miércoles, 23 de marzo de 2011

OROPEL

EL GALLO DE ORO

Antonio Campillo Ruiz

Woman in Neapolitan Costume
Massimo Stanzione, 1635
Fine Arts Museums, San Francisco

   El 24 de septiembre de 1909 se estrenó en Moscú una ópera de Rimski-Kórsakov con el título de “El gallo de oro”. A España llegó en 1944 y su representación tuvo lugar en el Tívoli de Barcelona. El drama se basa en un poema de Pushkin, quien se había inspirado para su composición en un relato que le había contado su aya. La historia trata de un rey, Dodon, al que un astrólogo le regala un gallo de oro que tiene la virtud de cantar y aletear cuando percibe un peligro. En la primera ocasión en que se oyó el canto del gallo, Dodon puso a la cabeza del ejército a sus dos hijos y, cuando el gallo batió las alas y emitió su quiquiriquí por segunda vez, el propio rey salió al frente de sus soldados.

Le coq d’or, Ivan Yakovlevich Bilibin

   Luchó contra la reina Shemajan, por cuyo amor se habían matado sus hijos, y, tras vencerla, cayó hechizado de su embrujo y decidió llevársela a su reino, donde vivieron una relación ridícula a ojos de los cortesanos. Un día se presentó en palacio un astrólogo que le pidió, como pago del gallo, a Shemajan y Dodon se enfureció tanto, que lo golpeó con el cetro y lo mató. Entonces, mientras subía los peldaños para entrar en palacio, el fabuloso gallo se abatió sobre él y lo mató a picotazos. El país se sumió en la oscuridad y, cuando la luz retornó, se vio que no quedaba rastro de la reina ni del gallo. En tanto que el pueblo llora al desventurado rey, cae el telón y se ve aparecer al astrólogo a modo de deus ex machina. Revela que es Shemajan y que los otros personajes eran producto de la fantasía.

Le coq d’or, Ivan Yakovlevich Bilibin

   La música se caracteriza por la magnífica instrumentación y por los brillantes hallazgos de Rimski-Kórsakov, entre los que significo el grandioso coro del sol y los sonidos del gallo. Fue vox populi en su tiempo que, durante su elaboración, el compositor tuvo presentes el éxito obtenido con otros textos de Pushkin, como “El zar Saltan” que Iván Bilibin había ilustrado, el que Nicolás II hubiera atacado Manchuria y Corea iniciando la impopular guerra ruso-japonesa, acabada en desastre y comparada luego con la derrota del primer combate de “Le coq d’or” -la ópera se interpretó en francés-, y el que pretendiera denunciar la situación de servidumbre del pueblo llano, origen de la Revolución Rusa de 1905, habida cuenta de que apoyó las protestas de los estudiantes del conservatorio de San Petersburgo que le ocasionaron el cese como director. Aunque terminó su obra en 1907, la representación fue prohibida por los censores bajo la excusa del parecido entre el rey Dodon y el zar Nicolás II.

La reina Shemajan

   Juan Rulfo escribió “El gallo de oro” a finales de la década de los cincuenta del siglo pasado pero la obra, novela o cuento, como él mismo la denominó, no se publicó hasta veinticinco años después. Es posible que en ello influyera la gran expectación levantada por su extraordinaria novela “Pedro Páramo”, editada en 1955, el querer contener las inevitables comparaciones que se harían -para las que se precavió con comentarios despectivos- y la polémica suscitada acerca de los géneros literarios. La protagonista, Bernarda Coutiño, La Caponera, personificación de la libertad, queda atrapada en las mallas de la correcta sociedad, una vez que se casa y es madre, siendo la nostalgia de su vida pasada la que la conduce a la muerte. Su pérdida desencadena el suicidio de su marido y su hija, La Pinzona, repite su historia y cierra el círculo que traza la novela.

Naturaleza muerta con loro, Frida Kahlo

   La obra de Rulfo fue llevada al cine en dos ocasiones. La primera, homónima en el título, fue dirigida por Roberto Gavaldón en 1962 y tuvo guión de Gabriel García Márquez, Carlos Fuentes y el propio director. La segunda, titulada “El imperio de la fortuna”, es de 1985 y fue dirigida por Artur Ripstein. “El gallo de oro” se realizó en época de decadencia del cine mejicano y es un ejemplo de maniqueísmo deliberado pues Dionisio, descrito por Juan Rulfo en estos términos: “antes que Dionisio Pinzón transformara su humildad en soberbia”, a pesar de salir de la pobreza, sigue siendo desinteresado y es la contrafigura del prepotente Lorenzo Benavides, que logra cuanto se propone haciendo oídos sordos a las implicaciones.

Frutos de la vida, Frida Kahlo

   Rulfo había caracterizado a su personaje de pregonero, “quien así ejercía este oficio era Dionisio Pinzón, uno de los hombres mas pobres de San Miguel del Milagro. Vivía en una casucha desvencijada del barrio del arrabal, en compañía de su madre, enferma y vieja, mas por la miseria que por los años” y lo había ubicado en un medio que conocía muy bien: el de miles de humildes campesinos que se habían visto obligados a abandonar sus casas a principios del XX como consecuencia de la Revolución Mejicana y de la Guerra Cristera. A pesar de la enorme distancia espacio-temporal que los separa, posee cierta similitud con el desafortunado Lázaro de Tormes que por fin salió de pobre cuando aceptó “cierta bajeza” y fue pregonero.

Viva la vida, Frida Kahlo

   Con un nombre que hace alusión a la fortuna, como  menciono  anteriormente, se llamó esa segunda producción cinematográfica, llevada a cabo en la década de los ochenta en los momentos en que Méjico volvía a atravesar una crisis económica y social considerable. Si con la primera película se trató de volver al paraíso perdido del cine mejicano, con la otra se buscó que la gente se identificara con el protagonista para poder afrontar la adversa situación del país. De esta manera, la propicia ventura del pregonero debería imbuir a los ciudadanos de esperanza en el porvenir, a la vez que anunciaba o justificaba que todo cambio requiere un precio. Así pues, creo que tanto la ópera de Rimski-Kórsakov como la novela de Rulfo se gestaron en un marco político de denuncia social contra la pobreza que es, sin duda alguna, la causa de todo tipo de conflicto.

Frida Kahlo




6 comentarios:

  1. Estoy más que sorprendida por esta maravillosa entrada y por vuestro blog.
    En "El gallo de oro" has fundido de forma magistral cuatro artes que nos hacen más humanos y traducen con inteligencia la mirada sobre el mundo y los sentimientos: música, pintura, cine y literatura. Todas ellas reflejan lo que nada humano nos es ajeno aunque la materia prima empleada sea distinta y complementaria. Notas, pinceles, fotogramas y palabras se entremezclan con gran acierto en esta espléndida entrada.
    Mi enhorabuena.

    Un saludo.

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  2. Marisa, como bien sabes, a veces los hilos que unen las artes puede estar enmarañados y, a pesar de sus múltiples colores, el telar se enreda y no puede tejer.
    Otras, cuando los creadores hilvanan bien las madejas puede ser que el cosido sea adecuado a pesar de estar hecho a mano.
    No he querido pespuntear otro "gallo de oro" muy particular: el de "El coronel no tiene quien le escriba".
    Creo que merece una atención especial.
    Tus palabras serán el aliciente para tejer con más hilos de diferentes colores.
    ¡Atención! Marisa es “El espejo de la Luna”.

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  5. NOTA A LOS LECTORES.-

    Inusitado, ¡ha vuelto a pasar!
    Amigos lectores acabo de escribir una sencilla aclaración sobre el "comentario suprimido" y se ha repetido el fenómeno que motivó su anulación. Ahora hay dos suprimidos.
    Decía que, ayer, cuando respondí a las siempre amables y cariñosas palabras de Marisa, al accionar "publicar comentario”, unos electrones juguetones, nuevos en la Física moderna pero haberlos haylos, DUPLICARON el comentario.
    Me dije, bueno, pues qué le vamos a hacer si están echando una partida de "mira, mira, mira..., DOS".
    Pero claro, no debería repetirse el mismo texto.
    Al borrarlo, como estos otros electrones de la net son muy estrictos, notificaron con gallardía: “comentario suprimido por el administrador del blog”.
    Bueno, ¡quedé pasmado! ¡Me conocen! Me conocen y saben dónde estoy. Además, me ponen en evidencia con lo que jamás haré: suprimir un comentario favorable o desfavorable.
    Y esto es lo quería dejar claro, amigos lectores, jamás, repito, jamás suprimiré un comentario expuesto desde la libertad de expresión de cada uno de ustedes

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  6. Precioso y aleccionador, como siempre, Antonio, una suerte descubierta a través del leader. Un abrazo.

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