ADMITIR LA TORTURA Y
ROBAR LA TIERRA
Antonio
Campillo Ruiz
En
el sudeste de Camerún gran parte de la tierra ancestral de los bakas ha sido
designada parque nacional – Boumba Bek, Nki y Lobeke – o adjudicada a compañías
de safaris de caza. Los bakas han sido despojados de todos los derechos que
tenían sobre ella. Teóricamente los bakas tienen permiso para entrar en
determinadas zonas del parque, pero en la práctica los guardabosques lo
ignoran.
“El
bosque solía ser para los bakas, pero ya no. Caminábamos por el bosque según
las estaciones, pero ahora tenemos miedo. ¿Cómo pueden prohibirnos ir al
bosque? No sabemos vivir de otra manera. Nos golpean y matan y nos fuerzan a
huir al Congo”.
HOMBRE BAKA
© Survival
International
En
algunas áreas la situación es aún peor. Los guardabosques y los soldados que
los acompañan continuamente arrestan, extorsionan, acosan e incluso torturan a
los hombres y mujeres bakas. Muchas comunidades han denunciado que han muerto personas
a raíz del trato recibido por los guardas. Un funcionario del Gobierno ha
admitido abiertamente que la tortura, no sólo es aceptable, sino necesaria en
la lucha contra la caza furtiva.
Hombre baka, Camerún
© Survival
International
“Los
guardabosques empezaron a golpearnos con sus machetes, desde el amanecer hasta
el atardecer de aquel día. Por todo mi cuerpo. Trajeron a otros al poblado y
los obligaron a sentarse afuera y mirar al sol, amenazándolos si bajaban sus
cabezas. Nos obligaron a llevar sus pertenencias a la base de WWF. Y allí es
donde casi perdemos la vida por sus palizas. Después de aquello no podíamos
caminar. Toda nuestra fuerza iba destinada a no morir allí, en la carretera”.
MARTIAL (PSEUDÓNIMO),
HOMBRE BAKA
© Survival
International
“Nos
cruzamos con la patrulla antifurtivos en una carretera principal. Querían
conseguir información torturándonos. Golpearon a una mujer embarazada con un
machete. Me tiraron y caí al suelo. Nos hicieron arrastrarnos de rodillas
durante un largo trayecto. Nos hicieron correr mientras nos perseguían en sus
motos durante más de un kilómetro”.
MODALA (PSEUDÓNIMO),
HOMBRE BAKA
Forzados
a salir de la selva, muchas comunidades denuncian un considerable empeoramiento
de su salud. Al vivir cerca de las carreteras, están más expuestas a la malaria
y otras enfermedades. Los bakas ya no recolectan las plantas medicinales que
necesitan para mantenerse sanos y se ven obligados a depender de alimentos
básicos con un contenido nutricional inferior. El alcoholismo se dispara.
“Ahora
nos ponemos enfermos debido al cambio en nuestra dieta. A nuestra piel no le
gusta el sol y la vida en el poblado. En el bosque estamos sanos y engordamos.
Ahora ninguno tenemos músculos, todos parecemos enfermos. Nos vemos obligados a
beber para olvidar nuestros problemas”.
ATONO (PSEUDÓNIMO),
HOMBRE BAKA
Es importante visionar el cortometraje a plena panatalla.
Que pena Antonio que esos mismos soldados, guardas o funcionarios arremetan contra sus hermanos, eso está ocurriendo en todos los países mas civilizados que Camerún, el problema pues radica en el hombre, porque hacer cumplir unas leyes que van en contra de lo natural y extermina a la población hasta el punto que debe alejarse de sus tierras? por contra, hay otros hombre como José Perez del vecino pueblo de Mollet del Vallés que es de una ONG y activa proyectos de colaboración y ayuda a Camerún.
ResponderEliminarUn abrazo Antonio
Con el enemigo dentro de casa. Horrible.
ResponderEliminarLes quitan las tierras y luego si tratan de seguir con lo que llevan haciendo durante siglos sucede todo lo que nos cuentan.
ResponderEliminarSiembran el terror para que desistan. No les simporta lo que suceda con sus vidas.
Estamos hartos de este mundo querido amigo, yo al menos.
Un muy fuerte abrazo.
Realmente terrible.
ResponderEliminarUn abrazo fuerte. Buen fin de semana.
!Estas y otras acciones, iguales o parecidas, son de una mezquindad tan grande que hace al hombre avergonzarse del hombre
ResponderEliminarUna historia harto repetida por unos u otros (miserables) y todos por el mismo motivo..¡El puto dinero!!
Y lo peor es que parece que no nos queremos enterar o bien que lo queremos olvidar...
¡Que noche que llevo dios!
Un abrazo Antonio.