EL TREN DE LOS HERIDOS
Antonio Campillo Ruiz
Alex Colville
Silencio que naufraga en el silencio
de las bocas cerradas de la noche.
No cesa de callar ni atravesado.
Habla el lenguaje ahogado de los muertos.
de las bocas cerradas de la noche.
No cesa de callar ni atravesado.
Habla el lenguaje ahogado de los muertos.
Silencio.
Abre caminos de algodón profundo,
amordaza las ruedas, los relojes,
detén la voz del mar; de la paloma:
emociona la noche de los sueños.
amordaza las ruedas, los relojes,
detén la voz del mar; de la paloma:
emociona la noche de los sueños.
Silencio.
El tren lluvioso de la sangre suelta,
el frágil tren de los que se desangran.
el silencioso, el doloroso, el pálido,
en tren callado de los sufrimientos.
el frágil tren de los que se desangran.
el silencioso, el doloroso, el pálido,
en tren callado de los sufrimientos.
Silencio.
Tren de la palidez mortal que asciende:
la palidez reviste las cabezas,
el ¡ay! la voz, el corazón, la tierra,
el corazón de los que malhirieron.
la palidez reviste las cabezas,
el ¡ay! la voz, el corazón, la tierra,
el corazón de los que malhirieron.
Silencio.
Van derramando piernas, brazos, ojos,
van arrojando por el tren pedazos.
Pasan dejando rastro de amargura,
otra vía láctea de estelares miembros.
van arrojando por el tren pedazos.
Pasan dejando rastro de amargura,
otra vía láctea de estelares miembros.
Silencio.
Ronco tren desmayado, enrojecido:
agoniza el carbón, suspira el humo,
y maternal la máquina suspira,
avanza como un largo desaliento.
agoniza el carbón, suspira el humo,
y maternal la máquina suspira,
avanza como un largo desaliento.
Silencio.
Detenerse quisiera bajo un túnel
la larga madre, sollozar tendida.
No hay estaciones donde detenerse,
si no es el hospital, si no es el pecho.
la larga madre, sollozar tendida.
No hay estaciones donde detenerse,
si no es el hospital, si no es el pecho.
Para vivir, con un pedazo basta:
en un rincón de carne cabe un hombre.
Un dedo solo, un solo trozo de ala
alza el vuelo total de todo un cuerpo.
en un rincón de carne cabe un hombre.
Un dedo solo, un solo trozo de ala
alza el vuelo total de todo un cuerpo.
Silencio.
Detened ese tren agonizante
que nunca acaba de cruzar la noche.
que nunca acaba de cruzar la noche.
Y se queda descalzo hasta el caballo,
y enarena los cascos y el aliento.
y enarena los cascos y el aliento.
Miguel Hernández
PUBLICACIÓN PROGRAMADA.
Siempre Miguel, siempre emocionantes sus versos, su huella.
ResponderEliminarDecirte me gusta es poco: me rinde y me conmueve Miguel Hernández.
Un beso, querido Antonio.
Magico, crudo, hiriente, tierno, grafico y tremendamente trágico. Historia hecha prosa. MB
ResponderEliminar"Para vivir, con un pedazo basta:
ResponderEliminaren un rincón de carne cabe un hombre." Siempre me ha emocionado la contundencia de Miguel Hernández, esa verdad suya tan desnuda, tan simple y, a la vez, tan compleja. No sé si hoy cabríamos también como seres humanos en un rincón de carne, o ya ni eso. Un abrazo, querido amigo.
"Silencio que naufraga en el silencio
ResponderEliminarde las bocas cerradas de la noche."
Profundidad, silencio, tren, lluvia.
Todo es bello, a pesar del dolor.
Un abrazo
Así me lo parece a mi, Isabel: conmovedor.
ResponderEliminarTerribles y desgarrados.
Miguel Hernández en estado puro.
Un fuerte abrazo, querida Isabel.
Si, Enrique, tremendamente trágico.
ResponderEliminarTrenes como este deben desaparecer porque las guerras deben desaparecer.
A la tristeza por la existencia de moribundos que van dejando en el suelo de su patria u otra ajena, sus retazos de vida, se une el dolor que llena el espacio por donde discurre ese vehículo.
Un fuerte abrazo, Enrique.
Cuanta razón tienes, Isabel. La contundencia de los versos hechos vida es desnuda y dura.
ResponderEliminarTerriblemente dura.
Vivir hasta que exista alguna parte del ser humano es la defensa contra lo irremediable de quienes toda la vida han sufrido.
Las palabras de Miguel Hernández poseen un desgarrado amor por todos los que han padecido persecución, incomprensión, destrucción.
Un fuerte abrazo, Isabel.
La belleza transformada en dolor.
ResponderEliminarEl dolor lacerante y destructivo.
Medios técnicos que recogen los despojos provocados por quienes detentan el poder pero no se encuentran entre quienes padecen por ellos.
Siempre son otros los que padecen en la fealdad del dolor.
Un fuerte abrazo, querida Alicia.