domingo, 7 de enero de 2018

UN MURCIANO GENIAL

ANTONIO CAMPILLO, ESCULTOR

Antonio Campillo Ruiz
“El hombre ha de ser
breve, recto y sencillo,
tanto
en decir como en hacer”

Antonio Campillo Párraga


   Formado entre artesanos imagineros de tallas sacras policromadas, Antonio Campillo Párraga, dio vida a la tridimensionalidad de sus esculturas con un estilo tan individual que, su evolución artística le reportó la dirección de la generación de artistas murcianos, inquietos creadores de un estilo personal, potenciando la definición de una corriente peculiar y significativa en el arte español del siglo pasado. Su interés por las formas, volúmenes plenos de huecos que conforman delicadas figuras y diseños que, en su inicio, representaron o reprodujeron escenas religiosas y tallas en madera cuyas escenas, con el devenir del tiempo, se transformaron en una depuración artística que creo su personal escuela, tanto en los lugares de su aprendizaje como en los que enseñó, como catedrático de modelado, a lo largo de su vida.


   Donde la materia se deshacía, Antonio Campillo Párraga la transformó en refinados y estilizados vacíos cóncavos y convexos conformando volúmenes que se cierran y completan atrapados en líneas que tienden al infinito. Las orondas formas matriarcales, representativas en muchos casos de la mujer huertana, cantan y remarcan la importancia y peculiaridad de las matronas que crían a sus hijos bajo el amparo de su propia fisiología, donde, los espacios vacíos suavizan y adulan esta conformación matriarcal como única singularidad diferenciadora de la mujer dedicada al cuidado y crianza de la familia, casi siempre numerosa.  


   Antonio Campillo Párraga sintió la escultura como la necesidad de una renovación innovadora de las formas, de los motivos, de lo cotidiano elevado a la categoría de transformación general y de representación de una región, unos lugares en donde la sociedad se desarrollaba bajo el amparo del trabajo y la alegría de vivir. No es necesario, en muchos casos, la pulcra y meticulosa apreciación de la facciones personales, la simple representación simbólica es suficiente para ampliar a generales momentos que lo cotidiano transforma en un ritual habitual. El academicismo fue una barrera para la materialización de sus movimientos en la quietud de lo representado. Escenas naturales, plenas de sensaciones móviles, imprimen a su obra una vida que el amante del difícil bronce o la delicada madera siente al contemplarlas, revisarlas en derredor y admirar su perfecta armonía. Además, la mirada hacia la obra de Antonio Campillo Párraga debe ser reposada porque sus modulaciones expresivas, muy personales y peculiares, transpiran un intenso y sensual aporte a un encanto, delicadeza y finura tan espléndidos como humanísticos y anímicos.    

Antonio Campillo Ruiz


Es recomendable visionar el vídeo a plena pantalla.


2 comentarios:

  1. Con la mirada de Campillo sobre Campillo, he vuelto a disfrutar de la exposición del escultor murciano. Me gustó mucho este espacio abierto en el Ayuntamiento para el gozo de los murcianos y desde luego la exposición con que lo inaugura. Qué hermosas las esculturas. Tanto las de rotundas formas como las más estilizadas.
    Deseo todo el éxito para esta nueva sala.

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    1. Pues sí, Tía Conchi, un nuevo espacio para el disfrute de la cultura y el arte es de agradecer en una ciudad. A la vez, inaugurarla con un artista de la tierra de la categoría de Antonio Campillo Párraga es un lujo que muchos lectores no pueden disfrutar por causas obvias. Sin embargo, percibir las formas, los huecos y concavidades que generan los volúmenes es una posibilidad a la que se ha tratado de acercar a todos. Un abrazo, Tía Conchi.

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