¡VIVA LA REPÚBLICA!
María Luisa Arnaiz Sánchez
Antonio Campillo Ruiz
Valeriy Belenikin
Del mismo lexema que sicomoro proviene “sicalipsis” < “σῦκον”, higo, y “ἄλειψις”, acción de untar, frotar, término ya arrinconado en español que significa malicia sexual, picardía erótica. Se ha contado alguna anécdota para explicar el porqué de aplicar esta palabra a lo erótico obsceno, así la leyenda urbana reitera que un empresario teatral, en el momento de estrenar una obra picante en Barcelona, confundió “apocalíptico” con “epiléptico” probablemente porque era como se denominaba un estilo muy de moda entre las cantantes francesas de principios del XX, pero la evidencia de la metáfora del sexo femenino en la “higa” < “ficum”, higo, cuya imagen es un puño del que sobresale el dedo pulgar, el pene, entre el índice y el mayor, la vulva, apunta sin duda hacia la etimología griega.
Valeriy Belenikin
En el Teatro Novedades de Madrid un 18 de diciembre de 1905 se produjo un altercado entre el público y La Fornarina. Los implicados terminaron en la delegación gubernamental y así se registraron los hechos: “Que…al término de la actuación de la señorita Vello, en calidad de cupletista, el señor D. Francisco Belmonte, en calidad de admirador, se levanta de su butaca de patio, se dirige al escenario y le ofrece a la gentil artista un presente en forma de melón, con tarjeta y todo. Que (ella)…se siente ofendida…al recibir semejante cucurbitácea... Que… reacciona airadamente y amaga con tirarle el melón a la cabeza al pretendido admirador…Que pasa del amago al cumplimiento y le estampa en la cabeza el mencionado melón a su donante. Que parte del público interviene…Que…los cuerpos de seguridad…sacan porras y silbatos y ejecutan la detención del mencionado individuo,…del melón como cuerpo del delito y de la señorita Vello…Que, saliendo del teatro, se organizó en el exterior una espontánea manifestación formada por los partidarios de una y otra parte, protestando…el gobernador decidirá el castigo […]”.
Valeriy Belenikin
Unamuno escribió un artículo en 1907, “Sobre la lujuria”, donde decía: “pocas veces ha florecido tanto la pornografía en la corte de España. Los teatrillos, y aun los teatros grandes, se ven infestados por toda clase de cupletistas, bailarinas y heteras de alto o de bajo vuelo. La lujuria pública llega al delirio”. Siempre que lo frívolo y lo sexual se enfocan bajo una perspectiva moral, como en este caso, se patentiza la mojigata visión de los tenidos por “liberales”, pero el testimonio de Unamuno sirve para comprobar el estado erótico de la sociedad de su tiempo. Los espectáculos sicalípticos se habían convertido en un negocio muy rentable y la causa no era otra que la crisis galopante que sufría España.
Valeriy Belenikin
El erotismo en ese decurso hizo acopio de todo lo concerniente al cuerpo y la salud. En Europa fueron legión los médicos, higienistas, sociólogos, demógrafos, etc., que se preocuparon por la sexualidad, hubo congresos sobre trata de blancas y prostitución, proliferaron los escritores “eróticos” -Antonio de Hoyos y Felipe Trigo en nuestro país; este último, médico, reprodujo la miseria sexual que limitaba a la sociedad española-, cundieron las revistas “especializadas” y por encima de todo las representaciones visuales que alimentaban las fantasías eróticas de los hombres a través de fotografías -el cine pornográfico era minoritario- que se vendían junto con preservativos y “gadgets” en establecimientos como “La librería francesa” y la “Librería Mimí” de Madrid.
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La red de teatros en España, a la que acudía mayoritariamente un público interesado en la zarzuela y los sainetes, asumió el papel de llevar lo sicalíptico por toda la geografía nacional. Poblaciones que no alcanzaban mil habitantes tenían teatro, como La Unión (Murcia), pero hay que tener en cuenta además los cafés, las tabernas y los cabarets, que ofrecían la única posibilidad de esparcimiento. Estos apostaron por espectáculos eróticos de gran éxito crematístico, así el de la archiconocida interpretación de “La pulga”, y pasaron luego a exhibir a las féminas, aunando carne y canción para el sustento libidinoso masculino. El “Vals de la regadera” marcó en 1907 un hito en la canción sicalíptica: “Tengo un jardín en mi casa / que es la mar de rebonito / pero no hay quien me lo riegue / y lo tengo muy sequito. / No encuentro ni un jardinero / y es el caso extraordinario. / Entre tanto caballero / ¿no hay ninguno voluntario?”
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Lo que caracterizó el fenómeno cabaretero fue la heterogeneidad de locales admitida por la S.A.E., nacida en 1899, que iba desde los más lujosos a los más cutres, así como el alcance interclasista que adquirieron -se hizo práctica habitual de los hombres el acudir casi a diario a ellos- al menos hasta 1912, fecha en que las diferencias económicas se acentuaron y provocaron el elitismo. En las salas pequeñas el erotismo se intensificó porque se veía más de cerca a las artistas con quienes cabía un posible encuentro en los reservados. Según Unamuno, el público “brama como una fiera en celo”, signo de la represión sexual de los españoles ratificada por José de Alsina: “espectadores que rugen sus deseos en cuanto una artista muestra la más mínima de sus atracciones físicas” y que confirman los informes de Orden Público de la época.
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La expansión de las “varietés” benefició a unos pocos y, aunque fueron innúmeras las mujeres que se dedicaron a ellas, poquísimas triunfaron, constituyendo un filón papilloneras, teloneras, tanguistas, señoritas del alterne, etc., que propiciaron la protección: “Caballero serio protegerá a simpática y bella señorita”, “El Diluvio” 1 de enero de 1910; y el 4: “Señorita joven, bonita, educada y esbelta, aceptará protección espléndida de caballero joven”. España, no beligerante y llena de recintos de ocio, admitió durante la Primera Guerra Mundial a miles de mujeres que, bajo el pretexto de actuar, ejercieron la prostitución. Espectáculo y putaísmo fueron de la mano, mientras se los criticaba hipócritamente.
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El siglo XX mantuvo los valores decimonónicos que interesaban a la burguesía y a los católicos: sexo y religión distinguían a hombres y mujeres: ellos se iniciaban en el burdel o con las criadas -absoluta tolerancia-, ellas permanecían in albis y se “etiquetaban” si caían en la tentación. Aunque las reivindicaciones laborales y pedagógicas, el feminismo, el anticlericalismo, etc., crecían, las masas imitaban a la clase privilegiada en los modelos de diversión, por eso en 1911 nació la Liga Antipornográfica, auspiciada por Ramiro de Maeztu y “La Lealtad” publicó: “La escena española había sido invadida por un sinfín de “estrellas” descocadas y lúbricas, que convertían los teatros en sucursales de burdel; la decencia era el plato cotidiano que el público, cada vez más bestializado, saboreaba con deleite”.
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En 1915 el género sicalíptico, que había liberado tanta pulsión, desapareció y en su lugar triunfó el “cuplé”, sagazmente planificado con el propósito de restaurar la moral y la política -que hubiera campañas de moralidad indica que las clases en el poder se vieron amenazadas-. Los grupos dominantes tomaron la iniciativa y ¡hasta la mujer pudo asistir a los espectáculos decentes! El público se “civilizó” y la radio más el gramófono suplieron los escenarios, transformando el consumo. El cuplé domesticó al pueblo y lo disoció de la realidad. Cuando llegó la República se dijo que el erotismo había reverdecido y contra él clamaron los de siempre. La autoridad masculina se resintió pero las mujeres lograron lo que nunca habían tenido: derecho a votar, a casarse por lo civil, a divorciarse, etc.
Valeriy Belenikin
El cuplé, reconvertido en “canción española” durante la dictadura franquista, continuó con el entontecimiento y la represión sexual en el “bastión” de Occidente -las represiones del “centinela” otro día-. Hoy, conmemoración del octogésimo aniversario de la República Española, ¡Felicidades, querida República!, la “cruzada” que han emprendido diversos medios e individuos para reescribir la Historia es de nuevo prueba de que cierta ideología se siente amenazada. Preocupante, muy preocupante.
Se recomienda visionar el video a plena pantalla.
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Queridos María Luisa y Antonio:
ResponderEliminarQué extraordinario es vuestro blog, cuánta belleza se deja ver en él.
Una entrada en este caso, Antonio, fundamentada y argumentada con conocimientos sólidos e investigación exquisita.
Conocer la sociología de un pueblo es conocer las diversiones del pueblo y como estas campan libres o son dirigidas desde el poder. Ciertamente mucho tienen hoy que decir los poderes fácticos, llámense medios de comunicación sobre el retroceso de las libertades y de las necesidades más lúdicas y naturales del ser humano, en el que se incluyen hombres y mujeres.
Me ha encantado la explicación sobre lo sicalíptico, así como el ambiente "lujurioso" de los teatros. La segunda República fue un momento rompedor en un país pacato, castrador y cruel con la expresión de las mujeres. De repente, nos olvidamos del "Santiago y cierra España", y abrimos un camino de vanguardia incluso en Europa. Poco había de durar la audacia. Qué gris fue el telón que cerró la escena y cuántos años de mal gusto habrían de seguirle.
Por eso hoy algunos rememoramos una fecha y clamamos contra la injusticia de un golpe brutal.
Celebramos nuestra ilusión por verla renacer, ¡a por la Tercera!
Salud y República, queridos amigos.
Elena, lo que afirmas sobre que España durante su segunda República estuvo a la cabeza de las vanguardias es muy cierto, además de que sirvió de antídoto a tanta pacatería.
ResponderEliminarOjalá la renováramos pero no somos optimistas respecto de una mudanza como aquella. Más bien parece que estamos en un duro trance en el que el “¡Vivan las cadenas!”, ¿recuerdas?, se quiere apoderar de una libertad consensuada aunque libertad con minúscula.
Estamos muy agradecidos por tu aprecio, Elena. Un fuerte abrazo y ¡salud y República!
Salud y República lo primero!!!...
ResponderEliminarEs cierto, más parece que vamos a la contra, vuelven las prohibiciones... No terminamos de entender esa palabra maravillosa que se llama "libertad"...
Los/las mojigatos/as siguen de moda...
Toda esa lucha será para nada???... Espero y deseo que no, claro...
Elena tiene toda la razón, son artículos tan buenos y tan trabajados que da gusto venir por aquí y aprender, claro...
Magnífico, me uno al brindis y quedo extasiada con tanta cultura que respira por aquí.
ResponderEliminarLas imágenes están sabiamente elegidas para acompañar un texto impecable y certero.
¡salud y República! por supuesto.
Todos aprendemos a diario, Beatriz, aunque la materia sea tan sutil, que no se diga con palabras. Las repúblicas del mundo son mayoría y la sangre azul no existe. Aun en precario, la roja es vida.
ResponderEliminar¿Cómo ponderar tus selecciones? Con otro brindis y aplausos. ¡Enhorabuena por tanta belleza, Carla!
ResponderEliminarEste blog acapara todo el talento y el buen gusto de la red.
ResponderEliminarInvito -como seguidor que soy- a todos los que se asoman por primera vez a esta ventana, a que lean y vean las entradas anteriores. No se preocupen por el tiempo a emplear, no lo perderán.
Es un placer leeros, a los dos.
Un abrazo tricolor.
Thornton, como sabemos que eres un “exagerao” y te queremos, te lo consentimos todo.
ResponderEliminarNo, querido amigo Manri, existen muchos, una cantidades inmensas de blogs y webs tras los que personas sabias expresan libremente aquello que creen importante, que tratamos, con afán de superación verlos, leerlos, saberlos…
Percibes, como nosotros, que necesitamos mil millones de vidas más. Creemos que no nos darán permiso.
Además del abrazo tricolor ¡SIEMPRE!, el placer de leerte es nuestro.