CONVERSACIONES CON MI
HIJA LAURA X
Antonio Campillo Ruiz
Dans notre société tout
homme qui ne pleure pas
à l'enterrement de sa mère
risque d'être condamné à mort.
Albert Camus
- Es un poco pesado que deteriorando la pantalla grande como
lo están haciendo, tengamos que soportar día tras día cómo en la pequeña pantalla
se repiten hasta la saciedad películas a veces importantes, pero…
¿no hay más? ¿No pueden programar en esas cadenas de “sólo cine” una variedad
más amplia?
- Bueno, Laura, creo que el secreto es compartido, como
siempre, por dos razones importantes: el dinero y lo que “es adecuado en
función de la oportunidad social”. Es un hecho que repetir en distintas franjas
horarias una película (muchas no son ni siquiera interesantes) abarata el
precio y llena espacios televisivos con facilidad, incluso programando la emisión
con un ordenador. Que sean oportunas o no socialmente implica que, en función
de acontecimientos que han pasado o están sucediendo, determinadas películas favorecen
en los espectadores comportamientos dirigidos.
- Sí, pero me gustaría poder ver una película de un buen
realizador y con un argumento que necesitase ser pensado y criticado íntimamente, que hiciese reaccionar
ante una historia importante.
- Bien, como el camino se hace al andar, te recomiendo una
película cuyo argumento está basado en el texto de una novela conocida
mundialmente y realizada por un director excepcional: “L’étranger” “El extranjero” de Luchino Visconti, 1967.
La inmortal obra de Albert Camus se inicia así:
"Aujourd'hui,
maman est morte. Ou
peut-être hier, je ne sais pas. J'ai reçu un télégramme de l'asile : “Mère
décédée. Enterrement demain. Sentiments distingués.” Cela ne veut
rien dire. C'était peut-être hier."
Realizada desde su
principio con un largo flash back que ocupa más de la mitad de su duración
total, Visconti nos introduce en la historia con la pasmosa seguridad de Meursault, el protagonista, por la
ecuanimidad de la justicia. Comprobará, para su asombro, el retorcido proceso
del pensamiento social ante hechos naturales. Trasladar a imágenes esta
compleja red de sentimientos, razones de vida, adocenamiento compulsivo de un
trabajador, la soledad sin sentido que posee Meursault, introvertido y desapasionado ser que habita este planeta pero no vive en él,
tuvo que suponer para Visconti un esfuerzo muy grande. Además, dudo mucho de que
cualquier otro realizador sin la especial sensibilidad que poseía Visconti
hubiese tomado las riendas de este corcel tan apasionado como irascible:
fotografiar sentimientos.
Los amigos de Meursault no son especiales. Personas
solitarias que buscan una vida mejor, como casi todos. De entre ellos, Salamano, su viejo vecino, es una figura
imprescindible para comprender la nada en la que se desenvuelve el
protagonista. Su único amigo, un perro tan viejo y enfermo como él, anda siempre
a la greña con su amo hasta que le abandona, momento en el que la vida de Salamano se convierte en un infierno
por tratar de encontrar a su amigo. Recuerda, Laura, a Galdós cuando, por boca
del gran Rafael Alonso, decía: “¡A mí me
va a decir usted, Sr. Conde, lo que es la soledad que he enterrado ya a tres
perros!”. Visconti capta los sentimientos humanos y las motivaciones
externas de un comportamiento normal pero considerado por la sociedad como extraño, otro significado, en este caso muy importante, de la palabra étranger.
Planos casi
quemados por contraluces, que no se han querido mitigar, producen una sensación
de sempiterna luz irritante, sofocante en su dureza. La vigilia larga, casi
interminable, se mezcla con prisas irreverentes que son empujadas por la luz. Siempre
la luz. Una llamarada que Meursault va perdiendo hasta un fundido
a negro.
Mira, Laura, fue
realizada nada menos que en 1967, en una década en la que el cine fue
importante y consiguió ser serio. No eres consciente de este hecho porque te
faltaban muchos años para nacer. Bien, pues desde su realización, cuando la
visioné por primera vez como película gravemente peligrosa para la moral y
buenas costumbres, me he esforzado por volver a visionarla en el cine:
imposible. Las muertas “fuerzas vivas”, determinaron que una película basada en
una novela de Albert Camus debería ser perniciosa para la sociedad moderna. “L’étranger”
es un prodigio de censura soterrada. Su argumento, causa principal de la
censura de los sabios inútiles, es imprescindible, la interpretación de
Marcello Mastroianni en el papel de Meursault
es de antología, así como la de Anna Karina como María. ¿Cómo se puede realizar una película en la que apatía e
incomunicación, espléndidamente conseguidas, sean protagonistas? Creo que nadie
como el propio Albert Camus nos puede explicar la clave:
“Je voulais dire
seulement que le héros du livre est condamné parce qu'il ne joue pas le jeu. En
ce sens, il est étranger à la société ou il vit, il erre, en marge, dans les
faubourgs de la vie privée, solitaire, sensuelle. Et c'est pourquoi des lecteurs ont été tenté de le considérer
comme une épave. Meursault ne joue pas le jeu. La réponse est simple : il refuse de mentir."
Es importante visionar la
película a plena pantalla.