domingo, 8 de enero de 2012

CONDENA INJUSTA

CAMILLE: LA PASIÓN MUTILADA

Antonio Campillo Ruiz

Camille Claudel

   En un aciago día de 1883 Camille Claudel, una joven de 19 años de una belleza delicada y dotada de un talento precoz e inimitable, llegó al taller en el que Rodin, con igual fuerza que la naturaleza lo había creado, se enfrentaba al mármol con violencia extrema. Camille, que había estudiado en la academia Colarussi, se acercó al maestro para aprender la técnica de su cincel pero al poco tiempo se vio enredada en el cúmulo de pasiones contradictorias en las que aquel hombre vivía y esculpía.

Las Puertas del Infierno, Rodin y Camille Claudel 

   Entre ambos creció una pasión desatada, tormentosa, excitante y destructiva, que no distinguía trabajo creativo de las relaciones personales como amantes. Camille era creadora, escultora, modelo y musa inspiradora, de unas obras cada vez más perfectas, de mayor calidad, impetuosas y arrebatadoras. A esta etapa de sus vidas pertenecen Las Puerta del Infierno, en las que Camille trabajó en las figuras de esta monumental obra. De igual forma, Camille es la mujer representada en la famosa y bellísima escultura El Beso, reafirmando su calidad de inspiradora y modelo.  

El Beso, Rodin

   El talento de Camille fue reconocido en el círculo de artistas y marchantes cuando Octave Mirbeau, uno de sus posteriores verdugos, proclamó públicamente su genio. La estimación que hacía Rodin del trabajo de Camille provocó sutilmente la aparición de unos celos notorios en el escultor, tanto en sus trabajos en colaboración como en los personales. Conforme la valoración pública se manifestaba cada vez con más intensidad a favor de la creatividad de Camille, el ego de Rodin iba quedando cada vez más dañado aunque reconocía y admiraba el toque personal femenino como parte insustituible de la obra de Camille.

Camille Claudel esculpiendo Sakountala en su versión de 1886

Cuaderno de Camille Claudel

El pensamiento profundo, Camille Claudel

   El inmerecido y humillante desprecio que sentía Rodin por quien le cuidaba dócilmente, Rose Beuret, con la que al final de su vida se casó, motivaba que la eterna acompañante de fiestas y viajes fuera Camille Claudel, mujer culta, formada en las artes y de inteligente conversación. Donde apareciera ella, era la prueba indiscutible de su magnífico gusto y se ignoraban las groserías de él. Todo derivó en una farsa. Sus celos profesionales, el progresivo despecho y el tratamiento represor por la creatividad de Camille, acabaron con el poco amor que quedaba de la inmensa pasión que otrora les había enajenado.  La vida de Camille cambió al conocer a Claude Debussy pero la suerte no la acompañó.

Jeune Fille á la Gerbe, Camille Claudel

Camille Claudel 

   Tras haber sido encerrada por sus familiares, Camille miró a lo largo de treinta inmensos años una pared desnuda y plana, ella, que había creado de una masa informe la vida con sus manos. Este hecho -consta que se le diagnosticó manía persecutoria-, fue un acto que se podría clasificar dentro de los asesinatos premeditados con la agravante de tormento. No creo que fuera una esquizofrénica ni que tuviese enfermedad mental alguna. Sencillamente a Camille Claudel le robaron el espíritu cuando le robaron la posibilidad de expresarse como sabía: por medio de la creatividad y el genio.

Foto de la familia Claudel en su domicilio de París, 1883

A la izquierda con un gorro, el padre. Con una cruz, Paul. En el centro, Camille. Delante de ella, su madre. En primer plano, Louise, ya comprometida con el joven de la derecha de la foto. Tras él, una compañera de estudios de Escultura de Camille, Jessie Lipscomb. Al fondo, el suegro de los Claudel, Ernest de Massary.



15 comentarios:

  1. Uma grande mulher. Lindo post.
    Um bj meu amigo

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  2. Pienso como tú, querido Antonio: no estaba esquizofrénica ni sufría ninguna otra enfermedad mental.
    La recluyeron injustamente, cercenaron su creatividad y la mataron en vida. Una pena, una auténtica pena. Siempre me ha conmovido Camille como escultora, su genio evidente; y siempre me ha aterrado la injusticia terrible que sufrió.
    Un abrazo bien grande y gracias por reivindicar a esta mujer excepcional.

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  3. Estás consiguiendo que me enamore de la Claudel, Antonio.
    Me encanta leerte y con esas historias mucho mas.

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  4. Feliz semana que ya está ahí, y, ves, tan temible no era ese 2012

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  5. Muchas gracias, amigo Campillo, por tus cálidas palabras, tan alentadoras.
    Tu blog -ya lo sabes tú- es de una altura intelectual envidiable. Visitarlo es, seguro, aprender algo nuevo. Y disfrutar.
    Un gran abrazo.

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  6. Así lo creo yo, Gisa. Camille fue una gran mujer y una artista ultrajada. Gracias por tus palabras.

    Un fuerte abrazo, Gisa.

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  7. Su padre fue el único que la protegió, pero murió.
    Lo que me irrita es leer alguna biografía de Camille en la que se dogmatiza que estaba enferma y que debía mantenerse en un psiquiátrico.
    Mientras, su hermano, culto poeta y escritor según los mismos autores, vivía como una sanguijuela de los chanchullos amañados con marchantes y demás familiares. Un horror.
    La razón y la justicia debería reivindicar a Camille.

    Un fuerte abrazo, querida Isabel.

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  8. Creo que una imagen (escultórica o pictórica) vale más que mil palabras, y solo hay que detenerse en la magnífica fotografía que dejas de la familia de Camille como para intuir (solo intuir) como, si le dieron la vida, también se la quitaron...

    Maravillosas "Las Puertas del Infierno". Creación, vida y pasión aunadas en perfecta conjunción.

    Siempre aprendiendo contigo, Antonio, y siempre agradeciendo este nivel de tus post.

    Un fuerte abrazo.

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  9. Enrique, yo estoy enamorado de ella.
    Fíjate. ¿Crees que con esos ojos claros y luminosos de mirada inteligente y apasionada no se enamorarían de ella en la época entresiglos? (es un detalle fotográfico). Otro detalle: ¿has visto una mujer más delicada, asustada y encogida, que la menuda Camille en la fotografía en la que se encuentra con toda su familia? (es la del punto de fuga de la fotografía). Ya debía presagiar lo que le esperaba.
    Enrique, mujeres con tanta verdad en su interior, tanta pasión por y para todo, tanta capacidad de trabajo y genialidad ha habido muchas en la historia. Camille fue una de las más destacadas.

    Un fuerte abrazo, Enrique.

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  10. Así es, Enrique. Los centros comerciales están haciendo su enero.
    El galleguiño sigue amueblando su casa y no tiene tiempo de salir.
    El tiempo, con olor a efecto invernadero. nos proporciona una temperatura y sol suaves, suaves... y, para cuando suban los mares y se achicharren los que queden..., ¡todos nosotros, calvos!
    ¿Qué más podemos desear?

    Un fuerte abrazo, amigo Enrique.

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  11. Antonio, me agrada tanto que me llames "amigo Campillo" que estoy deseando verlo escrito por ti. Eres el único que me llama así y te rogaría que continuases haciéndolo siempre.
    Acepto tus elogios. Inmerecidos según mi opinión, pero acato tu opinión por tu sabiduría. Creo que es muy importante aceptar opiniones sabias y es también muy importante ser agradecido.
    Por otro lado, comprenderás que ante publicaciones como la que compartiste con todos nosotros hace unas horas, y digo horas porque la he leído muchas veces desde que la insertaste en este medio, infernal técnicamente pero excelente como elemento comunicador, existen pocas y hay que beberlas, absorberlas y aprenderlas.
    Antonio, eres un excelente poeta, escritor, profesor y amigo.

    Un fuerte abrazo.

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  12. Al seleccionar las fotografías y esculturas para ilustrar estas pocas palabras sobre Camille, cuidé de ella, de su imagen real o como modelo y que sus trabajos no fuesen los suplicantes ni desesperados como en la publicación de su carta anterior.
    La fragilidad de Camille rodeada de su familia es impresionante.
    Uno de los sinsabores que leemos y oímos repetidamente es la autoría de "Las Puertas del Infierno". No dudo que el talento de Rodin esté plasmado en ellas pero la clarividencia de Camille también se encuentra en ellas.
    Unas puertas de bronce puede ser fundidas, con dificultad, pero se pueden elaborar. Ahora bien, las genialidades de la estructura general de las figuras que las conforman poseen una delicadeza y creatividad que no parecen ser humanas.
    ¿Qué intervención tuvo Camille en ellas? ¿Las diseñó ella? ¿Sólo fue ayudante? Nunca lo sabremos, fuese cual fuese su trabajo.
    Sí, Marisa, "Las Puertas del Infierno" poseen la pasión de Camille, la creatividad de Camille y la vida atormentada de Camille.
    Es un placer que te haya gustado este pequeño homenaje a la bella, genial y atormentada, Camille Claudel.

    Un fuerte abrazo, Marisa.

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  13. Si, pasión, tragedia, abandono, soledad. Creo que fue un genio que vivió en una época que no le correspondia, quizás. Es muy interesante el texto; no conocía la película.

    Abrazos desde una Holanda húmeda y gris.

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  14. Pilar, los siento. Siento que con este viaje parezca que te he olvidado. No. Nunca. Cuando tu comentario se publicó ya me encontraba fuera de casa.
    Si, todo lo que dices es lo que nunca se ha dicho de esta mujer menuda y con carita asustada, entre quienes rompieron su ser interior.
    Creo, como tú, que en otra época, que no quisiera determinar, es posible que no hubiese sucedido esta tropelía.
    En la película, como en todos los casos en los que se narran hechos reales, el punto de vista del realizador es decisivo. Creo que su visión de Camille, enfrentada a la creatividad de Rodin sin definir muy bien la causa de tales enfrentamientos, no es sino una opinión. Antes de visionarla, el espectador debería saber un poco más de lo que nos han contado sobre Camille Claudel.

    Un fuerte abrazo, Pilar.

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  15. Pilar, los siento. Siento que con este viaje parezca que te he olvidado. No. Nunca. Cuando tu comentario se publicó ya me encontraba fuera de casa.
    Si, todo lo que dices es lo que nunca se ha dicho de esta mujer menuda y con carita asustada, entre quienes rompieron su ser interior.
    Creo, como tú, que en otra época, que no quisiera determinar, es posible que no hubiese sucedido esta tropelía.
    En la película, como en todos los casos en los que se narran hechos reales, el punto de vista del realizador es decisivo. Creo que su visión de Camille, enfrentada a la creatividad de Rodin sin definir muy bien la causa de tales enfrentamientos, no es sino una opinión. Antes de visionarla, el espectador debería saber un poco más de lo que nos han contado sobre Camille Claudel.

    Un fuerte abrazo, Pilar.

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