lunes, 24 de marzo de 2014

RECHAZO A LA EVOLUCIÓN

ENGENDRAR CARENCIAS

Antonio Campillo Ruiz


   Encontramos con cierta facilidad relatos, artículos o películas, que describen, advierten o conciencian, de la actividad humana en nuestro planeta. La brutal intromisión del ser humano en la Naturaleza ha cambiado sin ningún sentido pueblos y sociedades, mares y ríos, paisajes y atmósfera. Por ello, no es extraño que acciones que deterioran, a veces irremisiblemente, nuestro hábitat, sean discutibles. Si se hubiesen realizado por motivos justificados o para un fin que favoreciese de forma inequívoca nuestra forma de vida superior, siempre superior a todo, podríamos encontrarnos ante un hecho necesario. No es así. No son imprescindibles cambios drásticos en nuestra frágil Naturaleza que puedan influir en modificaciones mutables y destructivas. Se han establecido en las sociedades autodenominadas “adelantadas, poderosas o muy civilizadas”, conceptos que, silenciosos, sin nombrarlos ni definirlos, se ha apoderado de ellas: crear necesidades y engendrar carencias.


   Cuando uno o varios de los seres autodenominados racionales han sugerido que el bienestar se crea a costa del procedimiento más fácil, aunque resulte perjudicial, se cae en las redes de las ficticias necesidades que enriquecen a unos pocos y perjudican a millones. Cierto, que el proceso evolutivo del hombre y sus estudios, investigaciones y aplicaciones posteriores, no son desafortunados en su generalidad, pero nunca será admisible que esa evolución conlleve la autodestrucción. Evolucionar para autodestruirse no lo ha realizado en la Tierra, a lo largo de millones de años, ningún ser vivo. Es absurdo y contradice los principios evolutivos.


   El ser humano lo hace, lo fomenta y lo aplica en muchas de las actividades que se remarcan como “absolutamente necesarias”. Muchas de ellas han favorecido que el trabajo físico, casi siempre rechazado, sea más idóneo e incluso mejore aspectos que las leyes que rigen los axiomas físicos y químicos de nuestro entorno  puedan facilitarse. Otras, por el contrario, solo favorecen un mínimo aspecto y continuamente sufren cambios desfavorables. Las materias primas, que el ser humano necesita para desarrollar esta  frenética carrera por componentes cada vez más necesarios, dependientes e imprescindibles, se obtienen de unas reservas que se encuentran en la Naturaleza y no son infinitas. Esto ha propiciado la lucha irracional de los seres, que deberían ser racionales, por conseguir, a cualquier precio, incluyendo la autodestrucción, los bienes que en muchas ocasiones se han demostrado costosos de conseguir, y tremendamente destructivos de un entorno que, tras el agotado recurso, quedan como heridas incurables y abiertas, en la corteza terrestre.


   El pensamiento social, dirigido por quienes son los culpables de una devastación natural irrecuperable, se ha organizado, dirigido y justificado, ante hechos que aparentemente son imprescindibles. La “creación de necesidades” ha supuesto la ruptura con la consustancialidad del ser humano: el pensamiento racional. Se le teme al pensamiento como si fuese una de las complejas armas fabricadas con productos arrancados al medio natural. Y así, poco a poco pero inexorablemente, se paraliza el pensamiento con la imagen virtual de las ilusiones creadas por quienes pretenden dominarlas.

 Es importante visionar la película a plena pantalla
home from seres on Vimeo.

12 comentarios:

  1. Desgraciadamente LAMENTABLE, RUINO Y PENOSO.
    Besos

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  2. Maravillosa tu entrada, Antonio, es la verdad al desnudo, aunque quienes pueden echar el freno, no se molestan en ver las consecuencias que sus ideas han desencadenado. Pienso como tú, y no sé hacia qué caminamos con la destrucción masiva que existe en nuestro planeta... creo que más que evolucionar, involucionamos, no pensamos en el daño continuo con el que se está degradando la naturaleza... y como dice un proverbio indio... CUÁNDO TODOS LOS ÁRBOLES HAYAN SIDO TALADOS, CUANDO TODAD LAS AGUAS HAYAN SIDO CONTAMINADAS, CUANDO EL AIRE SE HAYA VUELTO IRRESPIRABLE... ¡Entonces veremos que el dinero no se puede comer.! y ¿Qué nos quedará?

    Un abrazo con cariño.

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  3. Una triste realidad que produce mucha pena.

    Apoyo lo que dices de una manera tan magistral.

    Un abrazo bien grande..

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  4. Estoy de acuerdo con todo lo que dices Antonio, me resulta muy penoso ver la decadencia del mundo en el que vivimos...
    Veré la película que aquí pusiste en cuanto pueda, es un tema que me interesa mucho.
    Un beso grande

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  5. Ciertamente penoso, amigo Antonio. Buen y necesario artículo.

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  6. Somos la especie más destructiva de la Naturaleza, Antonio.
    Y parece ser que no tenemos remedio. Hemos entrado en una espiral que si quisiéramos volver atrás, moriríamos en el intento.
    También hay quien lucha por mejorar las cosas.
    Después de la crisis que estamos padeciendo, yo al menos, espero que se haga más caso a los ecologistas y la vida vaya a mejor. Nunca hay que arrojar la toalla.
    Buen estudio sobre el medio ambiente, Antonio.
    Se agradece.

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  7. ¡Querido Antonio! Un placer como siempre visitarte después de varios contratiempos. Sinceramente en Argentina el norte ha sido desvastado por la siembra de la soja forrajera que se ve que da mucho dinerillo. La cuestión es que han talado y talado bosques enteros. La tierra se quema y después ya no puede utilizarse. El poder de don dinero es tan grande que es frustrante pensar que alguna vez esto cambiará. Ojalá querido amigo. Te dejo un beso enorme y buena semana.

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  8. Evolucionar para autodestruirse no lo ha realizado en la Tierra, a lo largo de millones de años, ningún ser vivo. Excepto, el que se llama a sí mismo inteligente, el hombre. Me uno a la denuncia. Ahora no se usa, pero yo recuerdo haber oído una frase a gente muy sencilla: "eso es pan para hoy y hambre para mañana" no se puede hacer, pero los "sabios y grandes conocedores de todo" solo eligen tener pan hoy con lo que demuestran lo ignorantes que son, lástima que tengan en sus manos el poder de la destrucción de la casa de todos.
    Un beso Antonio

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  9. Engendran carencias y quienes lo hacen les importa un rábano empobrecer al pueblo, agotar recursos, contaminar aire, tierra y agua, introducir especies que matan a las autóctonas, invadir patrimonio histórico-cultural, experimentar con animales y personas, inventarse enfermedades para vender vacunas, y yo que sé, y yo que sé! Manipulan los genes de los alimentos y ya los mandan al mercado sin garantía alguna. Nadie, nadie, nos defiende porque todo está en manos de cuatro con un poder superior a los presidentes de los países.
    La impotencia que sentimos es inmensa!!
    Un fuerte abrazo, querido Antonio.

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  10. El ser humano es el animal más destructivo de la creación. Lo que quiere, lo consigue al precio que sea, aun a costa de asolar la tierra de la que vive y de la que obtiene su sustento, aunque tenga que llevarse por delante especies de animales, plantas u otros seres humanos. ¿Qué pretendemos? ¿Destrozar la Tierra y cuando lo hagamos ir a otro planeta a hacer lo mismo?
    Un saludo
    P.D. Me alegro de verte por mi espacio

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  11. Somos depredadores. Es muy interesante artículo.
    Un abrazode anís.

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  12. Y seguimos, sin detenernos...pensamos que este presente es un "chicle", y que lo podemos estirar "in eternum"! Sabes? Después de dar clases sobre medio ambiente y desarrollo sustentable durante años a los niños de nivel primario en mi país, he concluído que, por fortuna, ellos son mucho más conscientes y respetuosos del ambiente que nosotros, los adultos. Eso, gracias a Dios, me ha dado una tremenda esperanza pero, eso sí, tenemos que lograr que el mundo llegue "a manos de ellos" un poco menos deteriorado...crees que al menos podremos con eso?!
    Bravo, Antonio, como siempre un placer leer tus artículos. Abrazo

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