domingo, 30 de junio de 2013

CINE DE VERANO IV

ESTE FRESCO VERANO, CINE AL FRESCO

Antonio Campillo Ruiz


   A diferencia de veranos anteriores, en nuestra tierra y varios países de nuestro entorno, el clima es fresco, bastante fresco. Esto no ha impedido que nuestro “Cine de Verano” abra sus puertas y recomiende una buena prenda de abrigo para la madrugada.


   Esta será la IV edición y tengamos la confianza de que, al menos durante estos dos meses, no manipularán las películas que se proyectan es esta pantalla de lona o pared recién pintada de blanco. El verano anterior ninguna de las películas proyectadas se anularon de los lugares en donde poseen los códigos HTML para su correcta inserción en el blog. Pero, ¡ay!, a lo largo del invierno, lentamente, en cumplimiento de no se sabe qué elementos de © u otras razones, fueron desapareciendo hasta mutilar la colección en número insospechado. Todas las películas, corto o largometrajes, que se insertan en el blog han sido seleccionadas para evitar este hecho. Sin embargo, cuando transcurre un tiempo, no determinado, aparentemente son las distribuidoras la excusa para retirar, sin previo aviso, la película que ha tenido una mayor cantidad de espectadores precisamente por encontrarse en un lugar de la red sin ánimo de lucro.


   Los medios audiovisuales de larga duración (más de quince minutos), están soportando como mejor pueden una impaciencia propia de los medios de rápido consumo. La prisa por mirar, que no ver, imágenes, textos e información asistematizada, está logrando que el sereno visionado de un largometraje se convierta en una hazaña. Extravagante hazaña, si consideramos que visionamos una película clásica, en negro, posiblemente sin efectos especiales reconocibles pero plena de nuevas técnicas que han ayudado a  desarrollarlos.

  
   Bien, “Cine de verano” procurará que los matices, peculiaridades, pequeños o grandes detalles, que posee el lenguaje cinematográfico de cada filme, se transformen en las miles de sensaciones fílmicas que cada uno de los espectadores aprecia cuando la película es visionada con serenidad, con sosiego, con interés.


   No dejemos de preparar las ricas viandas para la cena fría y rápida, las chuches, pipas, cojines y rebeca de entretiempo para este verano de freco relente. ¡EXTRA! ¡EXTRA! ¡MAÑANA PRIMERA PELÍCULA! 


viernes, 28 de junio de 2013

EL VENERABLE VENERANDA

DIÁLOGO CLARIFICADOR

Antonio Campillo Ruiz

Gustave Caillebotte

   El señor Veneranda se detuvo delante de la puerta del garaje de una casa, miró las ventanas oscuras y silbó varias veces como llamando a alguien. Un señor se asomó a una de las ventanas del tercer piso.
–¿No tiene llave? –preguntó el señor, gritando, para hacerse oír.     
–Sí, no tengo llave –gritó el señor Veneranda.
–¿Y la puerta del garaje está cerrada? –gritó nuevamente el señor asomado a la ventana.
–Sí, está cerrada –contestó el señor Veneranda.
–Entonces le tiro la llave.
–¿Y para qué? –preguntó el señor Veneranda.
–Para abrir la puerta del garaje –respondió el señor asomado por la ventana.
–Está bien –gritó el señor Veneranda–. Si quiere que abra la puerta del garaje tíreme la llave.
–Pero ¿usted no vive aquí? –preguntó el señor asomado a la ventana, que empezaba a no entender nada.
–¿Yo? No –gritó el señor Veneranda.
–¿Y entonces para qué quiere la llave?
–Si usted quiere que le abra la puerta del garaje necesito la llave, ¿no es cierto? No puedo abrir esa puerta con mi pipa, ¿no le parece?
–Pero si yo no quiero abrir la puerta del garaje –gritó el señor asomado a la ventana–. Creía que usted vivía aquí. Lo oí silbar.
–¿Porque todos los que viven aquí silban? –preguntó el señor Veneranda, gritando siempre.
–Si no tienen llave, sí –respondió el señor asomado a la ventana.
–Yo no tengo llave –gritó el señor Veneranda.
–¿Puede saberse por qué gritan tanto? No se puede dormir –ululó un señor asomándose a la ventana del primer piso.
–Gritamos porque el señor está en el tercer piso y yo estoy en la calle –contestó el señor Veneranda–. Si hablamos en voz baja no nos entendemos.
–Pero, ¿qué quiere usted? –preguntó el señor asomado a la ventana del primer piso.
–Pregunte al inquilino del tercer piso qué quiere –dijo el señor Veneranda–. Todavía no he entendido: primero quiere tirarme la llave para que abra la puerta del garaje; después no quiere que abra la puerta del garaje; después dice que si silbo tengo que vivir aquí. En suma, todavía no he entendido. ¿Usted silba?
–¿Yo? ¡No! ¿Por qué tendría que silbar? –preguntó el señor asomado a la ventana del primer piso.
–Porque usted vive aquí –dijo el señor Veneranda–. El tipo del tercer piso dice que todos los que viven en esta casa silban. ¡Bah! De todos modos eso no me interesa. Si se le antoja, silbe todo lo que quiera.

El señor Veneranda saludó con una inclinación de cabeza y continuó con su camino, murmurando que esa casa debía ser un asilo de locos.

Carlo Manzoni 

miércoles, 26 de junio de 2013

PENSAMIENTO Y LIBERTAD

Bertrand Russell y la libertad

Antonio Campillo Ruiz

Bertrand Russell

   La forma de tratar una gran cantidad de problemas hizo que el Profesor Bertrand Russell, Premio Nobel de Literatura en el año 1950, fuese un continuador de la perdurable tradición británica que defiende una de las más sinceras visiones fundamentales de la realidad: el empirismo. Pero, Bertrand Russell fue un empirista con algunas variantes. Su formación matemática le impidió ser un radical, su amor por la experiencia chocó con los platónicos y, en consecuencia, adoptó un empirismo limitado, un empirismo que llamaríamos metódico, y que más que una teoría filosófica es una hipótesis. Su vasta obra (alrededor de cuarenta títulos) se puede dividir en tres grandes partes que corresponden a intereses fundamentales: uno lógico-matemático (que es el de mayor importancia), otro filosófico-epistemológico y un tercero político-social. Toda su obra es encomiable por el modo como está pensada, razonada y escrita. Corresponde al camino trazado durante una vida dedicada a lo búsqueda de la verdad. Siempre fue tan generoso como sincero con los demás. Con la pasión que le caracterizaba, pronunció unas palabras sobre uno de sus temas más estudiado y controvertido: la libertad. Sí, esa palabra que va teniendo menos significado cada día, que está siendo acosada, sobre la que se polemiza con ahínco según intereses, dirigismo, competitividad, política social… Sus palabras son aplicables a la sociedad actual como lo fueron cuando las pronunció:


 “Los hombres temen al pensamiento más de lo que temen a cualquier otra cosa del mundo; más que la ruina, incluso más que la muerte. El pensamiento es subversivo y revolucionario, destructivo y terrible. El pensamiento es despiadado con los privilegios, las instituciones establecidas y las costumbres cómodas; el pensamiento es anárquico y fuera de la ley, indiferente a la autoridad, descuidado con la sabiduría del pasado. Pero si el pensamiento ha de ser posesión de muchos, no el privilegio de unos cuantos, tenemos que habérnoslas con el miedo. Es el miedo el que detiene al hombre, miedo de que sus creencias entrañables no vayan a resultar ilusiones, miedo de que las instituciones con las que vive no vayan a resultar dañinas, miedo de que ellos mismos no vayan a resultar menos dignos de respeto de lo que habían supuesto. ¿Va a pensar libremente el trabajador sobre la propiedad? Entonces, ¿qué será de nosotros, los ricos? ¿Van a pensar libremente los muchachos y las muchachas jóvenes sobre el sexo? Entonces, ¿qué será de la moralidad? ¿Van a pensar libremente los soldados sobre la guerra? Entonces, ¿qué será de la disciplina militar? ¡Fuera el pensamiento! ¡Volvamos a los fantasmas del prejuicio, no vayan a estar la propiedad, la moral y la guerra en peligro! Es mejor que los hombres sean estúpidos, amorfos y tiránicos, antes de que sus pensamientos sean libres. Puesto que si sus pensamientos fueran libres, seguramente no pensarían como nosotros. Y este desastre debe evitarse a toda costa. Así arguyen los enemigos del pensamiento en las profundidades inconscientes de sus almas. Y así actúan en las iglesias, escuelas y universidades.”

Bertrand Russell

lunes, 24 de junio de 2013

BALANCE

ESTRUCTURA INTERNA

Antonio Campillo Ruiz


“Si buscas resultados diferentes,
no hagas siempre lo mismo.”
                                                                                                         Albert Einstein

   Es muy frecuente que se nos aconseje prudencia, que no hagamos sino fijarnos en quienes nos han precedido y han experimentado vivencias denominadas normales. Es difícil aconsejar la intrepidez por desconocida, lo valeroso por tener dudas sobre su naturaleza y lo arriesgado por peligroso. No es fácil encontrar, entre quienes nos rodean, un consejo en el que nuestra propia iniciativa prevalezca sobre lo cotidiano, sobre lo establecido, sobre lo considerado como posicionamiento ante la vida.


   Encontrar la necesidad ineludible de confeccionar una estructura armónica con los distintos caminos emprendidos o abandonados conforme se trazan, realizar muescas en los armazones cada día más complicados que sustenten un edificio suficientemente sólido, ni indestructible ni macizo, es fácil: basta con la firmeza de nuestra voluntad. Debe ser tan grácil como enmarañada, tan comprometida como única, tan débil que siempre necesite un nuevo aliento, una nueva reforma, una transformación, a pesar de haber sido muy costosa su cimentación y del gran esfuerzo invertido en levantar nuestro proyecto.  


   Conforme vamos construyendo nuestra vida nos percatamos de la complejidad y número de hechos que somos capaces de concebir, realizar y acumular. A veces nos convertimos en los doctos aconsejadores que rechazamos; en otras ocasiones somos permisivos sin discriminación. La gran cantidad de acontecimientos vividos permite un equilibrio en ese fiel de balanza con que medimos nuestra responsabilidad por irrelevante que sea en  el devenir del tiempo. Quizás quede el imperecedero recuerdo de una anécdota, una enseñanza, una loa o una maldición en la memoria de quienes nos conocieron. Nada más pues, cuando la urdimbre de la vida desaparece, no es posible volver a tejer. El importante cortometraje que se adjunta, “Balance”, ha sido realizado por Tobias Hutzler y puede ser paradigma de la formación del complejo entramado del que hablamos.

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viernes, 21 de junio de 2013

MATSÉS Y PETRÓLEO

INDÍGENAS AMAZÓNICOS CONTRA PACIFIC RUBIALES Y MOBIL

Antonio Campillo Ruiz

Los abundantes recursos de su hogar en la selva proporcionan a los matsés una dieta rica y variada. © James Vybiral/Survival

   Varias comunidades de indígenas de Perú y Brasil se han unido para evitar que una petrolera canadiense destruya su tierra y ponga en peligro las vidas de tribus aisladas. Cientos de indígenas matsés se concentraron en la frontera entre Perú y Brasil pidiendo a sus gobiernos que pongan fin a la exploración, advirtiendo de que los trabajos devastarán su hogar en la selva. Los gigantes petroleros Pacific Rubiales  y Mobil tiene sus sedes centrales en Canadá y EEUU, respectivamente,  ya han comenzado con las exploraciones petrolíferas en el Lote 135 de Perú, situado directamente sobre una zona propuesta como reserva para indígenas aislados. En una insólita entrevista, concedida a Survival, una mujer matsés dijo: “El petróleo destruirá el lugar donde nacen nuestros ríos. ¿Qué pasará con los peces? ¿Qué beberán los animales?”

 La mujer matsés Antonina Duni Goya Nesho habla sobre el futuro de su hijo
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   Hay unos 2.200 matsés que viven a lo largo de la frontera entre Perú y Brasil. Junto con el pueblo indígena matis, con el que tienen un parentesco cercano, eran conocidos como “el pueblo jaguar” por sus decoraciones y tatuajes faciales, que recuerdan a los bigotes y los dientes del jaguar.

© James Vybiral/Survival

   Los matsés fueron contactados por primera vez en la década de los 60, y desde entonces han sufrido a causa de las enfermedades introducidas por foráneos, que suponen un peligro extremo para los pueblos indígenas no contactados ya que tienen muy poca o ninguna inmunidad frente a ellas. A pesar de haber prometido proteger los derechos de los ciudadanos indígenas, el Gobierno peruano ha permitido que el proyecto, valorado en 36 millones de dólares, siga adelante. Los trabajadores abrirán cientos de kilómetros de líneas sísmicas a través del hogar en la selva de los indígenas aislados, y excavarán pozos de exploración.

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   El Gobierno también ha concedido una licencia para que las exploraciones comiencen en el Lote 137, justo al norte del Lote 135, y que se encuentra directamente sobre la tierra de los matsés. A pesar de la enorme presión por parte de la empresa, este pueblo indígena está oponiendo una firme resistencia a las actividades de las petroleras en su selva.

Dos hombres matsés inhalan potente polvo de tabaco. Los cortes en el brazo de uno de los hombres indican dónde se ha aplicado el veneno de rana, una práctica tradicional de los matsés para mejorar sus habilidades de caza. © James Vybiral/Survival

   Los efectos de la actividad petrolífera también se harán sentir, probablemente, al otro lado de la frontera con Brasil, en el valle del Javarí, hogar de otros pueblos indígenas aislados. Allí los ensayos sísmicos y la construcción de pozos amenazan con contaminar las cabeceras de varios ríos de los que dependen los indígenas. El director de Survival, Stephen Corry, ha declarado: “El estado canadiense se fundó sobre la usurpación de tierra indígena. Cuando los europeos invadieron Canadá introdujeron enfermedades extrañas, se hicieron con el control de los recursos naturales y causaron la extinción de pueblos enteros. Es enormemente irónico que sea una empresa canadiense la que hoy está decidida a cometer los mismos crímenes contra indígenas de Perú. ¿Por qué no respeta el Gobierno peruano sus propios compromisos con los derechos indígenas? La historia nos dice que la invasión de la tierra de los pueblos indígenas aislados trae consigo la muerte, la enfermedad y la destrucción”

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miércoles, 19 de junio de 2013

CANTOS DE MAL DOLOR

TEORÍA DE DULCINEA

Antonio Campillo Ruiz

Adolf Schrödter

   En un lugar solitario cuyo nombre no viene al caso hubo un hombre que se pasó la vida eludiendo a la mujer concreta.

   Prefirió el goce manual de la lectura y se congratulaba eficazmente cada vez que un caballero andante embestía a fondo uno de esos vagos fantasmas femeninos, hechos de virtudes y faldas superpuestas, que aguardan al héroe después de cuatrocientas páginas de patrañas, embustes y despropósitos.

   En el umbral de la vejez, una mujer de carne y hueso puso sitio al anacoreta en su cueva. Con cualquier pretexto entraba al aposento y lo invadía con un fuerte aroma de sudor y de lana, de joven mujer campesina recalentada por el sol.

   El caballero perdió la cabeza, pero lejos de atrapar a la que tenía enfrente, se echó en pos, a través de páginas y páginas, de un pomposo engendro de fantasía. Caminó muchas leguas, alanceó cordero y molinos, desbarbó unas cuantas encinas y dio tres o cuatro zapatetas en el aire. Al volver de la búsqueda infructuosa, la muerte lo aguardaba en la puerta de su casa. Sólo tuvo tiempo para dictar un testamento cavernoso, desde el fondo de su alma reseca. 

   Pero un rostro polvoriento de pastora se lavó con lágrimas verdaderas, y tuvo un destello inútil ante la tumba del caballero demente.

Juan José Arreola



lunes, 17 de junio de 2013

MAURICE RAVEL

OIGAMOS Y VEAMOS XII

Antonio Campillo Ruiz


   En 1912, Maurice Ravel que había compuesto “Valses nobles y sentimentales” el año anterior para piano solo, los orquestó y determinó cambiar su título por “Adélaïde ou le langage des fleurs”, “Adelaida o el lenguaje de las flores”. Ravel había compuesto estos valses siguiendo sus propios principios: los compositores debían aprender el oficio como los pintores, primero realizando copias de los grandes maestros y con el tiempo ir transformando su estilo hasta una expresión personal. En 1823, Franz Schubert había escrito dos libros con el título “Valses nobles” y “Valses sentimentales”. En honor al admirado maestro, Ravel, escogió el mismo título para sus composiciones. Louis Aubert fue el encargado de su estreno el 8 de mayo de 1011, en una reunión privada. Como en otras composiciones de Maurice Ravel, momentos disonantes fueron recibidos con extrañeza y, en el séptimo se aprecia una estrecha relación con “La Valse”.


Misia Sert, Renoir

   Dedicada a Misia Sert, Maurice Ravel compuso un poema coreográfico entre 1919/20, que estrenaron los Concerts Lamoureux el 12 de diciembre de 1920: “La Valse”. Diversos y graves problemas en Europa impidieron que Ravel terminase un sueño que acariciaba largo tiempo: componer una música para ballet que fuese un homenaje a la apoteosis de los valses de Johan Strauss. Tras acontecimientos que ocasionaron un daño irreparable en Austria y en la concepción de la sociedad, el propio Ravel expresó que había compuesto “un torbellino fantástico y fatal”, suntuosa evocación de la grandeza, de la decadencia y de la destrucción de la civilización occidental. Diaghilev se negó a representar “La Valse” con los Ballet rusos y dijo: “Ravel es un gran compositor, pero esto no es un ballet, es la pintura de un ballet”.


viernes, 14 de junio de 2013

PREPOSICIONES: HACIA

HACIA LA SOLEDAD

Antonio Campillo Ruiz

Paul Kelley

   ¡Si hasta me traje esta sombrilla que siempre he odiado…! Cumplí todo lo que proponías en esas cuatro líneas, medio torcidas porque nunca has trazado un renglón derecho… Bueno, casi todo, el reloj de pie, como podrás comprender, no lo iba a desmontar y meterlo en esta maleta que parece un ataúd. Hasta pesa más que cuando va ocupado hacia el camposanto. Tuve que romper las cerraduras: las llaves, oxidadas, no eran reconocidas por su único familiar. ¡Y tres! Sí, tres robustas cerraduras tan duras como la madera de la que hiciste la maleta. Mi hermana Florita, ¿la recuerdas?, pues no la conocerías, es tan guapa como yo, espigada, casi una mujer y todos los adolescentes del barrio la cortejan para su satisfacción y mi enfado, revoloteaba a mi alrededor mientras empacaba todo y no dejaba de hablar y hablar, preguntar y preguntar. “¿Dónde te marchas Mercedes? ¿Con quién te vas? ¿Qué dirás a tu novio?...” Mira niña, no preguntes más ya sabes que me voy con él. Mañana iré a la parada del barco y esperaré que aparezca en el horizonte. Ya sabes como son estas cosas, me ha dicho que llegaría hacia el mediodía pero puede adelantarse o retrasarse. Los hombres siempre construyen mal todos los aparatos. Mira, mira lo que me ha encargado que lleve: un cronómetro para no sé qué diablos de longitudes. Pero no es un cronómetro cualquiera, este pesa doce kilos, claro que es de oro macizo pero no lo comentes con nadie ¿Tú crees que con un reloj va a poder medir el mar? Claro, ¡como a él no le pesa ni le resta espacio para mi ajuar! A padre se lo dije anoche. Quedó serio y parecía preocupado pero sólo esbozó una sonrisa y me dijo que era muy linda para ajarme en un barco sin poder salir de él; que cuando llegásemos a puerto, si era bello quizás podría visitarlo pero que los puertos son todos bastante feos, hechos por los hombres, claro, le contesté yo. Me besó en la frente y me aconsejó que siguiese mi instinto. Posiblemente, acertase y todo fuese bien desde ahora. A madre no le he dicho nada y no sé si le contaré mi salida de esta soledad y ni viaje hacia la soledad acompañada. Ahí voy, querido, hacia la soledad del inmenso mar. Las mujeres tomamos siempre la forma del sueño que nos contiene y yo tengo este sueño desde que nací. Me pediste que llevase también la caracola que me regalaste cuando nos conocimos. ¿Tú crees? Una caracola. ¡No tendrás bastantes en el mar que habitas desde que navegas! Más espacio perdido para mi ajuar.

   He pensado que voy a ir lo más ligera de equipaje que pueda y sólo me llevaré la ropa que le gusta que me ponga: las medias negras cogidas con ligueros que parten de mi corsé negro, de mil corchetes que nunca sabe quitar, le encanta acariciar las puntillas que posee en la zona inferior. Y como complemento, las braguitas negras y finas con los zapatos de tacón, también negros. Y el caso es que me pregunto para qué me hacen falta los zapatos de tacón en un barco. No sé si la cubierta o el suelo de los camarotes son de madera, porque si lo son no podré ponérmelos. Además, caminar por la arena de la playa hasta la parada del barco con ellos debe ser un suplicio. Lo que nunca dejaré es mi larga y brillante estola roja, Con ella podremos cenar en los mejores restaurantes de todos los puertos del mundo y después bailar rodeándome de él. ¡Ah!, pues tendré que llevar alguna joya. ¡Ya sé! Me llevaré los pendientes de perlas que me regaló mi novio. Son mías ¿no? Él se empeñó en comprarlas y ahora las luciré. Se formaron en el mar y gustarán allá donde vaya...

   Sabía que la arena no era camino para estos zapatos. Y, además, cargada con este armatoste lleno de aparatos y recuerdos inútiles. Cuando le vea se lo voy a tirar a la cabeza uno a uno. ¿Y el disgusto? Menudo disgusto que llevo. No sé quien habrá ido con el cuento de mi viaje hacia la soledad compartida a mi novio. Ha llegado a casa como un loco al que han dejado libre sin encontrarse totalmente cuerdo. ¡Explicaciones ni una! Le dije con firmeza. Mira, cuando un hombre y una mujer tratan de reconstruir determinados moldes que han sido modelos para muchos, componen un ser monstruoso que se llama pareja. Y no tengo el cuerpo para seguir formando engendros que se encuentren en una situación de progresiva degradación. Me voy hacia la soledad. Pero siempre me estaré moviendo de un lugar para otro, de sueño en sueño, de un incesante querer, sin poder eludir esa maldita palabra que contigo ya la estaba alcanzando sin haber empezado siquiera a vivirla.   

Antonio Campillo Ruiz

Paul Kelley

miércoles, 12 de junio de 2013

AMOR Y COMUNICACIÓN

EL HOMBRE QUE APRENDIÓ A LADRAR

Antonio Campillo Ruiz

Miguel Ruibal (Apuntes)

   Lo cierto es que fueron años de arduo y pragmático aprendizaje, con lapsos de desalineamiento en los que estuvo a punto de desistir. Pero al fin triunfó la perseverancia y Raimundo aprendió a ladrar. No a imitar ladridos, como suelen hacer algunos chistosos o que se creen tales, sino verdaderamente a ladrar. ¿Qué lo había impulsado a ese adiestramiento? Ante sus amigos se autoflagelaba con humor: “La verdad es que ladro por no llorar”. Sin embargo, la razón más valedera era su amor casi franciscano hacia sus hermanos perros. Amor es comunicación. ¿Cómo amar entonces sin comunicarse?

   Para Raimundo representó un día de gloria cuando su ladrido fue por fin comprendido por Leo, su hermano perro, y (algo más extraordinario aún) él comprendió el ladrido de Leo. A partir de ese día Raimundo y Leo se tendían, por lo general en los atardeceres, bajo la glorieta y dialogaban sobre temas generales. A pesar de su amor por los hermanos perros, Raimundo nunca había imaginado que Leo tuviera una tan sagaz visión del mundo.

   Por fin, una tarde se animó a preguntarle, en varios sobrios ladridos: Dime, Leo, con toda franqueza: ¿qué opinas de mi forma de ladrar?. La respuesta de Leo fue bastante escueta y sincera: Yo diría que lo haces bastante bien, pero tendrás que mejorar. Cuando ladras, todavía se te nota el acento humano.

Mario Benedetti

domingo, 9 de junio de 2013

DESTINO DALÍ

SURREALISMO Y FOTOGRAMAS

Antonio Campillo Ruiz


   Nunca han sido fáciles, ni bien avenidas, las colaboraciones entre personas que han sido grandes maestros o genios. Salvador Dalí, español, genio del surrealismo y polifacético trabajador, colaboró en otro arte que no dominaba pero sí llenaba con su imaginación: el cine. Amigo de Jean Cocteau y Luis Buñuel entre otros realizadores de su generación, es posible que le recordemos en su trabajo cinematográfico por la creación de los decorados de “Spellbound”, “Recuerda”, de Alfred Hitchcock, 1945, ganadora del Óscar a la mejor Música y nominada a mejor Película, Director, Actor Secundario, Fotografía y Efectos Especiales, contribuyendo a estas dos últimas, qué duda cabe, mediante su fantasía pictórica.  


   Este mismo año, 1945, en colaboración con el guionista del estudio Disney, John Hench, realizó el guión de la película “Destino”, un cortometraje que relata los amores desafortunados que el dios Cronos siente por una mujer mortal. El guión estaba escrito siguiendo las evoluciones de la mujer danzando por entre paisajes surrealistas que Dalí, con una inspiración genial, había concebido, mientras, se debía escuchar una música y una canción pertenecientes al compositor mexicano Armando Domínguez Borrás. Se trabajó durante más de ocho meses entre 1945-1946 y, cuando ya estaba terminada la stroryboard, John Hench rodó dieciocho segundos para presentar el proyecto a Walt Disney y empezar la realización. El final de la Segunda Guerra Mundial y las preocupaciones de los estudios por producciones de interés inmediato y diferente, así como el descalabro económico de los estudios, según alegó Disney, dejaron la película sin producir.


   El 2 de junio de 2003, en el Festival Internacional de Cine de Animación de Annecy, Francia, fue estrenada “Destino” de Dominique Monfery, 1945-2003, y producida por Baker Bloodworth, tras la inmensa peripecia de retomar el guión de Salvador Dalí y John Hench, por veinticinco animadores con su director al frente, ya que su planificación original era bastante críptica. Se introdujo en su realización infografía pero las imágenes surrealistas y la imaginación de Salvador Dalí, así como la planificación concebida por  John Hench y la música de Armando Domínguez Borrás, son las originales creadas para ella. Tuvo un gran éxito y ganó muy diversos premios, siendo nominada al Óscar al mejor cortometraje de animación. Desde su estreno, ha sido proyectada en muy diversas exposiciones de Salvador Dalí, realizadas por todo el mundo, como homenaje a su genialidad en la concepción de transformaciones mediante animación en esta pequeña joya. Sinceramente, creo que sobra un nombre en los títulos de crédito.

ANEXO: Letra de la canción de Armando Domínguez Borrás:

              Destino

Leyeron en la palma de mi mano
la línea de mis bienes y mis males,
y nunca me dijeron
mi destino de amor.

¡Ay! vida,
¡ay! que negro destino,
qué difícil camino
y lo tengo que andar.

Destino,
si ella supo, olvidarme,
haz que vuelva a adorarme
no la puedo olvidar.

Queriéndola yo
me la supiste robar,
destino tan cruel,
daga mortal.

Destino,
haz que vuelva a mi lado,
ya que a mi lado,
ya que tanto he llorado
por ese ingrato amor.

Es muy importante que visionen la película a plena pantalla

viernes, 7 de junio de 2013

SUBJETIVIDAD

ANULAR ODIOS

Antonio Campillo Ruiz

Christian Schloe

   Eligir soñar a lo grande. Rechazar el concepto de límite en las  infinitas realidades pensadas y vividas que existen a nuestro alrededor, posiblemente tantas como puntos contiene una línea. No cometer el error de confundir amor con posesión porque la libertad fue el motivo de esa primera atracción, convertida, entre dos personas, en la anulación del egoísmo en favor de la comprensión. No olvidar el pasado pero tampoco vivir en él, mirar al futuro con la ilusión que merece y no esperar de él más de las señales que se producen en el presente.

Christian Schloe

   Nuestra sociedad, occidental y moderna, posee aciertos y fallos. Los primeros, tienen, con demasiada frecuencia, aplicaciones que solo son controladas por unos pocos. Los segundos, pueden tener su origen en la avaricia, control o irracionalidad, de los anteriores o, simplemente, son debidos a un mal uso de las ofertas inadecuadas para determinados sectores de la sociedad. Claro que, el futuro lo construyen siempre quienes poseen poderes, a veces legítimos, y otras muchas ni se acercan a esta palabra. Entonces, su poder es mucho mayor que cuando se legitiman. No debe existir el todo vale pero existe. Así como, recovecos difíciles se transitar con mediana soltura. Nadie pretende que todo sea fácil en este lugar que habitamos, nuestra siempre hermosa Tierra, maldecida por diversos grupos denominados religiosos que esperan una eterna vida sin haber sabido vivir esta tan breve. La maldición del progreso y la maldición de parte de los componentes de la propia sociedad, merecen una prevención muy importante porque nadie debe conducir a otros para que alcancen lo que no desean. La vida es una elección y en ella debemos elegir la belleza de quienes nos rodean: Tendremos la amistad de personas apreciables que anularán preocupaciones y odios.

Christian Schloe

   En el documento audiovisual, “Divagaciones”, de Patricia Skowron, 2012, la autora explica, a su hijo, nonato, antes de intervenir activamente en la sociedad a la que llega, su experiencia y la concepción subjetiva de una sociedad en donde se criará y educará, procurando aconsejar unas recomendaciones personales que le ayuden a iniciar su camino.

Es importante visionar el documento audiovisual a plena pantalla.


miércoles, 5 de junio de 2013

INVENTARIO

SUPONGAMOS SIN SUPONER

Antonio Campillo Ruiz

Andrius Covelinas

Supongamos que yo soy usted. Respóndame pues lo que quiero preguntarle. 

Supongamos que el mundo va a acabarse dentro de cinco minutos y que usted dispone de dos horas para redactar un informe sobre El Juicio Final. ¿Dónde le gustaría pasarlas?

Supongamos que yo amo a la mujer de otro y que ese otro es usted. ¿Qué haría en mi lugar?

Supongamos que usted trabaja en una casa editorial y Ernesto Renán no ha existido nunca. ¿Aceptaría corregir las pruebas del libro Vida de Jesús?

Supongamos que al batirse en duelo esta mañana (a la primera sangre), su adversario mata por equivocación a los padrinos de usted. ¿Llamaría urgentemente a otros dos, o daría por bien lavada la ofensa original?

Supongamos que usted es un incorregible y se bate en duelo otra vez. Antes de dar los clásicos pasos, “Alguien” le advierte al oído que su adversario va a disparar cartuchos de salva. Según el código de honor ¿usted debe tirar al aire o matar resueltamente al farsante?

Supongamos que usted lava la ropa sucia en su propia casa, pero de momento no tiene nada que ponerse. ¿Aceptaría la que viene a ofrecerle su vecino a sabiendas de que ha sido lavada en casa ajena?

Supongamos que usted va a suicidarse esta noche, y que la mujer amada viene a ofrecerle sus servicios. Si los acepta, ¿admitiría que los periódicos hablen de crimen pasional?

Supongamos que no se trata de suposiciones. ¿Cuál sería “su” posición? (Conteste inmediatamente y anótese un punto por cada suposición correcta.)

Juan José Arreola


lunes, 3 de junio de 2013

DOS MUNDOS VECINOS

EL TOCADO

Antonio Campillo Ruiz

Andrius Covelinas

   No pude resistir el impulso de volver a coger esos materiales tan ásperos y agradables al tacto para confeccionarme un nuevo tocado. Sí, ya sé que poseo muchos y que algunos no los utilizo hace tiempo. Me gusta su aspereza. Aquí es todo tan suave que, excepto algunos corales, me aburre tanto tacto viscoso. A veces me da pena romper esas bellas formas confeccionadas por los seres que habitan más allá de nuestro mundo. Es un mundo extraño. Se encuentra unido al nuestro y sólo algunos compañeros pueden salir a él. He podido ver alguna vez a seres del otro mundo. Son espantosos. Todo el cuerpo de color negro, sin tocados ni abalorios, y con unos soles que deslumbran. Bueno todos no, pero casi todos. Muchos no poseen cabeza excepto cuando se introducen en lo que ellos llaman agua. Sí, me lo dijo un día el delfín Lucas que escuchó ese nombre al pasar de un mundo a otro. Además, no tienen cola. Han debido sufrir una mutación porque he visto que su cola se ha dividido longitudinalmente en dos y, cuando se encuentran en nuestro mundo, no dejan de moverlas. No entiendo cómo pueden trasladarse de un lugar a otro. Pero lo mejor que hacen estos vecinos son estas ricas formas cuyo material me aseguran los sabios a quienes he preguntado que es de origen vegetal y no se encuentra en nuestro mundo. ¿Cómo se va a encontrar? respondí una vez a uno de ellos. ¿No ve usted que las algas no poseen estas fibras tan delicadamente rugosas? Otros, me aseguraron que eran dos materiales, uno de fibras vegetales y otro de origen desconocido. Aducían, para confirmar esta teoría, que la parte de mis tocados que estaban hilados con fibras vegetales se deterioraba mucho antes que las enlazadas formando dibujos. ¡Una tontería como otra cualquiera! La cuestión es que mi atracción al observar una de esas inmensas construcciones flotando era irresistible. Su turbadora y sugerente magia era tal que me dirigía a ellas y empezaba a cortar con una concha afilada grandes trozos. Mis compañeros peces, a veces, se precipitaban a esos agujeros y nadaban raudos alejándose del lugar y casi ni me dejaban recoger mis prendas. Cuando consideraba que el tocado podría ser bello me iba a casa y, mirándome en la pulida madreperla gigante, me arreglaba y paseaba, orgullosa de ser la única que poseía estos bellos tocados del otro mundo.

Antonio Campillo Ruiz