino y la conducta que se desvía de ese patrón ha sido catalogada como aberrante. Los nombres que se han dado a la elección sexual de un mismo sexo, en este caso la masculina, indican el criterio social en que se ha tenido: “pecado nefando” en tiempos de Cervantes, “vicio” en el de Wilde y “enfermedad” en el psicoanálisis. Si bien es verdad que no es un delito en algunos países y que la Organización Mundial de la Salud la excluyó de la lista de enfermedades, lo cierto es que todavía la libre elección del eros se ve afectada de cierto disimulo y que el lenguaje estigmatiza a diario lo diferente.

Henry Scott Tuke

   Louis Combet cita los textos donde Cervantes fue acusado de “cornudo” e “impotente”, variantes de la diversidad sexual, como en los conocidos versos de cabo roto “no sé si eres, Cervantes, co ni cu- ('coño' y 'cuclillo' -alusión esta última de cornudo-) … hablaste, buey, pero dijiste mu” de Lope de Vega. Pues bien, Rosa Rossi dice que “Cervantes vivió una fantasía de homosexualidad…cuando estuvo cautivo…en casa de Hassán Pachá, un jefe musulmán conocido…por el hecho de rodearse de un harén masculino…Cervantes fue con absoluta evidencia…particularmente apreciado y respetado por Hassán, que era…un renegado veneciano…cuando compareció ante él, acusado del delito de evasión…delito por el que otros fueron…empalados por el propio Hassán”. De hecho Hassán le perdonó la vida tras su cuarta intentona de fuga.

Henry Scott Tuke

   José Ángel Valente en el artículo mencionado decía: “El eros de este escritor radicalmente casto resultó, a la larga, mucho más complejo que el de la mayoría de sus contemporáneos y mucho más de lo que habían entendido o deseado entender sus intérpretes tradicionales o tradicionalistas. Aunque bien claro está que una de las características del tradicionalismo ibérico es la incapacidad -probablemente asumida como principio- de percibir el eros”. Es hora ya de desacralizar a Cervantes, convertido en héroe patrio bajo una concepción unitaria de España que olvida su diversidad, sin que ello vaya en menoscabo de la genialidad de su obra.

Henry Scott Tuke 

7 comentarios:

  1. Cuando se menean los cimientos del macho ibérico, y más si es un macho ibérico universal, inventor de la novela, guerrero de Lepanto, recaudador de impuestos, etcétera, las voces mojigatas claman justicia heterosexual.
    ¿Y qué más nos da si Cervantes tuvo tendencia homosexual? Lleva razón José Ángel Valente: lo que importa es su obra.

    Muy interesante la entrada, Mª Luisa, y esas pinturas de Henry Scott Tuke son preciosas, un gozo para la mirada.
    Un beso.

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  2. Eso, Isabel, cuánta mojigatería y qué verdad la de Valente, esa del tradicionalismo ibérico incapaz de percibir el eros. Besos.

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  3. Pues la verdad es que solo conozco las biografias de Cervantes de Jean Canavaggio, Bruno Frank y "las vidas de Miguel de Cervantes" de Trapiello y en ninguna aparecen signos de homosexualidad, que yo haya detectado. La verdad es que no se si a estas alturas el asunto tiene alguna o ninguna importancia, pero el post es muy interesante. Enhorabuena, abuela.

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  4. No sé si conoces “Cervantès ou les incertitudes du désir” de Louis Combet, obra anterior a la de Canavaggio. Combet habla de “latencia homosexual” en Cervantes mientras que Jean Canavaggio lo rechaza (“la prudente s’impose à qui se lance dans la quête des mètaphores obsédantes”) porque la homosexualidad es para él una enfermedad.
    Obviamente carece de importacia su eros.
    Gracias por tu felicitación, Mariano.

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  5. Quería decir que leyeras "prudence" donde he puesto "prudente" en la cita de Canavaggio. ¡Mira que me haces reír!

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