HELIOTROPOS IV
Antonio Campillo Ruiz
Heliotropo
amarillo anaranjado
Arbe
Berberyan
En
los albores de lo que se ha venido en llamar el eslabón perdido en el paso de
sencillo animal mamífero a animal racional, el hombre se vio subyugado por
unas sensaciones que le provocaron algunos beneficios inmediatos, los cuales perdía y
ganaba en función de su evolución cada vez más perfecta en el aspecto
cerebral. Así, es posible que por necesidad se ejercitase, sintiendo gran
placer con un vocablo que surgía de su capacidad de pensar y sentir: poder. En sus inicios el poder suponía
la supervivencia, muy dura en la convulsión evolutiva, tanto de él mismo como
del espacio en el que moraba. Con el paso del tiempo el poder le provocaba un
placer más allá de las satisfacciones materiales que congéneres y entorno le podían
proporcionar. Como día a día su mente desarrollaba novedosos pensamientos más
y más complejos, se percató de la necesidad, cada vez más perentoria, que le requería su poder. Llegó a tal extremo, que algunos
animales racionales, muy poderosos, no eran capaces de alcanzar a visitar las tierras ni disfrutar de tantas riquezas arrebatadas
a quienes fueron su dueño. A estos animales racionales rendidos y humillados se les denominó enemigos, palabra novedosa que separaba
por primera vez al conjunto de seres de la misma especie y el precio del poder arrebatado, se pagaba con una moneda que se utilizaba con mucha frecuencia, la
Muerte.
Arbe
Berberyan
Con
su enorme capacidad evolutiva, el hombre se fue perfeccionando progresivamente,
hasta conseguir que la adquisición del poder pudiese depender también de otras
monedas menos llamativas que la Muerte, a pesar de ser esta el mejor y más rápido
método de alcanzarlo. Concibió sofisticados sistemas y los sustituyó mediante
artilugios ladinos y eficaces. Algunos de ellos los contaba un bardo respetado en
las regiones más pobladas de la Tierra en su época.
Arbe
Berberyan
“A la Srta. Incultura, le presentaron a un
mozalbete que, por entonces, se decía que poseía unos antepasados cuyo árbol
genealógico era de tal abolengo que su escudo heráldico se perdían en el
principio del tiempo, D. Intransigente. A pesar de no sentir un impacto
atractivo instantáneo y mutuo, muchos familiares de la primera insistían para
que aceptase tan buen partido a pesar de que el posible novio se comportaba bastante
insolente con ella, afeaba constantemente desde sus puntos de vista hasta
acciones y conocimientos que, muy propios de su edad, tan inocente como muchos
amigos y amigas, desconocía por completo. Tanto insistieron personas con mucho
juicio y sabiduría que se unieron durante un breve tiempo y los días fueron
pasando con pocas ganas de aprender por parte de ella y exabruptos inapropiados por parte de él. Llegaron al
solemne matrimonio. Su primera hija era una criatura tan fea, tan fea, que era muy
frecuente el desánimo de muchas personas al verla. La pareja, ilusionada, la
llamó Agresividad.
Arbe
Berberyan
Desde su nacimiento, médicos especialistas
advirtieron su excesiva rapidez de crecimiento. Pareciese que cada día
que transcurría se podía considerar como un año de vida, tal era su desmesurado tamaño. Los padres poseían opiniones contrarias. La madre no sentía ningún
reparo ante tal acontecimiento, decía que cuanto más creciese mejor, así podría
ser una gigantesca y fornida muchacha. Al padre, cuyo carácter siempre suponía
un enfado si alguien no estaba de acuerdo con él, creía que habían engendrado
un monstruo que lo desplazaría, tras tantos años de dignos antepasados. Ambos
tenían razón pero se equivocaban en los motivos de su apreciación. Agresividad,
la niña que crecía con dimensiones gigantescas, poseía características similares,
genéticamente, a las de sus progenitores pero adquirió más maldad que su padre y muchos
menos conocimientos que su madre.
Arbe
Berberyan
Desde niña empezó a sentir la vocación de
discursear entre quienes dirimían dudas o desentrañaban entuertos. A tal punto
llegaba su irracional intervención en estos casos que terminaban, con harta
frecuencia, en parte de las características que poseía su padre, siempre
causadas por las heredadas de su madre. Se sentía feliz a pesar de la
intensidad del trabajo que debía realizar cada día y en millones de lugares
diferentes. Su tamaño aumentaba a tal velocidad que los adelantos técnicos del
hombre eran sus aliados más queridos. Por ejemplo, cuando se inventaron los caminos
para unir a los pueblos, el transito de carruajes, animales racionales e
irracionales, aumentó notablemente y las llamada a Dª Agresividad para que discurseara con
ellos acababan, con mucha frecuencia, rompiendo, maldiciendo e incluso matando,
al insolente que era más débil. Igual sucedía cuando un orgulloso servidor
perteneciente a la nobleza o cortesano, utilizaba tretas estimulantes de una
prima hermana de Dª Agresividad, Dª Mentira, para forzar la intervención de la
primera y reafirmar decisiones de la segunda.
Arbe
Berberyan
Tal fue el crecimiento de esta fea niña,
convertida ya en mujer, que su sombra abarcaba todo el orbe mundial y gran parte
de los seres racionales empezaron a preocuparse de este estado desestabilizador
que se había creado entre ellos. Para evitar este levantamiento contra la gran
sombra que protegía a quienes poseían el poder, fueron llamados diversos
familiares de Dª Agresividad para ayudar en su trabajo contra los supuestos sediciosos.
Así, se contrataron a D.Odio, Dª Desvergüenza, Dª Belicosidad, D. Provocación,
etc. Entre todos le declararon la guerra a un movimiento que había surgido para
que la evolución de los seres racionales fuese progresando. Se llamó Paz y
hasta hoy, año de desgracia 2014, el enfrentamiento camina hacia un vencedor
que se perfila como ganador, aunque todavía no se ha proclamado como tal: Dª
Agresividad y sus familiares”. En el instante que el Bardo acabó su
cuento, una afilada lanza le atravesó el corazón y quien la lanzó dijo: “¿Quién ha sido? ¿Quién ha osado lancear al
Bardo del rey? Todos los presentes quedarán arrestados inmediatamente”. Y
todos los animales racionales, que se miraban entre sí sorprendidos, fueron conducidos, con la
serenidad de los corderos, a las mazmorras.
Antonio Campillo Ruiz
Arbe
Berberyan
Cognio ANtonio, como me has dejado esta mañana al leer este post, me he tenido que tomar el café mas de prisa que de costumbre para centrarme y aclarar ideas, pues parece que entre todos la mataron y ella sola se murió, o quizás la Paz esté secuestrada?
ResponderEliminarUn abrazo Antonio
Siento mucho el soponcio, amigo Toni. Pues sí. Algo similar a lo que expresas está sucediendo: la Paz está secuestrada y no solicitan rescate por ella. Pretenden, muchos de los llamados animales racionales, que su condena sea de por vida y sin posibilidad de redención de condena. La desgracia es que lo están consiguiendo.
EliminarEn abrazo, Toni.
Genial escrito!!.
ResponderEliminarSería maravilloso que la Paz (esa hermosa palabra) triunfara siempre
Un placer leerte
Un fuerte abrazo
¡Ay!, Amalia, esto es lo que querríamos muchos de los seres de esta especie a la que pertenecemos. El problema es que han colocado una barrera perniciosa alrededor de aquello que
Eliminarles parece pligroso: la Libertad y la Paz.
¡MUY FELICES FIESTAS, QUERIDA AMALIA!
Un cariñoso abrazo, querida Amalia.
De eso seguimos necesitando y mucho en este planeta, parece que sus habitantes no sabemos como llegar a ella por igual.
ResponderEliminarBellas pinturas suplementan esta entrada.
Desde Tenerife felices fiestas.
Amiga Gloria, estamos de acuerdo. La necesidad de una vida plena de paz es tan necesaria como importante es, para algunos, demostrar que su existencia es vana. La necesidad de cambiar este pensamiento y sus consecuencias es cada día más perentoria. Es muy agradavble que te gusten las pinturas. Te deseo, que pases unas ¡MUY FELICES FIESTAS! en esa maravillosa tierra que tienes la suerte de disfrutar cada día.
EliminarUn cariñoso abrazo, querida amiga Gloria.
Un buen augurio, maestro Camillo, la paz esté con nosotros ... espero. No obstante, ya sabes, suerte el que cree y puede decirlo: No hay dolor en la tierra que el cielo no puede curar
ResponderEliminarUn abrazo muy fuerte.
Así es, querido amigo Enrique. Necesitamos que se encuentre con nosotros y nos envuelva con su manto de seda. Solo así nos separará de quienes constantemente la está ensuciando y maldiciendo. La falta de Paz es el negocio de muchos que se proveen de la familia de elementos que deshacen la Verdad.
Eliminar¡MUY FELICES FIESTAS, QUERIDO ENRIQUE!
Un gran abrazo, amigo Enrique.
Una muy Feliz Navidad para ti, también, maestro Campillo
Eliminarla paz está al revés, zap-ato para pisotear al otro, ¿quién la pone del derecho?. Seguro que no es el derecho.
ResponderEliminarMuy bueno, Antonio.
Desde luego, Cecilia. Poner correctamente escrita esta palabra, tan dañina para muchos, es un gran error para los súbditos del poder. Llamémoslos de esta forma antes de pronunciar los cargos que desempeñan en esta sociedad, cuya cúpula de poder se encuentra en plena podredumbre.
Eliminar¡MUY FELICES FIESTAS, QUERIDA CECILIA!
Un cariñoso abrazo, querida Cecilia.
Parece mentira que algo tan fácil como la paz, nos resulte inalcanzable. Me pregunto, querido Antonio, realmente seremos racionales? Creo que como hombres, nos hemos sobreestimado. Demasiado pequeños resultamos ser. Da. Soberbia anda dando vueltas entre nosotros. "Lo único capaz de consolar a un hombre por las estupideces que hace, es el orgullo que le proporciona hacerlas."
ResponderEliminar(Oscar Wilde). Gran abrazo, y Muy Felices Fiestas!
Oscar Wilde tenía razón, querida Patzy. Realizar y consentir constantemente la estupidez de despreciar los bienes inmateriales que posee el hombre en una sociedad justa, implica que debemos de apartarlo de palabras altisonantes para él como son “humano” y “racional”. Tendríamos que estudiar la posibilidad de establecer una subespecie que englobase a quienes destruyen los bienes que definen la naturaleza del ser humano.
Eliminar¡MUY FELICES FIESTAS, QUERIDA PATZY!
Un cariñoso abrazo, querida Patzy.
Muy buen relato. Desgraciadamente la Sra. Agresividad, no se si se habrá casado, siempre termina triunfando. Quizás su marido sea el Sr. Dominio, no lo se, pero juntos tienen muchas propiedades. La cuestión es que a la paz la ponen siempre de espaldas, la obligan a rogar y explicar y la abandonan entre los mendigos rezos y las harapientas oraciones.
ResponderEliminarAmigo Amílcar, has definido con tal precisión los gravísimos acontecimientos, en general, aceptados por muchos, que podemos vislumbrar en tus palabras a todos los personajitos que influyen, decisivamente, en el infinito complot que favorece la maldad de unos pocos contra la felicidad de muchos. Tu visión del problema es tan sutil como acertada. Te felicito, amigo Amílcar. ¡MUY FELICES FIESTAS!
EliminarUn abrazo, amigo Amílcar.
P.E.: Tus blogs son excelentes. Los leeré con la atención que merecen.
Antonio, sea Navidad o cualquier día, te deseo felicidad, con todos los ingredientes para que la logres.
ResponderEliminarFeurte abrazo.
Muchas gracias, querida Sara. ¡TE DESEO FELICES FIESTAS Y UN AÑO 2015 PLENO DE LA ALEGRÍA DE VIVIR QUE SIEMPRE NOS TRANSMITES Y UNA INMENSA FELICIDAD Y PAZ PARA YI Y TODOS TUS SERES QUERIDOS!
EliminarUn cariñoso abrazo, querida Sara.