DACTYLIOTHECA: MADAME RENOIR

ALINE CHARIGOT

María Luisa Arnaiz Sánchez

Seated Bather (Aline), Renoir, 1884

Renoir, 1841-1919, posee una vasta producción, tanta que solo se le puede comparar con Picasso en cuanto a pintor prolífico. Dijo en una ocasión: “Me gusta pintar cuanto parece eterno sin jactarme de ello: una realidad cotidiana, revelada en una esquina de la calle, una criada deteniéndose un momento mientras limpia una cacerola y convirtiéndose en Juno en el Olimpo”. Aparte de la placidez que emana de sus cuadros, mi vuelta a ellos una y otra vez se debe a tratar de captar ese instante de eternidad que él atrapaba. Pero hoy muestro a su mujer, Aline Charigot, a la que conoció en una lechería mientras desayunaba con su madre en 1877. Desde ese momento fueron inseparables. Cuando se casó con ella por lo civil en 1890, ya había reconocido a Pierre, nacido en 1885; luego vendría en 1894 el que sería director de cine, Jean, y en 1901 Claude. Dieciocho años menor que Renoir, Aline no perdió la sonrisa hasta su muerte.

Les canotiers à Chatou (Aline), Renoir, 1879

Déjeuner des canotiers, Renoir, 1981

Renoir dijo después de este cuadro: “Se produjo algo así como una fisura en mi obra. Había ido hasta el fin del Impresionismo y llegué a la conclusión de que no sabía ni pintar ni dibujar”.