lunes, 18 de agosto de 2014

ESCAPADA HACIA ADELANTE

SOLO YO CONOZCO CUÁL ES MI DOLOR

Antonio Campillo Ruiz


   Es frecuente que, en la actualidad, los aspectos fílmicos emotivos de una película queden relegados ante la espectacularidad fácil de una narración, realizada por unos intereses concretos, que generalmente coinciden con las emociones fáciles y preñadas de sorpresas tan predecibles como banales. El mercantilismo, debidamente aderezado con trucajes sofisticados y una adecuada publicidad previa, alcanza la categoría de desestabilizante. Frente a estos recursos fáciles es toda una delicia disfrutar del sabor de la aparente sencillez, de aspectos vitales de unos personajes que, con un ritmo lógico pero que provoca en el espectador una inquietante intensidad emotiva, parecen dirigirse hacia la nada, la nada que trata de alcanzarse con un empeño que sobrepasa el pensamiento. طعم گیلاس, Ta'm e guilass”, “El sabor de las cerezas” de Abbas Kiarostami, 1997, nos sumerge en una sensación fuerte y dura, en un entorno de belleza triste y soledad, en un mundo casi incomprensible si no se expresasen los sentimientos por seres humanos.

  
   El espectador podría considerar tres aspectos importantes y que expresan, con cierta claridad, el extraño mundo de ideas y no de soluciones predeterminadas por el realizador: El miedo a la muerte,  la creencia total  y la aparente comprensión. El miedo a la muerte y a la nada, sobre todo en la juventud plena aún de esperanzas. La creencia total en una idea alimentada por creencias espirituales que, incluso con comprensión, elimina la posibilidad de elegir tu propia existencia. La aparente comprensión en alguien que pasó por lo mismo que tú y trata de alimentarlo para alcanzar lo que ya es imposible, porque el autoengaño acaba con las pocas fuerzas que se emplearon en su momento. Estos tres paradigmas se encuentran presentes en la angustia y el desaliento fílmico que provocan unas imágenes cinematográficas tan extrañas como el país en el que habitan los personajes. El polvo, la pobreza, la ruindad y un solitario pero inmenso afán por no alcanzar la predestinación establecida, provoca un duro duelo entre todos y cada uno de ellos.

  
   El expreso mandato espiritual de no realizar, bajo ninguna circunstancia, el hecho que desea el protagonista motiva sus dudas, y pareciese que se dice a sí mismo: “Aunque sé que casi nadie va ni siquiera a intentar comprender mis sentimientos, sólo yo conozco cual es mi dolor, cual el resentimiento, cuánta es la desgracia de la que nunca me he podido liberar. Sólo yo sé de mis verdaderos límites y ya hace tiempo que mi capacidad de resistir ha sobrepasado todo lo soportable; sólo yo sé cuánto he luchado para que mi vida fuese diferente, pero ya estoy cansado y nada de lo que pueda suceder en un futuro conseguirá calmar mi angustia”.
Nunca es comprensible la capacidad de los seres humanos para entender lo finito que es el espíritu, su amarga temporalidad, la inutilidad de actos frustrantes, breves, sin sentimientos puros. Se puede recordar cuando se ha sido feliz, cuando parecía que nunca acabaría este estado transitorio. Se eludió cuanto se pudo el hecho de que los momentos felices poseen un inicio y un fin inherente e irremediable, acabando siempre en los instantes menos oportunos, quebrando las ilusiones que, irremediablemente, conducen al desengaño y la destrucción. A pesar de ello, siempre queda un resquicio, una pequeña puerta para que, en una última posibilidad, el Cosmos o lo que sea superior en toda la medida de nuestro espíritu, corrijan actitudes psicológicas y reales sobre decisiones tan cruciales que nos asustan y coartan nuestra libertad.

  
   Tanto las incertidumbres y dudas del protagonista como la reacción de los distintos personajes son convincentes y creíbles, la dirección de actores es uno de los logros de este filme, lineal, con exteriores, rodados en las afueras y periferia de Teheran (Irán). La acción dramática representa los acontecimientos acaecidos durante un día de fiesta de 1996. Con guión del propio realizador iraní, Abbas Kiarostami, este es su noveno largometraje y ganó la Palma de Oro del Festival de Cannes en 1997, ex aequo con “La anguila” de Shohei Imamura. La planificación, en apariencia es sencilla por la falta de elementos y efectos de especial relevancia pero, con ella, el punto de vista de la cámara y el montaje, se engrandece una forma de narrar cinematográficamente que provoca no pocos elementos fílmicos desasosegantes, tanto cognitivos como emotivos. 

Abbas Kiarostami

Es importante visionar la película a plena pantalla.



IN MEMORIAM

Hoy se cumple el septuagésimo octavo año del asesinato, sin juicio previo y por la espalda, de Federico García Lorca. Nos enseñaste a ser libres.

ROMANCE DE LA PENA NEGRA

A José Navarro Pardo

Las piquetas de los gallos
cavan buscando la aurora,
cuando por el monte oscuro
baja Soledad Montoya.
Cobre amarillo, su carne,
huele a caballo y a sombra.
Yunques ahumados sus pechos,
gimen canciones redondas.
Soledad, ¿por quién preguntas
sin compaña y a estas horas?
Pregunte por quien pregunte,
dime: ¿a ti qué se te importa?
Vengo a buscar lo que busco,
mi alegría y mi persona.
Soledad de mis pesares,
caballo que se desboca,
al fin encuentra la mar
y se lo tragan las olas.
No me recuerdes el mar,
que la pena negra, brota
en las tierras de aceituna
bajo el rumor de las hojas.
¡Soledad, qué pena tienes!
¡Qué pena tan lastimosa!
Lloras zumo de limón
agrio de espera y de boca.
¡Qué pena tan grande! Corro
mi casa como una loca,
mis dos trenzas por el suelo,
de la cocina a la alcoba.
¡Qué pena! Me estoy poniendo
de azabache carne y ropa.
¡Ay, mis camisas de hilo!
¡Ay, mis muslos de amapola!
Soledad: lava tu cuerpo
con agua de las alondras,
y deja tu corazón
en paz, Soledad Montoya.

           *

Por abajo canta el río:
volante de cielo y hojas.
Con flores de calabaza,
la nueva luz se corona.
¡Oh pena de los gitanos!
Pena limpia y siempre sola.
¡Oh pena de cauce oculto
y madrugada remota!

6 comentarios:

  1. Una excelente pelicula con certeza! Besitos

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  2. Ahora que mi madre ha comprado una televisión plana y grande (hasta este momento teníamos una corriente de hace más de veinte años) creo que ha llegado la hora de darme el lujo de ver las películas en pantalla alargada y con sonido envolvente,
    Me la apunto para tenerla en cuenta.
    Un abrazo

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  3. Gracias, maestro campillo. Impagable. me voy a comprar esta película de inmediato.

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  4. Ha sido todo un placer leer la critica de la película.( la cual haré lo posible por ve)r. Gracias por traer hasta aquí el poema de Lorca. No lo habia leido antes. Gracia tambien por ser seguidor del blog de Josefa.Es todo un honor.
    Un abrazo.

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  5. Ando muy atrasada con el cine de verano...con poco tiempo...claro, aquí no es verano (aunque lo parezca, tuvimos ayer 27° en pleno invierno!). Ja! De todas formas, ya sabes...apenas tengo un espacio, me vengo aquí a disfrutar de tus recomendaciones, siempre es un lujo disfrutar del cine que nos propones, con tus críticas incluidas...así que gracias, Antonio! Y un gran abrazo.

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  6. Será un placer ver esta película. Y, además, creo que será de mi agrado.

    Me uno a ese maravilloso recuerdo a Lorca. Siempre en el recuerdo. Uno de los grandes.

    Un abrazo muy grande.

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