domingo, 18 de enero de 2015

LA EXTRAÑA MUJER

CONVERSACIONES CON MI HIJA LAURA XV

Antonio Campillo Ruiz


   Hace pocos días me comentaba Laura que mientras el lector crea sus personajes y posee un mundo de fantasía que nace de la lectura, el cambio de formato de una novela u obra escrita a un medio audiovisual limita la capacidad imaginativa del espectador. Bien, esto puede suceder si la obra cinematográfica coincide exactamente con un guión que, basado en la obra escrita, se limita a presentar unos personajes, seleccionados por el director del filme y nos los muestra únicamente en un cambio de formato, como exponía Laura. Algunas obras cinematográficas pueden ser tan coincidentes con descripciones o aspectos generales de la obra escrita que puede dar motivo a expresiones como: “…me gusta más la novela…” , o, “…me gusta más la película…


   Estas expresiones son motivo de una obra fallida en ambos casos. Si, además, guionista y director coinciden en el trabajo, puede suceder que cuide con poco esmero su propia interpretación argumental, siendo, que su labor como director nunca debe ajustarse a mostrar lo ya conocido sino a potenciar en el espectador un mundo novedoso que sugiera motivaciones subjetivas propias del mismo. Es decir, debe procurar en todo momento que los aspectos emotivos se potencien y de esta forma crear, mediante el lenguaje cinematográfico una innovación fílmica muy diferente del imaginado lenguaje escrito. Es lógico que se tengan en cuenta estos aspectos, dado que en la película se nos muestra todo, desde personajes a casi inaudibles sonidos del entorno. El espectador, para imaginar, para soñar con verosimilitud la historia que le narran en la pantalla, debe tener en cuenta más aspectos que los meramente argumentales. No de otra forma se conseguiría una simbiosis entre autor y receptor. Entre ambos construyen los aspectos fundamentales de la película.


   ¿Qué es lo que sólo se puede transmitir mediante el lenguaje audiovisual? ¡Ay!, si siempre se supiese contestar a esta pregunta nunca se habría realizado una película mediocre. Para poner de manifiesto, a favor o en contra, algunas de las dudas de la diferencia a la que se hace mención entre lenguajes, Laura, vamos a visionar “The Strange Woman”, “La extraña mujer” de Edgar G. Ulmer y Douglas Sirk, 1946. No es fácil incluir esta obra en un género cinematográfico. Se trata de una obra mezcla de cine de época (transcurre en el siglo XIX), thriller, cine negro y drama. Una turbulenta y apasionada historia que nace de la pluma de Ben Ames Williams en 1941, con nombre homónimo y guionizada para el cine por el propio Edgar G. Ulmer, codirector del filme. El prolífico Ben Ames Williams fue, en la década de los 40 y 50 una fuente de inspiración para guiones tan dramáticos y escabrosos como “La extraña mujer”.


   Edgar G. Ulmer, decorador de sets de F.W. Murnau, aprendió de este el mundo que el genial realizador alemán creó, realizando como director algunas películas excelentes aunque, en general, su obra es irregular. 
Los costes de producción empezaban a elevarse y los estudios seleccionaban a las grandes estrellas para ofertar lo requerido por los espectadores. En este caso, la narración, que gira en torno a una bellísima Hedy Lamarr (Jenny Hager), atormentada y diseñadora de su futuro, y el jovencísimo y excelente actor George Sanders (John Everett), imprescindible para Jenny. Están  acompañados por Louis Hayward (Ephraim Poster), incapaz de aprender a vivir, Hillary Brooke (Meg), una dulce y crédula criatura predestinada a la traición y Gene Lockhart (Poster), un iluso que pretende revivir. Con este espléndido reparto, cuyas interpretaciones debe juzgar el espectador, un intenso y tormentoso melodrama se desgrana como los pétalos de una flor que languidece. La potente y, para la época dura historia, posee un desarrollo arriesgado, poético, con una concepción del romanticismo tan personal que aturde e incluso fascina al espectador. Este mundo, que absorbe a lo largo de su visionado, se delimita en un negro duro y nítido que enmarca con vigor los momentos más dramáticos del filme.

Es importante visionar la película a plena pantalla.

8 comentarios:

  1. Una gran sugerencia para esta tarde gris.
    Abrazos, Antonio.

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  2. Me encantará verla.
    Siempre es agradable recordar este cine, con unos inolvidables intérpretes.
    Muchas gracias por compartirla.
    Un fuerte abrazo.

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  3. Amigo Antonio ya tenemos peli para la tarde del domingo, esta tuya, veo que el panfleto es en color en cambio la peli es en negro, cosa que me gustaría saber hasta que punto impacta menos en el espectador, porque el espectador tiende a imaginárselo todo a su manera, incluido el color,no? me imagino que ese "negro duro" al que haces referencia está mas ligado al drama
    Un abrazo tocayo

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  4. Otra película, maestro Campillo, para el saco de mis viejas emociones. No obstante hay algo que tienes razón, aunque no lo hayas escrito: ... si lees una novela ... no veas la película, imaginarla, siempre, fue mejor.

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  5. Pinta muy bien, has hecho una fantástica introducción y dan muchas ganas de verla, así que la dejo en pendiente para cuando saque ese rato.
    Fantásticas tus conversaciones con Laura... ¡Un abrazo enorme, mi siempre sorprendente amigo!

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  6. En la vieja diatriba entre el poder de la pluma y el poder de la imagen, siempre acabo quedándome con los libros. Y me explico: en un libro el lector puede crear la imagen de sus persoanjes y la escena a su gusto y cada uno de ellos, a pesar de las directrices que le ofrece el escritor, lo hará a su manera, sin coincidir en una imagen cien por cien exacta ni a la de otro lector ni a la de su creador. En una película todo se da hecho: personajes, escenas, ritmo. Y tiene la particularidad de que, si como es el caso se basa en una novela, el espactador-lector nunca estará conforme con el resultado obtenido porque es casi imposible que los fotogramas coincidan con el modo en que lo imaginó.
    Un saludo

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  7. Hace tiempo que no voy al cine, pero intentaré ver la pelicula de la que nos informas tan bien.
    Un abrazo.

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  8. Echaba de menos tus peliculas del pasado. Ya tengo tarde de cine. Gracias.

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