sábado, 1 de agosto de 2015

TRES MAESTROS: EL INICIO, JOSÉ DE SOUSA SARAMAGO

LA LARGA BÚSQUEDA  VII

Antonio Campillo Ruiz

Jean-Baptiste Valadié

   Con la dificultad propia de una deficiente percepción visual,  garabateando indomables palabras sobre el blanco papel, con la parsimonia de una cadencia que sólo poseen los Maestros que convencen a quienes somos sus sempiternos alumnos, amantes y seguidores de unas palabras que nos engrandecen por leerlas, gritando con la firme suavidad que siempre expresó contra el mundo, dijo:

…tengo los años en que los sueños,
se empiezan a acariciar con los dedos…

 Jean-Baptiste Valadié

   Un jarro de agua fría, un salto inmediato, un calor sofocante que atenaza y ahoga, oprime al lector porque lo que siempre estuvo esperando llegó, llegó lo que no pudo alcanzar jamás, aquello que fue meta de una carrera inacabada, de un hechizo, de un embrujo del que no pudo salir y en estos versos se encontraba el bebedizo mágico que lo hubiese transformado:

…¡Qué importa si cumplo cincuenta,
sesenta o más! Pues lo que importa:
¡es la edad que siento! Tengo los años
que necesito para vivir libre y sin miedos.

 Jean-Baptiste Valadié

   ¡Ay, Maestro! La libertad, la libertad y el miedo dicen que son exclusivos de nuestro pensamiento y nadie ni nada podrá arrancarlos de él pero, a pesar de ello, con la osadía de quienes creen haber vivido, a veces nos podemos preguntar si esta larga lista de tiempos verbales: tengo, siento, necesito, pienso, deseo, cumplo, estoy más otra de adjetivos y pronombres, muestran que este espléndido poema, este canto a la vida, este descoco a nuestro eterno enemigo, el tiempo, únicamente debe ser una meditación personal en primera persona o por el contrario si es imprescindible para quienes nos dejamos caer por el precipicio de las oportunidades perdidas, de las etapas quemadas, de los momentos soñados y no acariciados, para quienes no hemos amado la vida en todas sus inmensas posibilidades y ahora, cuando se vislumbra una pequeña luz a la que seguimos sin dudar, observamos que

…Tengo los años en que el amor,
a veces es una loca llamarada,
ansiosa de consumirse en el fuego
de una pasión deseada.
y otras… es un remanso de paz,
como el atardecer en la playa…

 Jean-Baptiste Valadié

   Maestro, ya es tiempo de pensar lo que dice con tanta sabiduría pero también es tiempo de repasar el largo pasado que ha conformado un entorno que es perdurable más allá de uno mismo, un entorno que continuará viviendo en quienes lo conforman, los mismos que cometerán idénticos errores en la seguridad de que sus versos se deben leer antes de pensar que la lanza de la juventud en la vejez es sólo imaginada de forma personal y de que nos ha alcanzado en el instante más inoportuno, que se volverá a caer bajo la pesada e injusta rueda que destruirá, antes de conocerlas, miles de ilusiones que desembocarán en el mar de la inmensa Nada.  

José de Sousa Saramago

Es importante visionar el montaje a plena pantalla


12 comentarios:

  1. A Saramago, nunca me canso de leerlo, un grande para siempre.
    Un saludo, Antonio con un abrazo.

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  2. Que importa eso.
    Toda su diáfana inteligencia en un poema.

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  3. Realmente grande

    Y un maravilloso poema

    Un fuerte abrazo. Un placer leerte de nuevo

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  4. Me alegro, Antonio, de que estés de nuevo aquí. Como sabes, porque te lo he dicho algunas veces, te he echado de menos.

    Veo que vuelves inspirado; nada menos que con Saramago.

    ¿Qué cuántos años tengo?: los que tengo, que además no coinciden con los cronológicos.

    Un abrazo.

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  5. Casi me ha emocionado volverte a leer, maestro Campillo, me alegro mucho de verte, otra vez, por aquí.
    PD ... El Baladíé me ha cautivado.

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  6. Me alegra mucho tu vuelta, querido amigo.
    La respuesta al interrogante que propone el poema sólo puede saberla el propio rapsoda. ¿Qué cuántos años tengo? ¿Para hacer qué? Porque uno está vivo hasta que se muere. Y hasta entonces, fuera miedos, uno mismo es el troquel.
    Tú dices: Tengo, siento, necesito, pienso, deseo, cumplo, estoy. Pues eso.
    Osadía es el nombre de lo único imprescindible.

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  7. Y es igual que lo digas tú querido amigo Antonio que el maestro Saramago, todas esos pensamientos son una respuesta a una especie de pregunta insolente cuando alguien nos pregunta por la edad, una respuesta para hacer callar a cualquier. Porque no me dirás que no nos jode envejecer? nos refugiamos en pensamientos y frases como las que se aluden, pero en el fondo nadie quiere irse y dejar un buen vaso de vino en la mesa acompañado de un buen pata negra, por ejemplo.
    Bueno, me quedé tan pancho con estos pensamientos
    Hacia dias de que no te podiamos comentar, me alegra volver a hacerlo
    Un abrazo ANtonio y felices vacaciones o regreso,

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  8. Y es igual que lo digas tú querido amigo Antonio que el maestro Saramago, todas esos pensamientos son una respuesta a una especie de pregunta insolente cuando alguien nos pregunta por la edad, una respuesta para hacer callar a cualquier. Porque no me dirás que no nos jode envejecer? nos refugiamos en pensamientos y frases como las que se aluden, pero en el fondo nadie quiere irse y dejar un buen vaso de vino en la mesa acompañado de un buen pata negra, por ejemplo.
    Bueno, me quedé tan pancho con estos pensamientos
    Hacia dias de que no te podiamos comentar, me alegra volver a hacerlo
    Un abrazo ANtonio y felices vacaciones o regreso,

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  9. Increíble, ¿cómo usted blog puede ser tan atractivo como es, no sólo la información útil que escribir también atraen a muchos visitantes. Gracias

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  10. ¡Que alegría saber que te encuentras bien, querido Antonio!

    Me encantan esos versos rebosantes de vida...¡Que hermosos son!
    Un brazo y gracias.

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  11. Gracias Antonio por compartir este blog al mundo.
    Te sigo desde ahora, pues dejate hace tiempo tu huella y sello en El blog de MA.
    y entro hoy a tu casa de letras a leer y comentar,me gusta tu arte
    y me quedo en seguidores.

    Un abrazo y feliz verano.
    MA.
    El blog de MA.

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