DECISIONES DE EEUU EN VIETNAM
Antonio Campillo Ruiz
El “New York Times” publicó el 17 de junio de 1971 unos artículos referentes a un estudio secreto del gobierno de los EEUU, “Historia del proceso de toma de decisiones de Estados Unidos en Vietnam”, cuando uno de sus autores, Daniel Ellsberg, los filtró a la prensa. Popularmente son “los papeles del Pentágono”. En los documentos figuraban las razones por las que EEUU había entrado en guerra contra Vietnam y eran prueba irrefutable tanto de cómo se engaña a los estadounidenses, como de qué forma planifican los americanos los asuntos donde intervienen. A través de ellos se conoció que la CÍA había intentado asesinar al presidente de Vietnam por no cooperar con los americanos, o que la ofensiva del golfo de Tonkin, supuesto ataque de los vietnamitas contra dos destructores americanos, había sido redactado meses antes de que ocurriera. John Ehrlichman, asesor del presidente Nixon, creó el 17 de julio un grupo secreto, “los fontaneros”, cuya misión fue tapar las goteras que pudieran derivarse de la susodicha publicación. ¿Habrá que decir que operaba al margen de la ley?
Office at Night, Edward Hopper
Aunque las encuestas no lo auguraban, la preocupación de Nixon era perder las elecciones, así que se decidió a lanzar una campaña de desprestigio contra sus rivales. Para ello necesitaba hacerse con información secreta, de modo que envió a los fontaneros para que instalaran micrófonos en la sede del Partido Demócrata, situada en el complejo Watergate. James McCord, exagente de la CIA , que era el oficial de seguridad del comité de reelección del presidente, y cuatro cubanos anticastristas fueron los cinco chapuceros ladrones. De todos es conocido que Bob Woodward y Carl Bernstein, ambos periodistas del “Washington Post”, fueron revelando la trama urdida pero no evitaron la reelección de Nixon, cuyo segundo mandato se inició en marzo de1973. Cuando McCord, acusado de ocho cargos de conspiración, robo y escuchas ilegales, escribió una carta al juez John Sirica, diciendo que la declaración en la que se autoinculpaba era parcialmente falsa y que le había sido exigida por John Dean, consejero de la Casa Blanca y por Jonh N. Mitchell, anterior fiscal general del Estado, provocó el que otros también acusaran a las altas esferas.
Office in Small City , Edward Hopper
Richard Nixon convenció a la CIA para que interviniera y limitara la investigación del FBI en el asunto, lo que suponía un delito de obstrucción a la justicia, aunque él no lo viera así, según confesó en sus memorias: “Adopté una actitud pragmática en lo que me pareció un perturbador problema estrictamente político”. Desesperado y para evitar que las cintas magnetofónicas con todas las conversaciones mantenidas por él como presidente llegaran a los tribunales o a la comisión del Congreso, se propuso perseguir al fiscal encargado del Watergate, Archibald Cox, y pidió al fiscal general que lo despidiese. Elliot L. Richardson no transigió y dimitió, pero Nixon encontró en Robert H. Bork, subsecretario de Justicia, la comprensión negada. Ante la impostergable acusación, el presidente nombró un nuevo fiscal y autorizó la transcripción de algunas cintas. El 5 de agosto de 1974 entregó las cintas restantes, que tenían un espacio de dieciocho minutos y medio en blanco, y cuatro días después se convirtió en el primer presidente de Estados Unidos que presentó la dimisión.
Nighthawks, Edward Hopper