SOLO
Antonio
Campillo Ruiz
Oksana Zhelisko
Al beber el último
sorbo de café, ya frío, quedó mirando los posos en el fondo de la taza. La
mantuvo en el aire un momento y pensó como todas las tardes: “…Bien, ya se ha
acabado. Contigo el tiempo se bebió la tarde y ya ha pasado un día más”. El
local era su preferido. Clásico, con paredes pintadas de colores suaves e
indefinibles, con gente, mucha gente que ella miraba siempre con ilusión, admiración o desdén. Como todas las tardes, al entrar, las viejas tablas del
antiguo entarimado se quejaron de sus altos tacones, por eso procuraba caminar despacio. Como todas las tardes, el
camarero la miró sin fuerza para mover un músculo de disgusto. Se sentía cansado
de oír el desagradable sonido de la madera. Pensó que le volvería a pedir un café solo y largo y un vaso de
agua, repitiendo su ritual de todas las tardes. Ella se sentó en su mesa
habitual. Le parecía muy mal que alguien pudiese sentarse en su mesa porque
desde otra no podía ver totalmente el salón. Hoy, como era martes, había tomado un aperitivo-comida con tres de sus
íntimas amigas: la gordita Piti, que siempre estaba a régimen y nunca dejaba de
engordar, la arrugadísima Mati, que no se explicaba cómo podía tener tantas arrugas
con la de cremas que se echaba y la escandalosa Virtuditas, que sólo
tenía el nombre para contrarrestar lo fresca que era. Tres soles. Tres amigas
de siempre que se encontraban todos los martes. Y como todos los martes, comían
informalmente mientras charlaban. Virtuditas se había echado un nuevo novio y
ella disfrutaba al escuchar sus avances en los métodos de conquista e intimidades. Como todos los martes, su actitud de desinterés
fingido pero muy bien interpretado, las engañaba haciéndolas creer que su
madurez como mujer de mundo era muy superior. Conforme Virtuditas hablaba, ella
absorbía todo como si fuese propio, como si lo hubiese vivido y la envidia la
corroía por su interior hasta hacerla suspirar. ¡Habría deseado tanto poder
tener una aventura como las que contaba Virtuditas! ¡Lo procuraba tanto! Las
largas tardes que pasaba en su salón favorito no le eran propicias. Y creía,
como todas las tardes, que aquella iba a ser otra similar a las muchas
anteriores. El primer sorbo de café le pareció demasiado amargo. Quizás era por
el disgusto de lo contado por Virtuditas. Reaccionó y se dijo que debía ponerse
en pose o no conseguiría nada. Su fina cara, todavía sin
una sola marca del tiempo, bellos ojos y perfilados labios, poseían un
atractivo natural. Sacó un espejo y se corrigió el perfil de los labios. Al
aumentar el trasiego de gente, quedó con
una mirada lánguida, en pose de mártir esperanzada. Afianzó un brazo
semidoblado en el respaldo de la silla y se dispuso a mirar a la gente como
todas las tardes. La pequeña taza de café dejó de humear. Cada período de tiempo
estudiado, cambiaba de brazo sobre el respaldo de la silla y tomaba un leve
sorbo de café. La gente entraba y salía,
unos advirtiendo su presencia y otros sin mirarla siquiera. “¡Ay! -pensó- si
supiera predecir los sucesos con vosotros, pequeños despojos de café, no habría
pasado la tarde como todas las tardes desde hace tanto que ni lo recuerdo…” Dejó la taza en el pequeño plato
y, al ir a coger el vaso de agua, una voz a su izquierda le dijo:
“Perdón, señorita…” Volvió rauda la cabeza y se encontró con un hombre de pie
junto a ella. Quedó muda, petrificada. Con un hilo de voz pudo exclamar:
“¿Sííí…?” “¿Podría sentarme en su mesa? Estoy toda la tarde de
pie”. Miró el salón moviendo la cabeza nerviosamente. Estaba vacío y los
camareros recogían los manteles. Con cara de estupor dijo: “¡Peero si
no... hay gente” “Ya lo sé. Como todas las tardes, estoy
esperando que me mire aunque sólo sea una vez…”
Antonio Campillo Ruiz
Qué bien escrito está. Ya no me ha sorprendido la firma.
ResponderEliminarUn abrazo.
Thornton, te agradezco tus palabras con el reconocimiento que merece tu opinión. Espero poder leer siempre tu opinión para esforzarme y aprender más cada día.
EliminarManri, sabes que os quiero a todos.
Uyyyyy ligó!! jajaja, mi sonrisa no dejó de asomar mientras te fui leyendo.
ResponderEliminarUna maravilla todo: situación,descripción, diálogos...
Disfruté.
Un fuerte abrazo, querido Antonio.
¡Que no es malo ligar, Ohma! ¡Por fin! A su lado siempre y sin verlo. Su amiga no le enseñó bien el arte de la conquista.
EliminarMe alegro y te agradezco tus palabras, especialmente por haber disfrutado con estas peculiares amigas y sus escarceos…
Un fuerte abrazo, querida Ohma.
Genial, genial, genial. Como todas las tardes aquel hombre solo queria que le mirara y ella sin darse cuenta. Me ha encantado. Un fuerte abrazo querido Antonio
ResponderEliminarMuchas gracias por el entusiasmo, Alicia. Sí, a veces, percibir tu entorno es tan importante como tratar de encontrar a quienes se mueven constantemente. Lo miraba y no lo veía: este es el problema de la fijación por ideas equivocadas.
EliminarUn fuerte abrazo, querida Alicia.
Vaya Antonio, si esto sigue así, tendré que hacerte una proposición...No te asustes, totalmente honesta: deberíamos escribir una novela. Piénsalo, peores asociaciones se han hecho en este mundo. Aunque yo ahora no ando demasiado inspirada. Genial, me ha parecido genial. Pero no nos dejes pensando en que acaba el encuentro.
ResponderEliminarAcepto todas las proposiciones… honestas, claro. Cuando quieras, Mabel, redactamos la sociedad. Ya sabes anónima si funciona, limitada si no funciona (“Toda una vida” de Claude Lelouch, 1974).
EliminarLa cuestión es que a mí tampoco me dijeron cómo acabó el encuentro. Buscaré a Virtuditas para que me cuente lo que sucedió a su amiga, al fin y al cabo ella era quien la enseñaba en las artes amorosas.
Un fuerte abrazo, querida Mabel.
Buenas tardes, Sr. Ruiz. En Bucarest se está nevando muy bien y se siente como un nuevo año. Un año mejor, con suerte. Cada vez. Este texto es uno con mucha profundidad. Literaria. He seleccionado y se examine, traducir y entender el mensaje.
ResponderEliminarTodos los buenos pensamientos de Rumania para usted y su familia!
Bucarest debe estar precioso con la nieve. Lo peor es el frío cuando deje de nevar y haga un poco de viento. Me alegro de que hayas podido entender la ironía y buenas artes de conquista de esta mujer que no aprendió mucho de su amiga.
EliminarTe deseo, con estas primeras nieves, una semana feliz en compañía de tu familia.
Un gran abrazo, amigo Cristian.
Si pudieras verme en estos momentos, querido Antonio, sabrías muy bien lo complacida que estoy, y es por tu relato, que me ha producido un grandísimo disfrute.
ResponderEliminarEscribes bien, amigo.
Un abrazo bien grande, con todo el cariño que te tengo.
Es todo un halago viniendo de ti, Isabel. Me siento muy agradecido de tu interés y tus palabras. Procuraré ir poniendo las letras cada vez más rectas en los renglones para que siempre me puedas hablar de esta forma.
EliminarUn fuerte abrazo, querida Isabel.
Excelente Antonio. Me gusta como describes las escenas. Se nota que pones el alma en lo que escribes. Como siempre un gusto pasar por aquí. Lou
ResponderEliminarTe agradezco y estoy encantado de tu opinión y de tu paso por este rincón, que es tu casa. Tu novela si es una obra con alma, Lou. Espero que podamos leer más prosa tuya. A mi vez, procuraré seguir escribiendo estas pequeñas historias tan personales.
EliminarUn fuerte abrazo, querida Lou.
Que bonitooooo!! que forma mas maravillosa de describir todo, me ha parecido estar hasta en el lugar.
ResponderEliminarEs curioso como anhelamos tanto algo, que parece mentira que a veces lo tengamos al lado y no, nos demos cuenta.
Besosssss
Me alegro de que te haya gustado la historia de estas chicas en un local elegante y conocedor de tantas historias que, de vez en cuando, me cuenta una. Sí, Inma, vemos mucho pero apreciamos poco. En cualquier caso, lo importante es haber apreciado la realidad a tiempo.
EliminarUn fuerte abrazo, querida Inma.
Tus letras
Estimulan las atenciones
Que transmiten las emociones
Mirarlas es opinar con admiración
Sonriéndole a la cordialidad…
Un abrazo de azaleas
del color de los sentimientos.
Atte.
María Del Carmen
Me encantan las azaleas, Gatita Coquetuela. Siempre tan elegante y tan dulce como tu pseudónimo, María Del Carmen. Me encantan tus estrofas, formadas con los tiernos versos de la amistad y el cariño. Muchas gracias.
EliminarUn fuerte abrazo, querida María Del Carmen.
me gustás como escritor ...Te siento en tus palabras mientras dejás salir de tu mente lo que tu mente va creando en la vida o en el amor
ResponderEliminarmil besos para VOS
Sí, MuChA, a veces se siente a través de las palabras pequeños gestos, guiños que simbolizan sentimientos, señas, ademanes o tic que son peculiares en función de lo que expresas. Los humanos nos pensamos y percibimos a pesar de no vernos.
EliminarUn fuerte abrazo, querida MuChA.
Precioso Antonio!!!
ResponderEliminarUn beso grande
Me alegro de que te haya gustado, Eva.
EliminarUn fuerte abrazo, querida Eva.
Estás en plenitud creativa, amigo Antonio. Enhorabuena
ResponderEliminar¿Y tú me dices esto, Enrique, que no dejas de crear? Te lo agradezco pero no es justo. Debes decir que inventamos y alguna vez nos salen cosas aceptables. Muchas gracias Enrique.
EliminarUn gran abrazo, amigo Enrique.
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ResponderEliminara reputable model. Surgical procedure will involve the ache of restoration, and normally carries dangers.
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