domingo, 11 de febrero de 2018

UN PROYECTO DE SEDENTARIZACIÓN NULO

LOS JARAWAS

Antonio Campillo Ruiz

Los jarawas utilizan hojas de plantas
de la selva para hacer los tejados de sus refugios.
© Thierry Falise/Survival

   Aproximadamente 400 miembros de la tribu nómada jarawa viven en grupos de 40 a 50 personas en chaddhas, que es como llaman a sus casas. Como la mayoría de los pueblos indígenas que viven de forma autosuficiente y en sus tierras ancestrales, los jarawas continúan prosperando y su población se incrementa de forma estable. Los jarawas cazan cerdos, tortugas y pescan con arcos y flechas en los arrecifes coralinos cangrejos y peces, incluido el panga, las anguilas y los Leiognathidae dentados. También recolectan frutas, raíces silvestres, tubérculos y miel. Los arcos están hechos de madera de chooi, que no crece en el territorio jarawa. Usualmente deben hacer un viaje de larga distancia hasta la isla Baratang para conseguirla.

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   Tanto hombres como mujeres jarawas recolectan miel silvestre en árboles de gran altura. Durante la recolección de miel los miembros del grupo cantan canciones para expresar su regocijo. Los recolectores mastican la savia que obtienen de las hojas de plantas repelentes, como la ooyekwalin, que luego rocían con sus bocas a las abejas para mantenerlas alejadas. Una vez que las abejas se van, los jarawas pueden cortar su nido y lo colocan en un cesto de madera que cargan a sus espaldas. Los jarawas siempre se dan un baño después de comer miel.

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   Un estudio de su nutrición y salud reveló que sus “niveles nutricionales” eran “óptimos”. Tienen un conocimiento detallado de más de 150 plantas y 350 especies animales. Los jarawas de las islas Andamán disfrutan de una era de opulencia. Sus selvas les dan más de lo que necesitan. En 1998, algunos jarawas empezaron a salir de la selva por primera vez sin sus arcos y flechas para visitar poblaciones y asentamientos cercanos. En 1990 las autoridades locales anunciaron sus “planes” de sedentarizar a largo plazo a los jarawas en dos comunidades basadas en una economía de pesca. Sugerían que la caza y la recolección quedaran como sus actividades “deportivas”. El plan era tan preceptivo que incluso detallaba qué estilo de ropa debían ponerse. La sedentarización forzosa ya fue mortal para otras tribus de las islas Andamán, como siempre lo ha sido para la mayoría de los pueblos recién contactados en todo el mundo.

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   Después de una enérgica campaña fomentada por Survival y organizaciones locales, este proyecto de sedentarización fue finalmente abandonado. En 2004 las autoridades anunciaron una política nueva y radical: los jarawas podrían elegir su propio futuro y la intervención externa en sus vidas se reduciría al mínimo. Esto significó un enorme éxito para la campaña internacional y local. No se deberán llevar a cabo intentos para incorporarlos a la sociedad mayoritaria.

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   ¿A qué problemas se enfrentan las tribus de las islas Andamán? De las cuatro tribus de las islas Andamán, la situación de los jarawas es la más precaria. Los jarawas se enfrentan a muchas amenazas: La carretera que cruza su territorio atrae a miles de foráneos, turistas incluidos, a sus tierras. Los turistas tratan a los jarawas como a animales en un safari park. Los foráneos, tanto colonos locales como cazadores furtivos extranjeros, entran a su frondosa reserva de selva para robar la caza que la tribu necesita para sobrevivir.

Cola de vehículos para entrar en
la reserva jarawa a través de la
Andaman Trunk Road.
© G Chamberlain/ Survival

   Los jarawas continúan siendo vulnerables a enfermedades provenientes de fuera contra las que carecen de inmunidad. En 1999 y 2006, los jarawas sufrieron brotes de sarampión: una enfermedad que ha aniquilado a muchos pueblos indígenas alrededor del mundo tras el contacto con foráneos. Una epidemia podría destruirlos. Las mujeres jarawas han sufrido abusos sexuales por parte de los furtivos, colonos, conductores de autobuses y otros. Las chicas dicen que los hombres de fuera las presionan para que hagan muchas cosas. Las presionan con sus manos y las uñas de sus dedos, cuando las chicas se enfadan. Las persiguen bajo la influencia del alcohol. Tienen sexo con las chicas, beben alcohol en las casas de ellas. También duermen en la casa de los jarawas. Fuman marihuana y después persiguen a las chicas
Incluso por parte de los diputados de la isla hay presiones para que los jarawas sean integrados a la sociedad “mayoritaria” de la India. El destino de los granandamaneses y los onges son una clara advertencia de lo que podría ocurrirles a los jarawas, a menos que se reconozca su derecho a controlar quién entra en su tierra y a tomar sus propias decisiones sobre el estilo de vida que quieran llevar.

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   En la India, integrar a la sociedad “mayoritaria” hace referencia a la política de forzar a una tribu a integrarse en la sociedad dominante del país. Tiene efectos devastadores en los pueblos indígenas. Los despoja de su autosuficiencia y sentido de identidad y les deja marginados de la sociedad enfrentándose a muchos problemas. Una actitud como esta puede provenir del desprecio racista o de una preocupación real por el bienestar de la tribu; en cualquier caso se basa siempre en una malinterpretación de la excelente calidad de vida actual de los jarawas, y de las experiencias miserables de los pueblos indígenas que han sido asimilados a la fuerza.

Antonio Campillo Ruiz

© Survival



4 comentarios:

  1. me maravilla lo que escribes, amigo Antonio y aún más que yo pueda conocerte, es decir, sé que existes.
    Un abrazo, amigo

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  2. Muy interesante. No sabía nada de los Jarawas, me sorprende lo negros que son. Con respecto a la sedentarización forzosa, no me extraña que haya fracasado: suele suceder cuando se impone por la fuerza.

    Un abrazo

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  3. Se acabo su buen hacer y libertad, en aras de la civilización. Como siempre, el pez grande se come al pequeño.

    Cuanto te quiero amigo.

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  4. Quizás la solución sea dejarse caer para ver qué pasa.
    Abrazos, Antonio.

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