sábado, 5 de abril de 2014

UN LARGO CAMINO

PODER Y TERROR

Antonio Campillo Ruiz


   A las siete de la tarde, cuando la noche se cierra sobre Baibokoum, un equipo de Médicos sin Fronteras se encuentra a unos treinta kilómetros de la frontera con la República Centro Africana. Cada día, el equipo hace el viaje de ida y vuelta entre Baibokoum y Bitoye, una localidad de 10.000 habitantes que ha visto cómo su población se doblaba con lmiles de personas que han llegado a pie o en coche, buscando refugio en Chad, tras huir de la violencia en la República Centro Africana.


   En este campamento de refugiados de Chad, Médicos sin Fronteras inició sus actividades hace tres semanas, con la puesta en marcha de un centro de salud primaria. Con cien consultas al día, la sala de espera nunca está vacía. Mujeres y niños, mayoritariamente, esperan con paciencia sentados en bancos o en esteras bajo un mango. Una madre amamanta a su bebé de apenas un mes. Explica cómo tuvo que huir, descalza, hacia el bosque con sus siete niños después de que los anti-Balaka atacaran Bocaranga, el pueblo donde nació. La misma historia se repite con otras mujeres, que han llegado aquí buscando protección. Muchas de ellas son Fulani (Peuhl). Sus maridos o bien se quedaron atrás con el poco ganado que les queda o bien están muertos. “Nunca había visto algo similar”, dice Aaron Zoumvournai, un medico de MSF al cargo de evaluar la situación en Bitoye, Goré y Sido, los tres lugares principales de entrada a Chad para refugiados llegados desde RCA. Describe las heridas que presentan los refugiados, principalmente de Bangui: niños con cicatrices en las cabezas fruto de machetazos, una niña a la que amputaron dos dedos con tijeras como “recuerdo”, heridos de bala y evidencias de tortura.


   Explica la historia de un paciente en el centro de salud de Bitoye que fue transferido más tarde al hospital de Baibokoum. “Llegó de una población cerca de Bouar. Ese día estaba solo en casa cuando los anti-Balaka atacaron su pueblo. Incendiaron su casa. Cuando intentó escapar por la ventana vio como atacaban con machetes a cuatro personas, como las mataban. Se preguntó cuántos estarían muriendo, quemados, por miedo a salir de sus casas. El paciente salió y fue capturado por los anti-Balaka, que le obligaron a poner los pies en un barril ardiendo. De no hacerlo, le hubieran matado. Cuando se hartaron de la tortura, se fueron”. Alguien lo dejó al lado de la carretera, donde un camión que iba camino a Chad lo recogió. No sabe qué ha sido de su familia, pero visto lo sucedido en el pueblo, no tiene ninguna esperanza”. En Goré son seis mil las personas que se hacinan alrededor del hospital. Muchos de ellos provienen de Bossangoa. Duermen en el suelo y se procuran un techo con ramas y telas. Cuando lleguen las próximas lluvias, se quedarán sin nada. Un anciano para al equipo y explica que acaba de llegar de la frontera esa mañana, a pie. Un poco más adelante una mujer se acerca con un bebé, minúsculo, en sus brazos. Dio a luz, prematuramente, y no tiene leche. “El niño sólo tiene un problema: hambre”, dice Francis Koné, médico de MSF en Chad. El bebé no ha comido nada en dos semanas. Es inaceptable lo que sucede en el sur del Chad con los refugiados de República Centro Africana ¿Cuándo escucharemos una voz alta y clara demandando su defensa en esa institución mundial denominada ONU, que se constituyó para salvaguardar la paz y no el poder del terror por las armas que se posean?Consejo de Seguridad de la ONU

Consejo de Seguridad de la ONU

Asamblea general de la ONU
Refugiados bajo el poder

7 comentarios:

  1. No hay palabras para agradecer la gran labor de éstos héroes. Del Consejo de seguridad de la ONU, ya sabemos demasiado lo que realmente podemos esperar.

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  2. si hay pan para mí, no miro hacia atrás, a los que rebuscan mis migajas.
    La tortura, algo peor que la muerte, física y psicológica, pues van unidas, NO COMO LAS NACIONES UNIDAS, separadas por lunios intereses particulares, y tan sólo unificadas por el poder. ¡Hay instituciones que han quedado obsoletas!, ¡nos hemos acostumbrado tanto a estas imágenes del hambre en Africa (por poner un ejemplo), que no suscitan en nosotros la más mínima compasión. ¡HUMANIDAD!, ¿DONDE TE HAS METIDO?

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  3. Historias para no dormir, amigo Antonio, Así es de grande la hipocresía del mundo occidental al dejar que esto, simplemente, siga pasando

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  4. Lamentablemente que aun siga pasando esto, en el siglo que estamos...
    Inhumanidad por doquier, es vergonzoso.
    Y a lo peor ni esperanza de que esto se arregle...
    Besos muchosss

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  5. Imposible asimilar que sucedan estas cosas.

    Realmente doloroso.

    Un abrazo enorme. Feliz domingo.

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  6. Podrían parar estos hechos atroces, pero no lo hacen. El porqué escapa a la más mínima lógica humana. Eso sí, meten las narices, TODOS LOS HIPÓCRITAS en Ucrania, pero en estos dos paises NO!
    Y el Papa qué coño hace?
    Dios qué poco me gusta este mundo!
    Mil bicos, querido amigo.

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  7. Lo más importante Antonio es que no nos acostumbremos a que estas imágenes son parte de lo normal en el mundo y bueno... total yo no vivo allí. ¿No? Es importante que surgan nuevos líderes o héroes si se quiere llamar así. Hoy siguen enterneciendome y dando mucha pena por esas personas pero le sumo la impotencia de tener las manos vacías para poder ayudar. Un abrazo. Como siempre excelente información.

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