sábado, 6 de marzo de 2010

HONGOS, DROGAS Y ALUCINÓGENOS


ALUCINÓGENOS DIVINOS.

Antonio Campillo Ruiz
María Luisa Arnaiz Sánchez

Toma tu barco y huye,
hombre feliz,
a vela desplegada,
de cualquier forma de cultura

                                                                                 Epicuro
        
   Resulta curioso comprobar que en la mitología de Occidente apareció formulada la antinomia ‘vida – muerte’, en relación con las plantas. Si en la Cosmogonía sumeria Enki, señor de la tierra, pierde el paraíso por la maldición de la diosa madre Ninhursag cuando, para conocer su destino, comienza a probar las plantas, lo mismo sucede en la Biblia salvo que es una mujer, Eva, la que come y es el dios padre Yavé quien maldice (“que no alargue su mano, y tome también del árbol de la vida, y coma, y viva para siempre…Echó, pues, fuera al hombre, y puso al oriente del huerto de Edén querubines y una espada encendida…para guardar el camino del árbol de la vida.” Genésis III).
 
   Tras el hallazgo de los manuscritos del Mar Muerto, J. Allegro intentó demostrar que el cristianismo era una religión, cuya celebración más importante consistía en la ingestión de la Amanita muscaria, pero R. G. Wasson, especialista en hongos, discrepó de su tesis a pesar de haber sostenido anteriormente que el “árbol de la vida y del conocimiento” era el citado hongo. 

“Árbol de la vida” de la capilla de Plaincourault

   En los años setenta, sin embargo, cuando Wasson hablaba del “árbol de la vida” de la capilla de Plaincourault, decía con Panofsky: “su semejanza con la Amanita muscaria es fortuita […] los artistas medievales no trabajaban inspirándose en la naturaleza” y solo mantenía, al igual que R. Graves, la relación entre diferentes cultos religiosos y los enteógenos (“dios en el interior”, sustancias que favorecen las actitudes místicas).

Fresco románico

  La Amanita muscaria es uno de los hongos tóxicos más conocidos pues es la seta roja con puntitos blancos que aparece en los cuentos. 

 Amanita muscaria

   Se la ha asociado al soma euroasiático, la droga sagrada de la inmortalidad mencionada en el Rig Veda, al haoma indoiranio (R. G. Wasson demostró que se trataba de Amanita muscaria),  y al dios MITRA (C. Ruck y A. Hoffman probaron que en sus rituales se comía la Amanita muscaria), quien se toca con un gorro frigio (¿sombrerillo del hongo?). Sus efectos alucinógenos se deben a sustancias que interactúan con el receptor del ácido gammaaminobutirico.
 Chukotka (Rusia), en torno al 1000 a.C. Petroglifos con figuras antropomorfas llevando hongos en la cabeza.
En esta región de los chukchi un pueblo siberiano usa 
la Amanita muscaria en la actualidad.

  De otra parte, R.G. Wasson demostró la relación entre plantas visionarias y creencias religiosas al hacer patente el culto a los hongos psilocybe o teonanácatl ("carne de los dioses") en México.

Psilocybe o Teonanácatl ("Carne de los dioses")
 
Guatemala, sur de Mexico y El Salvador, entre el 1000 a.C. y el 
500 d.C. Piedras hongo de la cultura maya

   Este caso era, además, un ejemplo de sincretismo religioso pues, en estrecha fusión con el cristianismo, en algunos sagrarios se guardaban tanto las hostias como los hongos llamados "angelitos" y los fieles los ingerían en una suerte de comunión. Posteriormente A. Hofmann reveló la naturaleza química de sus principios activos. 

   Es casi seguro que la conexión entre el uso de ciertas plantas y las experiencias extáticas se estableciera de forma natural dadas las propiedades visionarias de los enteógenos. Ahora bien, es necesario aclarar que los llamados alucinógenos rara vez causan alucinaciones y sí causan alteraciones de la percepción, del estado de ánimo y del nivel de consciencia pero esto depende tanto de la dosis como de las condiciones en que se toman. 

 Claviceps purpúrea,  "Cornezuelo del centeno"

   El cornezuelo es un hongo rojizo que parasita el centeno y toda suerte de gramíneas (el trigo sólo de forma excepcional). Dado que los cereales constituyen el alimento básico de la humanidad, aun cuando los granos estén parasitados, es necesario arriesgarse a hacer pan. 

   Tradicionalmente en Europa se ha empleado el centeno para la alimentación y, como apenas se limpiaban los granos, la harina blanca tenía un precio caro y la triturada con granos infectados barato (se ha especulado acerca de si el consumo de esta harina pudo haber provocado alteraciones en las conductas, pero solo entra dentro de lo posible el que, al ser hidrosolubles los alcaloides psicoactivos del cornezuelo, “ciertas” personas y en “ciertas” condiciones pudieran tener “cierto” efecto visionario). 

   El Claviceps purpúrea, nombre del hongo en cuestión, cuyas propiedades eran conocidas desde tiempos remotos (ya en una tablilla asiria del siglo VII a. C. se advierte sobre el peligro del uso de centeno contaminado con "pústulas negras" y Plinio dice que el pan preparado con harina procedente de cizaña parasitada por el cornezuelo produce “vértigo”) contiene unos alcaloides con un poderoso efecto vasoconstrictor (las curanderas lo han usado para provocar abortos y detener hemorragias) y su ingesta puede producir cuadros patológicos benignos (cefaleas, escozor en los dedos, temblor) o graves (alucinaciones visuales o auditivas, delirio y la muerte tras una espantosa agonía). Entre los años 1000 y 1600 se tienen pruebas de una veintena de brotes por este mal; en cuanto a la última intoxicación documentada, se produjo en Francia en 1951.  

   Todo lo relacionado con este hongo (“ergot” en inglés) fue misterioso hasta que A. Hofmann averiguó su estructura química en el curso de una investigación que desembocó por azar en el descubrimiento del LSD. (Después de probarlo, dijo: "Sentí angustia, vértigo y visiones sobrenaturales, al mismo tiempo que un profundo sentimiento de paz y libertad"). Fue el 19 de abril de 1943. Desde entonces se sabe que el cornezuelo contiene una mezcla de alcaloides: unos, la ergonovina y la diamida del ácido lisérgico, son muy visionarios y de escasa toxicidad; otros, la ergotamina y la ergotoxina son mortales.

   Así pues, de este somero repaso por la interacción entre espiritualidad y plantas, se deduce que, si los católicos han apelado a la fe y a la oración para merecer la iluminación, aislándose interior y exteriormente, los fieles de otras vías religiosas o filosóficas han propiciado la visión de la luz divina mediante el recogimiento y las sustancias naturales. Muchos pueblos americanos han recurrido al Ololiuhqui o Semillas de la Virgen, Rivea corymbosa, y a la Ipomoea violacea, que contienen

Rivea corymbosa, Ololiuhqui o Semillas de la Virgen

Ipomoea violacea

un derivado del ácido lisérgico (fray B. de Sahagún: “hay una planta que llaman coatl xoxouhqui...embriaga y vuelve loco”), otros al peyote, Lophophora williamsii, cuyo principal alcaloide es la mescalina (“lo han empleado desde hace siglos…con fines religiosos”, íbidem), los sufíes al hachís, las tribus nómadas siberianas a la amanita muscaria, etc.


Tasili (Aragelia) 7000 - 5000 a.C. 
Figuras antropomorfas con cabeza en forma de hongo, sosteniendo en sus manos unos hongos, identificados como variadades psicoactivas por el punteado que se conecta 
a sus cabezas.

   En sendos casos, tanto en Oriente como en Occidente, no se puede desdeñar la contribución de otras explicaciones racionales, tales como la meditación, el control de la respiración, el ayuno por períodos prolongados, el silencio, la interrupción del sueño, etc., como ascesis (reglas y prácticas encaminadas a la liberación del espíritu y el logro de la virtud), cuya finalidad es la unión mística con el dios.

1 comentario:

  1. wow que buena publicación. aquí en Quintana roo hay mucha Ipomoea violacea en estado salvaje. tengo entendido que es la semilla la que contiene el lsa... conoces sus efectos?

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