sábado, 5 de enero de 2013

RECUPERAR LA IDENTIDAD

ABNEGADA MADRE

Antonio Campillo Ruiz

Renso Castaneda

   Siempre me encuentro detrás. Detrás de aquellos que necesitan realizar poco esfuerzo para alcanzar sus hazañas. Grandes hazañas para ellos pero mínimas consecuencias en la obra que se consigue acabar. Soy el contrafuerte de la pared que no existiría sin mí, el puntal que sostiene el andamio mientras se construye una casa cuya obra dura y perdura porque de forma continua se van retocando los planos. Y aguanto. Y aseguro. Pero eso sí, poco se dice, casi todo se silencia. Soy abnegada madre rechazada y sacrificada viuda ejemplar. A veces no hay más remedio que reconocer mi existencia pero con frecuencia es un suceso pasajero. Les parece más apropiado para mí esconderme, guardarme por años como si me protegiesen. 

Renso Castaneda

   A pesar de este sentimiento de tristeza que me atenaza, muchos son partidarios de que se me libere. Ciertamente a veces me sacan de paseo un rato y me vuelven a llevar a aquel tedioso rincón, casi húmedo, en donde me deterioro un poco cada día. Incluso muchas veces me reparten por diversos lugares para estar seguros de que estaré protegida. Yo pienso que viviendo en varios lugares me resultará más difícil reunirme en continuidad y, de este modo, jamás me explicaré completamente. Soy guardiana del pasado, profesora del presente y generadora de un futuro basado en las enseñanzas que guardo con celo a pesar de ser reiterativas. 

   Querría estar delante. Que me comprendieran y, ya que realizo tantas y tantas labores, que se  conociesen todos mis secretos, los buenos y malos, todos. Parece que es una solicitud impropia de mí. Que me debo dejar llevar y dirigirme hacia donde me quieren tener, sosteniendo, apuntalando, ayudando. Hace un tiempo que pienso en mi nulidad por no saber explicar debidamente preguntas que son requeridas con demasiada frecuencia: ¿Por qué? ¿A quién? ¿Cuándo y como? Sobre todo, soy consciente de consentir que me rehagan, que me renombren y que el tiempo caiga sobre mí con igual fuerza que el martillo sobre el hierro tras su salida de la forja. Pienso que soy igual de débil que este hierro candente. Me modelan con fuertes golpes y me introducen en el bálsamo del agua de vez en cuando para repetir, de forma casi inmediata, mi calentamiento hasta mi total debilidad. Cuando repiten este proceso varias veces me transforman, me guardan, e incluso me esconden. Es en ese momento cuando las opiniones se rebelan sin poder ayudarme, se enfadan sin poder redimirme del deshonor producido por otros: se trazan hipotéticas líneas teóricas de mi proceder sin acertar demasiado y sin convencer a casi nadie. Soy paciente. Sé que existo y me tienen secuestrada, piadosamente torturada por groseros voceros al mando de unos personajes que dictan el tipo de aparato con el que me maltratarán.

 
Renso Castaneda

   Un día renaceré. Será un parto difícil pero fructífero. Ese día acabará el imperio de quienes me han perjudicado tanto y tendré que convencer de mi verosimilitud a quienes siempre han solicitado mi conocimiento. Ese día amanecerá más temprano, con un sol más potente, con una luz más clara, Ese día volveré a llamarme con mi verdadero nombre: Historia.
Antonio Campillo Ruiz 

32 comentarios:

  1. Ah, la Historia, renacerá, si, pero ¿cual de ellas? ¿La de los vencidos, la de los vencedores, de las mujeres, de los hombres, de los olvidados?

    Siempre me mandas a la cama con deberes y reflexiones, Antonio. Estoy pensando en demandarte

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Con sinceridad, Mabel, creo que todas menos la verdadera. Por lo general, coincide con la de los vencidos sin distinción de sexo. Es aceptado con resignación que ni los vencidos ni los olvidados conozcan la Historia. Rebelarse contra este hecho jamás ha tenido importancia. Por el contrario la, revelación sí.
      Si me demandas, como ganarás, tendré que pagar las costas y no está el bolsillo para este tipo de “gastos suntuarios”.

      Un fuerte abrazo, querida Mabel.

      Eliminar
  2. La Historia con mayúsculas dicen que siempre ha sido escrita por los vencedores. La historia de los vencidos, -como la que aparece en tu anterior entrada-, siempre suele atesorar mayor honestidad.

    Con mayúscula o minúscula, Antonio, te felicito por esta magnífica prosa que personifica la voz del pasado.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. La cuestión es, Marisa, que estando en total de acuerdo contigo, creo que debemos añadir la mínima repercusión de la Historia de los vencidos frente a la historia de los vencedores. Además, los vencedores justifican aquello que es una falacia para los vencidos.
      Por cierto, como escribo varias veces estas palabras, recomendado visionar “¿Vencedores o vencidos?”, “Judgment at Nuremberg” de Stanley Kramer, 1961. Sí, sí, ya sé que la has visto pero es importante revisarla en este momento en el que nos encontramos.

      Un fuerte abrazo, querida Marisa.

      Eliminar
  3. Un buen amigo (modesto a más no poder) me comentó en cierta ocasión que por el simple hecho de figurar en las páginas amarillas, uno ya es historia.
    La reflexión es un 10…
    Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Cierto, Jan. Retener la verdad, aprenderla y, si es posible, difundirla, es digno de quienes aprecian la Historia.

      Un gran saludo, amigo Jan.

      Eliminar
  4. Impactante, muy dramático y verídico. Me dejas un poco en shock!
    fuerte abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Cierto, querida Sara, cierto. Los vencedores pueden haber ganado muchas batallas pero no el poder indefinidamente. Para ello es necesario no acomodarse a sus pretensiones y jamás creer sin comprobar. Se debe conseguir que quienes entren en estado de shock sean ellos.

      Un fuerte abrazo, querida Sara.

      Eliminar
  5. Un texto reflexivo ante el que me descubro, querido Antonio.
    Esa madre olvidada, escondida, a la que no miramos, sabe mucho de nosotros y podría salvarnos de descalabros y caídas; pero los hombres son material que olvida y al que le gusta ponerse una venda en los ojos. Los que se libran y son conscientes, normalmente sufren más.
    Un abrazo y mis deseos de que los Reyes se porten bien contigo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Así es, Isabel. Los olvidos generan caídas constantes y la credulidad de pequeñas miserias por y para seguir manteniendo una pobre vida manejada y dirigida. Si la duda, madre de la reflexión, hubiese anidado en muchas mentes es posible, sólo posible, que se hubiese exigido que la inmundicia de la mentira no empañara a la Historia jamás. Nunca ha sido así, háyase pedido perdón o no quinientos años después de hechos lamentables. El perdón es otro invento de los vencedores para convencer la credulidad de las gentes de bien.

      Un fuerte abrazo, querida Isabel.

      Eliminar
  6. Impresionado, amigo Antonio. Me iré a poner el zapato en el balcón.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Haces bien, amigo Enrique, los magos de Oriente han poseído verdades históricas reiteradamente despreciadas. El desconocimiento de algunas de ellas nos ha ayudado a no avanzar por miles de años. Un éxito para celebrarlo por todo lo alto.
      Como sé que tu verdad es tan recta como las millones de líneas que has trazado en tu exitosa carrera, los magos te regalarán la inmensa virtud de un raciocinio tan limpio como tu alma.

      Un gran abrazo, querido amigo Enrique.

      Eliminar
  7. Emotivo e forte texto... admiro os homens que nos valorizam... porque nós valorizamos todos. Amor de mãe é justo e incondicional!!!

    Beijos e flores.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muy cierto, Teca. Devolvemos a nuestra madre “La memoria general”, mal por bien. Algo despreciable. Como muy bien dices, valorar a todos y ensalzar lo bueno es siempre necesario para manifestar la admiración por lo que se realiza. La Historia se encuentra llena de personas minusvaloradas.

      Un fuerte abrazo, querida Teca.

      Eliminar
  8. Mis saludos llenos de esta reflexión que me deja tu texto. Gracias por estar. Un abrazo nevado.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias, María Teresa. De igual forma me agrada mucho tu visita. Pues mira, Tere, como en Murcia (capital) debe de hacer unos veinte años, aproximadamente, que no ha nevado, no estaría mal un paseo por Canadá para que me abrazases bien nevado… por las caídas continuas que me daría contra esa blanca agua de la que tanto disfrutáis… ¡Jajaja…!

      Un fuerte abrazo, querida Tere.

      Eliminar
  9. Personalizada por ti,querido amigo, qué cierto es lo de su secuestro y manipulación. Nunca daremos con su paradero, cambiará de manos pero volverá a ser violada una y otra vez,por todos!
    Excelente entrada, todo lo que escribes lleva el sello de calidad.
    Un fuerte abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Por desgracia, Ohma. Estamos totalmente de acuerdo. Será tan difícil arrancarla de las manos indecentes que la violan, la deforman y la transforman, que el trabajo para poder limpiarla será inmenso.
      Como el trabajo a nadie que la quiera le da miedo, debemos empezar cuanto antes. Tardar en este cometido es echarnos tierra encima. La pisarán para apretarla cada vez más.

      Un fuerte abrazo, querida Ohma.

      Eliminar
  10. ¡Qué reflexiones me llevo a mis aposentos, Antonio! ¿Cómo será la Historia cuando la luz la ilumine? ¿Cuando la veamos cara a cara? Creo que sentiré un resplandor enceguecedor, como les pasó a los hombres en la caverna de Platón. No lo sé, soy débil, pero madre al fin. Con historia, pero no La Historia.
    Espero dormir. Te deseo un feliz domingo de Reyes, pleno de magia y luz.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Amiga Sylvia, espero que esa luz cegadora me ilumine y deje que pueda disfrutar de la inmensa belleza que debe tener la Historia. Espero que, después de tanto tiempo solicitando la luz, no nos dañe y genere la ira que en cada instante hemos ido acumulando durante la tensa calma en plena oscuridad.
      Una opinión excelente y muy racional. Te felicito.

      Un abrazo, querida amiga Sylvia.

      Eliminar
  11. Y es que todos somos conscientes de que hay historiadores honrados, que saben lo que pasó, lo que está pasando y lo que pasará. Pero a veces es tan contraproducente soltar cadenas...y poner en libertad a la Verdad; a la Historia verdadera...que callan aunque no otorguen...No sé, Antonio, te hablo por cosas que he leído, otras que he oído, pero que yo ninguna autoridad tengo para poner nada en claro. Vosotros, los que estudiáis la Historia, los que tenéis voz, sois los que tenéis el deber de denunciar...Y tú, Antonio, tienes el don de la palabra para saber ponerlo a la vista.

    Un beso.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Querida Marián, posees toda la autoridad que te da poder razonar y ser un ser libre e inteligente. Ni siquiera los grandes estudiosos de la Historia poseen más autoridad que tú. La misma con más datos y punto. Tu opinión, desde lo que has vivido, estudiado, leído, es tan importante que sin ella jamás se alcanzaría el presumible éxito de poder elevar a la Historia a su verdadera cota de verosimilitud.
      Las personas de buena voluntad que además estudian, comparan y viven en primera persona la Historia, están obligadas a transmitirla en su totalidad. Si no lo hacen no merecen ser considerados como personas que aman la verdad y la libertad.

      Un fuerte abrazo, querida Marián.

      Eliminar
  12. Maravilloso blog!¡Feliz año nuevo!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias, Alexandra. Tus tres blogs son estupendos y los puedes ver en el lugar que les corresponde en éste.

      Un abrazo, amiga Alexandra.

      Eliminar
  13. Hablamos de la historia como si fueran nuestros hijos, y no le dejamos crecer ni hablar por ella misma. Hiciste un hermoso y real soliloquio.
    Las entrañas y la experiencia de la historia tienen mucho que decir.
    Excelente escrito Antonio.

    Un abrazo cálido.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí, hablo de la Historia como madre porque en realidad somos hijos del azar que han generado los avatares históricos. Si el transcurrir del tiempo o lo sucedido se hubiese cambiado una mínima parte, no seríamos nosotros ni estaríamos en este presente.

      Un fuerte abrazo, querida Genessis.

      Eliminar
  14. Bien has encontrado a principios de año, le deseo un buen año desde todos los puntos de vista. Todos los buenos pensamientos de Rumania, Sr. Ruiz!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Querido amigo Cristian, espero que estas pequeñas vacaciones las hayas pasado muy feliz. Mis mejores deseos para ti y todos tus seres queridos.

      Un fuerte abrazo, amigo Cristian.

      Eliminar
  15. Sin palabras Antonio. Muy bello.
    Siempre me han enseñado mis profesores que para saber un poco más de nuestra historia, debemos leer varios autores, distintos puntos de vista. Es la forma que quizàs se aproxime, a poder tomar una posición.
    Un abrazo, un lujo como siempre.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Creo que te aconsejaron muy bien, Lou. Bebiendo de diversas fuentes se puede tener una conciencia más crítica y comparar sucesos de difícil comprensión. Supone más tiempo y trabajo pero es muy beneficioso para la comprensión y el saber personal.
      Me complace mucho tu opinión y método de estudio de estos temas que son imprescindibles para conocernos y seguir evolucionando hacia una sociedad más justa y racional.

      Un fuerte abrazo, querida Lou.

      Eliminar
  16. Muy bueno amigo. Me has dejado impresionada. La historia renacera claro que si. Un fuerte abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí, Alicia, así lo creo yo pero existe una inmensa parte de la Historia que jamás verá la luz e incluso, en el momento actual, muchos poderosos tratan de deformarla inmediatamente después de producirse, cuanto antes se pueda, para que se olvide la verdad y se cree una nueva historia sometida a su intereses. Esta es la que perdurará.

      Un fuerte abrazo, querida Alicia.

      Eliminar