viernes, 27 de agosto de 2010

VERANO AZUL


UNAS LARGAS VACACIONES DE VERANO

Antonio Campillo Ruiz


   No podemos acabar este largo “Verano de Cine” sin recordar, y si podemos, volver a visionar, una de las producciones de TVE que representa las “vacaciones de verano” en España con más fidelidad: “Verano Azul” de Antonio Mercero, 1981, emitida por primera vez el 11 de octubre de ese año.


   Antonio Mercero es un guionista, director y productor cinematográfico muy meticuloso en sus realizaciones. Posee una sensibilidad especial para la narración de historias en donde, desde un solo actor protagonista, hasta grupos complejos de personajes, representan, bajo su magistral dirección, inolvidables interpretaciones.


   “Verano Azul”, cuyos principales actores son dos adultos, cinco adolescentes y dos niños, compone uno de los más complejos conjuntos para que la dirección de actores sea cómoda. Cada uno de ellos debe conducirse bajo dos aspectos muy diferentes: en función de su papel en la historia y en función de su edad cronológica. Para poder conseguir verosimilitud en este segundo aspecto es necesario conocer en profundidad la naturaleza de los adolescentes y niños. Mercero es, probablemente, el director español que mejor la conoce y es un maestro dirigiéndola.


   En un tormentoso 1981, aunque concebida y rodada desde tres años antes, la serie de diecinueve capítulos trata temas personales, sociales y de interés potencial que, poco después, se fueron implantando en una democracia cada vez más potente y respaldada por la sociedad de la época. Alguno de sus episodios examina contenidos tabú de los vestigios de la sociedad anterior y plantea discusiones sobre los posibles cambios, sobre todo varias cuestiones inusuales en la televisión, que en aquel momento histórico preocupaban a la mayoría de españoles.


   Bastantes esquemas encorsetados de una rígida concepción de la televisión franquista se rompieron y el divorcio, la especulación inmobiliaria, el derecho de protesta, relaciones entre adultos y adolescentes y sobre todo la libertad, fueron narrados con una naturalidad que se criticaron en bastantes medios de comunicación, mientras se celebraban y aplaudían en otros. Las escenificaciones ficticias de algunos hechos se trasladaron a la calle con tal fuerza que incluso la muerte de Chanquete supuso noticias en primera plana de periódicos y revistas, tal y como si hubiese sido un acontecimiento real.


   Rodada en los espacios naturales de Nerja, para la ciudad supuso un cambio tan importante que, unido a la explosión urbanística, ha producido una transformación esencial para sus habitantes. De igual forma, “Verano Azul” ha sido esencial para una innovación de la televisión en España.  










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