María Luisa Arnaiz Sánchez
Paisaje, Magritte
El cementerio está cerca. La uña del meñique derecho de Pedro Pérez, enterrado ayer, empezó a crecer tan pronto como colocaron la losa. Como el féretro era de mala calidad (pidieron el ataúd más barato) la garfa no tuvo dificultad para despuntar deslizándose hacia la pared de la casa. Allí serpenteó hasta la ventana del dormitorio, se metió entre el montante y la peana, resbaló por el suelo escondiéndose tras la cómoda hasta el recodo de la pared para seguir tras la mesilla de noche y subir por la orilla del cabecero de la cama. Casi de un salto atravesó la garganta de Lucía, que ni ¡ay! dijo, para tirarse a la de Miguel, traspasándola.
Fue lo menos que pudo hacer el difunto: también es cuerno la uña.
Max Aub
Jajaja! Ay, todo son cuernos... Que gracia tiene el jodio! Me ha alegrado la tarde, plomiza y jodida por un feroz ataque de lumbago, cosas de la juventud lejana. Gracias!
ResponderEliminarFantástico Antonio haces que las pinturas cobren vida presente porque vida todas ellas llevan desde el día en el que nacen.
ResponderEliminarMi beso y abrazo para ti Antonio con mucho cariño y afecto
Pues menos mal que has tenido un poquito de alivio con la uña asesina. Sé de lo que hablas, estimado ¿señor?
ResponderEliminarEva, me alegro de que la relación texto/imagen te guste.
ResponderEliminarLas pinturas de Magritte, vivas desde que nacen como muy bien dices, son tan imaginativas que nos transportan a mundos desconocidos en nuestro interior.
Las raíces absorbentes, acariciantes y lujuriosas, envuelven nuestro pesar hasta conseguir exprimir toda su savia.
Un fuerte abrazo y un cariñoso beso, Eva.
El anonimo era yo, que estos chismes me dejan en ridiculo hasta acomplejrme. Vale lo dicho
ResponderEliminar¿En ridículo tú? Nada de eso, Mariano. Sabrás que los duendes informáticos no saben de lumbalgias. ¡Snif! por ti.
ResponderEliminarLucida venganza, si siempre fuera posible, aun y no muriendo el portador/a de los atributos, pequeñas se quedarían las paginas de esquelas ...... Jajaja
ResponderEliminarEl humor ácido saca a la luz los interiores de la gente, ¿no te parece, Enrique?
ResponderEliminarLa sátira ácida, cáustica, incluso, es un arma noble para ser usada con inteligencia, María Luisa. Si, el humor ácido es un recurso de gente inteligente, no violenta y extremadamente sagaz. Me encantan este tipo de relatos, creo que se aprende mucho de ellos.
ResponderEliminarA mí me gustan también las viñetas mordaces. Pensaré en publicar una serie, Enrique.
ResponderEliminar