sábado, 31 de agosto de 2013

CERRADO POR FIN DE VERANO

FIN DE LA IV EDICIÓN DE “CINE DE VERANO”

Antonio Campillo Ruiz


Se termina con esmero el engrase cuidadoso de los rodillos que sustentan las ruedas dentadas del proyector. Las lentes,  muy limpias, se cubren con sus protectores recubiertos de terciopelo especial interiormente. Las butacas y pequeños salones de recepción de espectadores son revisados una y otra vez. Se huele a cierre por largo tiempo. Y así es, falta un minuto para que “Cine de verano IV” eche la cerradura de sus puertas y taquillas hasta el verano próximo. No es mucho tiempo pero todavía se aprecian en la sala los últimos fotogramas, diálogos, música, de un verano pleno de proyecciones que nos han acompañado como en anteriores ediciones, dándonos lo mejor de ellas.


   No se hará balance, como es habitual. Sólo nos fijaremos en dos aspectos que han sido peculiares en esta edición. El primero es la gran dificultad que ha habido para buscar y codificar en HTML las películas completas que se han proyectado. Cada vez con más ahínco se entorpece la labor difusora de este arte, supuestamente para favorecer las reivindicaciones de autoría y derechos de las productoras que invierten sus medios en él. No es malo. Los derechos de autor, ¡ojo!, de autor, deben estar protegidos. Los medios técnicos mal utilizados, se han aprovechado del gran retraso tecnológico, mecanismos de distribución paralela e ilícita y otros medios, para, con calidades execrables, engañar al espectador y ayudar a una concepción del cine que le ha llevado al lugar en el que se encuentra. Pero siempre debe ser el autor quien determine qué hacer con su obra. Cuando existe un entramado en el que la obra deja de pertenecer a su creador por la cesión, mediante intercambios crematísticos o de cualquier otra índole, de derechos, los intereses particulares se anteponen a cualquier forma de disfrute y valoración de la obra. El cine es un negocio y como tal debe quedar protegido por una legislación que sólo han adoptado unos inversores en beneficio propio.  Quienes sólo pretendemos intercambiar opiniones, estudiar en profundidad o simplemente disfrutar, siempre sin ánimo de lucro, una de las obras, enturbiamos la normativa excesivamente estricta, exigente y sin consensos sociales, que nos imponen para sufragar su coste y ganancias, muchas veces exageradas. Bien, la falta de legislación coherente, especialmente con las nuevas tecnologías, donde nos puede suceder cualquier cosa a los ciudadanos crédulos, hasta la nula aportación de derechos de autor, que muchos productores obvian a herederos de autores de los que utilizan su arte, precisan de una racional y consultada legislación que no llene nuestros medios de comunicación de basura e impida que podamos disfrutar de lo que todavía seguimos llamando séptimo arte.


   Este verano hemos tenido mucha suerte: sólo han denunciado y eliminado una película: una clásica obra de arte. Espero que después de ser visionada por todos los lectores. La lucha por su recuperación está perdida antes de iniciarse: ¿Quién la denuncia y con qué argumentos? Cuanto tiempo debe transcurrir para que la obra de arte sea de libre uso? No sólo han eliminado la película sino que han cerrado unilateralmente la cuenta desde la que se obtuvieron, con total legalidad los códigos HTML. ¿Por qué? Esta película ya ha cumplido los cuarenta y ocho años. Quizá tengamos que esperar cien años. Para entonces, ¿existirá el cine clásico o habrá muerto víctima del poder del negocio? Se han proyectado, comentado, sentido, dieciocho películas de diversos géneros cinematográficos y nacionalidades europeas. Una mínima muestra de todo lo que nos queda por visionar antes de su desaparición en archivos olvidados.


   El segundo aspecto que diferencia esta edición de las anteriores, es el hecho de haber proyectado sólo películas europeas. Se han seleccionado con interés y atendiendo a sus cualidades fílmicas, películas de un continente maltratado por la falta de previsión y el colonialismo cinematográfico. En Europa nació el cine. Los hermanos Skladanowsky por un lado y los Lumière por otro fueron los artífices de un nuevo arte que existe únicamente en el espectador, no en la pantalla ni en la sala. En los países que componen Europa se han descubierto medios técnicos y generado corrientes cinematográficas de gran influencia social y de pensamiento. Han surgido, a lo largo de la Historia del Cine, excelentes narrativas fílmicas en muy diversos países y culturas que, a veces nos han llegado y otras no sabemos de su existencia. E incluso en otras ocasiones ha sido un gran descubrimiento por su éxito comercial para las distribuidoras. El cine europeo se encuentra en un estado de discriminación que no depende del genio de sus autores sino de las ganancias de sus grandes productoras. Esta es la mayor desgracia que posee el cine en la actualidad.



   Como a las partículas subatómicas les gusta mucho el cine y han podido detener conatos de ataques desconocidos, que han modificado la relación con comentaristas directos e indirectos, no se ha podido responder a los comentarios casi desde la mitad del verano. Ha sido bueno y malo. Bueno porque todo ha seguido el protocolo de defensa perfectamente. Malo porque ha dejado residuos indeseables que se esperan poder resolver en poco tiempo. A todos los lectores que han sufrido esta anomalía, “Cine de verano IV” le presenta sus disculpas asegurándoles que cuando sea posible sus respuestas a los comentarios estarán en su lugar.


Es importante visionar el documento a plena pantalla

martes, 27 de agosto de 2013

LE ROI DANSE

TRAGEDIAS MUSICALES

Antonio Campillo Ruiz

“No sé si no es mejor trabajar
 en rectificar y suavizar las
 pasiones humanas que pretender
 eliminarlas por completo”.

Molière


   Durante la cuarta representación de su última obra, “Le Malade imaginaire”, “El enfermo imaginario”, sufre un ataque irreversible, en pleno escenario, el padre de la Comédie Française y uno de los más grandes dramaturgos de la Literatura occidental: Jean-Baptiste Poquelin, Molière. El 17 de febrero de 1673 muere en su domicilio, sin renegar de su profesión de actor, considerada inmoral por la Iglesia. Molière fue enterrado de noche pero ante ocho sacerdotes, cientos de personas y en el lugar del cementerio reservado a los Infantes no bautizados, por orden real. Había servido a la dramaturgia francesa durante toda su existencia y, gran parte de ella, a Louis XIV. Alguna de sus obras y parte de su vida la apreciamos en la película “Le roi Danse”, “La pasión del rey” de Gérard Corbiau, 2000. Trabajando conjuntamente con un compositor, de origen italiano, Jean Baptiste Lully, ladino y oportunista cortesano de ingenio y trabajo loables, creó las “Tragedias musicales”, una mezcla de ballet con música de Lully y profundos textos literarios del propio Molière.


   Louis XIV, “El rey Sol”, poseía una pasión, que no interpretaba mal y era su orgullo: el baile. Lully compuso innumerables composiciones barrocas, casi todas de cuerda, para este obsesivo entretenimiento del rey. Louis XIV creó, al llegar al reinado, un régimen absolutista y centralizado. Bien difundida por sus enemigos para humillarle, o bien pronunciada por él, la famosa expresión que define la monarquía absoluta, “L’Etat, c’es moi”, “El Estado soy yo”, representa claramente la política que estableció en Francia, lejos de la capital y sus intrigas inmundas. Para ello trasladó la Corte al palacio de Versailles desde el que podía controlar y dominar a amigos y enemigos.

   
   Con guión de Eve de Castro, Andrée Corbiau y el propio Gérard Corbiau, basado en la novela de Phillippe Beaussant que narra la afición de Louis XIV por la música, la danza, el teatro y, posteriormente, la ópera, este déspota ilustrado esperó pacientemente la muerte de Mazarino para ponerse en contra de su madre, Ana de Austria, y su cohorte de consejeros para gobernar sin dejar jamás a sus artistas preferidos Molière y Lully. La película, narrada en flasback por Lully, posee una suntuosidad preciosista, como merece la Corte del rey Sol, en la que, como entre los cortesanos que en el mundo han sido y son, abundan las intrigas, las traiciones e incluso el asesinato. Una iluminación sorprendente y de muy difícil realización, nos traslada al siglo XVII con una luz original de interiores de llamas de velas, plana, anaranjada y bella. 
El vestuario posee una sobresaliente verosimilitud histórica, variedad de formas, porte y color. La coreografía, de Béatrice Massim, es brillante y espectacular, al igual que los decorados de Hubert Pouille. Técnicamente es compleja, muy compleja y detallista en su cuidado general cinematográfico. Mención especial merece la interpretación de la música por “Música Antiqua Köln”, dirigida por Reinhard Goebel y la voz de Julie que pertenece a la soprano Cécile Scheen, al igual que al coro “Ex Tempore”, dirigido por Florian Heyerick. Es una banda sonora de música barroca que es tan importante y refuerza tanto la imagen fílmicamente que, sin ella la película quedaría falta de alma. De igual forma, los actores interpretan, en general, sus papeles con una maestría excelente y, de entre los principales, Benoît Magimel (Luis XIV), Boris Terral (Lully), Tchëky Karyo (Molière), Colette Emmanuelle (Reina madre) y Cécile Bois (Madeleine), realizan un muy notable trabajo tan convincente como importante en el desarrollo del guión literario. 

  
Es importante visionar la película a plena pantalla

viernes, 23 de agosto de 2013

LORCA, MUERTE DE UN POETA

EL CRIMEN FUE EN GRANADA

Antonio Campillo Ruiz

En la bandera de la libertad bordé
 el amor más grande de mi vida.

Federico García Lorca
  
   
La luna vino a la fragua
con su polisón de nardos.
El niño la mira mira
El niño la está mirando.
En el aire conmovido
mueve la luna sus brazos
y enseña, lúbrica y pura,
sus senos de duro estaño.
Huye luna, luna, luna
si vinieran los gitanos
harían con tu corazón
collares y anillos blancos.
Niño, déjame que baile.
Cuando vengan los gitanos
te encontrarán sobre el yunque
con los ojillos cerrados.
Huye luna, luna, luna
que ya siento sus caballos.
Niño, déjame, no pises
mi blancor almidonado

(Frag.) Romance de la Luna Luna

Federico García Lorca


   Nunca entendí, hasta que estudié "una orden", cómo en una asonada se contribuye con tanta fuerza y esmerado rencor al enfrentamiento de vecinos y conciudadanos en general. La reiterada repetición de tales hechos a lo largo del tiempo, presupone el desconocimiento de lo sabido: la desestabilización de pueblos trabajadores, sin conflictos personales, con ganas de vivir con prosperidad y en paz. Los acontecimientos que vivimos día a día, desde la traición y levantamiento de los generales franquistas en España, que supuso una larga y desastrosa guerra para todos los que tuvieron la desgracia de vivirla, y una postguerra plagada de infamias, sojuzgamiento de mentes y voluntades, lamentables abusos, avasallamientos, anulación de derechos y libertades..., en la actualidad, la volvemos a revivir impúdicamente en nuevos acontecimientos como los sucedidos en nuestro país, desde la perspectiva de la visión de seres que no aceptan el tratamiento que se aplica a varios países a los que “se quiere democratizar”, pasando, precisamente, por unos regímenes totalitarios y represores. Es la inadmisible paradoja de la sociedad moderna. “Lorca, muerte de un poeta” de Juan Antonio Bardem, 1987, con guión del propio Bardem basado en textos de Ian Gibson, posiblemente, el más grande de los estudiosos de la vida y obra de Federico García Lorca, relata el inicio de un levantamiento militar plagado de insensateces.


A las nueve de la noche
lo llevan al calabozo,
mientras los guardias civiles
beben limonada todos.

Y a las nueve de la noche
le cierran el calabozo,
mientras el cielo reluce
como la grupa de un potro. 

(Frag.) Prendimiento de
Antoñito el Camborio

Federico García Lorca


   A Fedrico García Lorca le tocó vivir una etapa histórica muy convulsa. Amigo y compañero de hombres y mujeres de izquierdas y derechas, jamás dejó de amar al pueblo, ese pueblo que fue masacrado en uno y otro bando de una España dividida y a la que se arruinó y hundió en una miseria que no se conocía. Existen bastantes películas, documentales y otros materiales videográficos sobre García Lorca y la Guerra Civil Española pero, posiblemente, uno de los que más se acerca a una verosimilitud muy pormenorizada sea esta versión de J.A. Bardem. No por haber sido un republicano con influencia política, sino por sustentarse en unos textos tan verídicos como los de Gibson y ser muy paciente con la recreación de la ambientación de la película. Técnicamente es un relato que tras saber su desenlace (el espectador lo conoce suficientemente), cuenta, en flashbacks, todos los sucesos de una polémica traición y enfrentamiento en Granada, como en otros lugares de España, entre las fuerzas del orden, militares, paramilitares falangistas, desordenados defensores de la libertad y la Constitución que fueron abandonados por potencias “amigas” y personas que, con conocimiento o sin él de lo que en realidad apoyaban, se erigieron en personajes importantes de una política que desconocían a costa de la prepotencia, terror y acatamiento de un mando piramidal estricto.


Tres golpes de sangre tuvo
y se murió de perfil.
Viva moneda que nunca
se volverá a repetir.
Un ángel marchoso pone
su cabeza en un cojín.
Otros de rubor cansado
encendieron un candil.
Y cuando los cuatro primos
llegan a Benamejí,
voces de muerte cesaron
cerca del Guadalquivir. 

(Frag.) Muerte de
Antoñito el Camborio

Federico García Lorca


   Por ello, muchos autores cantan una muerte mediante la traición, inútil. La generalización hacia todo lo que supuso el régimen dictatorial a lo largo de más de cuarenta años, sin pedir y por tanto sin obtener, ni una sola palabra de arrepentimiento y muriendo el dictador en su vejez, dieron lugar, no sin gran dificultad, a la España de hoy.  

Españolito que vienes al mundo

Ya hay un español que quiere
vivir y a vivir empieza,
entre una España que muere
y otra España que bosteza.

Españolito que vienes
al mundo te guarde Dios.
una de las dos Españas
ha de helarte el corazón.

Antonio Machado.


El crimen fue en Granada
      A Federico García Lorca

I
EL CRIMEN

Se le vio, caminando entre fusiles
por una calle larga,
salir al campo frío,
aún con estrellas, de la madrugada.
Mataron a Federico
cuando la luz asomaba.
El pelotón de verdugos
no osó mirarle a la cara.
Todos cerraron los ojos;
rezaron: ¡ni Dios te salva!
Muerto cayó Federico
—sangre en la frente y plomo en las entrañas—

.... Que fue en Granada el crimen
sabed —¡pobre Granada!—, ¡en su Granada!...

II
 EL POETA Y LA MUERTE

Se le vio caminar solo con Ella,
sin miedo a su guadaña.
—Ya el sol en torre y torre; los martillos
en yunque, yunque y yunque de las fraguas— 

Hablaba Federico,
requebrando a la Muerte. Ella escuchaba.
“Porque ayer en mi verso, compañera,
sonaba el eco de tus secas palmas,
y diste el hielo a mi cantar, y el filo
a mi tragedia de tu hoz de plata,
te cantaré la carne que no tienes,
los ojos que te faltan,
tus cabellos que el viento sacudía,
los rojos labios donde te besaban...
Hoy como ayer, gitana, muerte mía,
qué bien contigo a solas,
por estos aires de Granada, ¡mi Granada!”

III

Se les vio caminar...
Labrad, amigos,
de piedra y sueño, en el Alhambra,
un túmulo al poeta,
sobre una fuente donde llore el agua,
y eternamente diga:
el crimen fue en Granada, ¡en su Granada!

Antonio Machado




 Es importante visionar la película a plena pantalla

martes, 20 de agosto de 2013

A LOS QUE AMAN

ANÁLISIS DEL DESAMOR

Antonio Campillo Ruiz

  
   Nunca es fácil predecir que una narrativa compleja mejore o perjudique un argumento que, a su vez, es muy emotivo. Por otro lado, el preciosismo que emana de las imágenes atrapa e incluso nubla, aunque sea de forma coherente y justificada, un despliegue de técnicas cinematográficas a las que no siempre está acostumbrado el espectador. “A los que aman” de Isabel Coixet, 1998, con guión original de la propia directora y Joan Potau, posee una impecable factura técnica y todos los detalles son cuidados con una meticulosidad que raya en una pertinaz sugerencia en todo su metraje.


   Desde las luces de efecto y los efectos de luz, pasando por una peculiar narración en la que los flashback se entremezclan en un juego espacio temporal que puede resultar una complicada perturbación emocional para el espectador, hasta una fotografía que absorbe y casi obliga a que la atención quede pendiente de una estética que prevalece sobre los aspectos cognitivos, todo el filme gira en torno a una trama de pasiones, amores y desamores, con cuidados encuadres y luces que generan una armoniosa belleza. Sólo con su sugerente título, la autora parece dedicarnos esta obra a todos los que amamos, a todos los que sentimos. No le falta razón porque, esencialmente, “A los que aman”  es un auténtico y genuino regalo para el espíritu y los sentidos. En cualquier lugar y tiempo se puede amar sin ser correspondido pero en la Galicia de finales del siglo XVIII, esta cautivadora película nos presenta desde el amor inocente infantil hasta la pasión que nubla la mente, pasando por la resignación entre muchos otros temas y sentimientos colaterales. Sucesos que siempre han acontecido y han estado reservados para la alta aristocracia pertenecientes a reinos lejanos, muy diferentes de una realidad tan cotidiana como la de nuestro País y de él, en una Región tan peculiar en donde romanticismo y neoclasicismo se han dado la mano. Así se plantea el filme y su argumento.


   Podemos relacionar “A los que aman” con otras películas, de diferentes realizadores, tan preciosistas como ella, porque existen muy pocas que posean una fijación tan intensa en la imagen y lo que expresa. Sin embargo, no es fácil encontrar una alteración narrativa como la que expresa Coixet, muy peculiar de su estilo, cuando plantea un trio, que en realidad es un cuarteto, de amantes satisfechos o resignados. Diáfana, límpida y hermosa, muy doliente, sincera y visceral, posee una construcción atípica con  un ritmo muy particular que provoca en el espectador la sensación de vivir un melodrama puro pero viéndolo y sintiéndolo de una forma poco habitual.



Es importante visionar la película a plena pantalla