LA TRAICIÓN
Antonio
Campillo Ruiz
Margarita de Valois, Margot, (Isabelle Adiani) pregunta a su madre: “¿Qué es la traición?”. Catalina
de Médici (Virna Lisi) le responde: “La
habilidad para dejarse llevar por los acontecimientos”. Y así lo demuestra
en “La reine Margot”, “La reina Margot” de Patrice Chéreau, 1994.
Los tres hijos de
Catalina poseen unas personalidades tan especiales que, desde el propio rey, Carlos IX (Jean-Hugues Andrade), nervioso
e hipocondríaco, pasando por su hermano, el futuro rey Enrique III (Pascal Greggory), acomodaticio y batallador, hasta Margot, precoz y promiscua mujer,
ninguno de ellos se encuentra preparado para una etapa histórica
en la que se desarrolla el poder político por medio de la traición y la conspiración.
Catalina, maestra en viejos ardides del poder,
hace creer que ofrece a Margot
a un protestante, Enrique de Navarra
(Daniel Auteuil), para cimentar la paz y de esta forma encuentra un futuro
para quien aparentemente es la más débil de sus hijos y que por la Ley Sálica
no podrá reinar en Francia. Así, le proporciona un reino. El año 1572 fue tan
turbulento como espantoso. El reino de Francia se debate entre las creencias
religiosas y los privilegios. El poder político no se encuentra definido entre protestantes
y católicos. La Corte, católica, ocasiona la muerte de miles de protestantes en
la masacre de la noche de San Bartolomé, la matanza de los Hugonotes.
Los acontecimientos
históricos a veces han sido aprendidos a través de obras de literatura, como
“La reina Margot” de Alejandro Dumas, novela que sirvió de argumento para la adaptación y guión de Daniel Thompson en esta
película. La adaptación de una obra literaria histórica a un medio audiovisual
siempre conlleva una interpretación particular del realizador y, a la vez, el
espectador reinterpreta lo narrado creando en su mente las peculiaridades
fílmicas derivadas del lenguaje cinematográfico que el director ha
proporcionado a lo largo del rodaje, planificación y montaje. Sin olvidar, por
supuesto, las actuaciones y verosimilitud de las mismas. Igualmente podemos
relacionar, en sentido inverso, secuencias o motivos de interés con respecto a
otras películas en las que se repiten acciones similares. Basta echar una
mirada a los años en los que se escribieron los argumentos sobre los que se
basan tales similitudes, para descubrir fácilmente quién proporcionó la idea a
quién.
En esta versión de “La reina Margot” existe una peculiaridad muy
interesante: prácticamente todos los planos son de escala reducida. Sí, los
planos son siempre de encuadres casi de primer plano, aunque se clasifiquen
como planos de conjunto. Los planos generales son escasísimos. Esta particularidad
proporciona a la imagen una supuesta realidad añadida de los personajes, una
verosimilitud que se acerca a la que tienen las pinturas que se realizaron de
los mismos. A esta singularidad hay que añadir los diferentes tonos de color,
variables en función de los hechos narrados, y las excelentes reproducciones
del vestuario de la época que ayudan al espectador a revivir momentos en los que
la traición, la lucha por el poder, debe desarrollarse en intimidad, en planos
cortos y similares a los rodados en el filme. Este es, posiblemente, uno de los
muchos aciertos de Patrice Chéreau, así como su dirección de actores y el paso
de puntillas por la promiscuidad de Margot, a la que admite algún amante
ocasional y posteriormente un enamoramiento que llega más allá de la muerte.
Con una técnica que muchas películas similares quisieran para ellas, Chéreau
plasma uno de los episodios más truculentos de la historia de Francia con una
soltura de cámara y movimiento de actores verdaderamente excelentes.
“La reina Margot” de Patrice Chéreau fue nominada al Óscar al mejor
vestuario, Globos de Oro, Premios Bafta, David di Donatello, etc., y consiguió dos
premios en el festival de Cannes, cinco Premios César y multitud de otros
reconocimientos nacionales e internacionales.
Margarita, la inmoral :)
ResponderEliminarque maravilla, se trata de lo mejor del cine, es una gran superproduccion que muestra el poderio frances. Me encanta esta obra maestra y como la presentas.
Saludos.
Fantástico como nos presentas "La reina Margot". Te felicito Antonio por tu rigor y lo atractivo que me resulta viajar por tu blog. Recibe un enorme abrazo de mi parte.
ResponderEliminarTere
La vi hace tiempo pero, por supuesto, sin apreciar esa riqueza de matices que apuntas. Así que a verla de nuevo.
ResponderEliminarGracias, Antonio, por la dedicación que nos dedicas en la preparación de las entradas de tu blog.
Saludos.
Gracias Antonio, por explicar detalles que se nos escapa,estupenda y trabajada entrada.
ResponderEliminarSaludos
Hola ANtonio.
ResponderEliminarHe visto alguna película,siguiendo los matices y detalles que indicas en tus entradas, fabuloso.
Esta "La reina Margot", creo que la he visto pero en cuanto disponga de un ratito, vuelvo a tu blog, vuelvo a leer y la veré encantada. Es una suerte contar con tus propuestas, gracias.
Saludos cordiales.
Moon.
Dícese que se dice que, como sabes Carolina las habladurías abundan, era Margarita "la precoz inmoral". Las lenguas afiladas apuntan que desde los tiernos once años había tenido un amante tras otro, sin medida y con mucho afán.
ResponderEliminarQue no es malo... podía hacer lo que realizaban muchas mujeres de la época. Claro que, tratándose de una hermana de reyes, casada con un rey, su comedimiento, que no represión, tendría que haber sido más... discreto.
Estamos de acuerdo en la maestría de los franceses para ser poderosos bajo cualquier régimen.
En cuanto a la película, el estilo narrativo es muy diferente a otras películas históricas. Su planificación especial hace que el espectador la sienta más cerca, considerando ciertos los hechos acaecidos.
Encantado con tu comentario, Carolina.
Un abrazo, querida amiga.
Querida Tere, me abrumas. Te agradezco tus palabras pero como siempre digo, es una opinión, sólo una opinión desde un punto de vista particular..., que tengo la suerte de que te guste.
ResponderEliminarNo vamos a relatar una contrarréplica de las bondades de los espacios en los que muestras tu saber hacer, Tere, pero tus publicaciones son tan primorosas y especiales que he aprendido de ti tu pasión por lo que relatas, en cualquier formato, y cómo lo haces.
Me agrada que coincidamos en el fondo de cómo realizar un comentario muy personal sobre una película. El realizador, única persona que verdaderamente sabe qué quiso decir y porqué lo dijo, sería de gran ayuda para establecer una tertulia a tres. Alguna vez he tenido la suerte de poder hacerlo y es una gozada impresionante.
Un fuerte abrazo, querida Tere.
Una historia maravillosa. Me gustan películas históricas.
ResponderEliminarBesos querido amigo
Víctor, eres un cinéfilo al que añoro en una larga conversación regada con un buen té.
ResponderEliminarSiempre digo "Si una película no merece la pena verla una segunda vez, no mereció la pena haberla visto la primera vez". Algunos amigos me recriminan el hecho de ver por segunda o tercera vez una película. Siempre les digo lo que acabo de decirte a ti.
¡Bravo! Tú, Víctor, eres de los que piensa que de una buena película hay que saborear hasta el último matiz. Te felicito por ello. ¡Así se ve el cine!
Intercambiar conocimientos y leer a los amigos es un objetivo que tengo siempre presente.
Un abrazo, amigo Víctor.
Alguna vez, Teresa, visionar una película es un placer complicado: ¿nos encontramos serenos?, ¿seremos receptivos al argumento tratado?, ¿estamos atentos o nos molestan en la sala?, etc., etc.
ResponderEliminarDe tal suerte que, alguna vez hemos visionado una película y, cuando al cabo de un tiempo la volvemos a ver, nos extrañamos de no haber percibido hechos que en este momento nos parecen obvios.
No es que no sepamos apreciar la narración ni hayamos dejado de sentir aspectos fílmicos importantes, se trata de pertinaces elementos distractores que influyen negativamente en la percepción de lo narrado, sus elementos y los pequeños detalles, que hacen grande una película.
Muy agradecido por tus palabras de aliento.
Un abrazo, Teresa.
Moon, creo que eres una cinéfila estupenda. Una larga conversación es lo que necesitamos para enriquecernos cuanto podamos.
ResponderEliminarComprendo que el tiempo es uno de los enemigos más inhumano que tenemos. Se nos escapa. Hacen que se nos escape.
Pero, estos pensamienos creo que sólo los pueden tener quienes quieren aprender, decir, exponer y desarrollar, todas sus habilidades.
En tu caso, es una virtud digna de una enamorada del saber. Agradeciendo, en primer lugar tus palabras, no dudes que cualquier aspecto que quieras acerca de lo poco que puedo saber, será un placer compartirlo contigo.
Un abrazo, Moon.
Afortunadamente, he acertado con la elección de una película histórica, Gisa.
ResponderEliminarMargot, con todos los defectos propios de los humanos, fue una mujer de su época. Manejada, asesorada, bendecida y maltratada, por una sociedad que era tan dura como la vida que se desarrollaba a su alrededor.
Una puesta en escena tan peculiar como efectiva, nos facilita, en este momento histórico, la comprensión de otra sociedad tan diferente en su concepción pero casi idéntica en sus intrigas.
Como siempre, es un placer leerte.
Un fuerte abrazo, querida Gisa.
Tampoco me la pìerdo!!! regresaré con las palomitas de maíz, y me llevo tu blog para el lugar más especial de mi blog... ¿no hay inconveniente verdad?
ResponderEliminarPor supuesto que no, amiga Sara. El blog es para que vosotros, los lectores decidáis sobre su contenido.
ResponderEliminarA la reina Margot se le debe una atención histórica importante: se entiende la lucha del poder político y religioso y las intrigas de una corte europea.
Las palomitas deben estar deliciosas. ¡Uuuuuhh...! ¡Qué envidia!
Un abrazo, amiga Sara.
Hola, he puesto esta película, siempre vigente, a mis alumnos, y al escuchar hablar a Catalina de Medicis (Virna Lisi) me parece que no habla Francés, sino alguna variante....no estoy segura, me gustaría aclarar esa duda. Muchas gracias por su atención.
ResponderEliminary bueno, soy Ana Isabel Campillo Corrales.....pero de Sonora, México.
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