ASTRONOMÍA
ARTÍSTICA
Antonio Campillo Ruiz
A Gisela
Las Pléyades
Nebulosas,
estrellas, polvo cósmico… ¿Cómo describir su belleza? Sí, es un objetivo complejo.
Podemos realizar una perfecta descripción de estos componentes del Cosmos. Cada
persona podrá imaginar aquello que cree comprender,
a partir de sus conocimientos previos, de un relato que, posiblemente, quedará
en el umbral de la imaginación hasta tanto no observemos una imagen. ¿Una
imagen? Sí, esa pequeña unidad componente de un mundo que se escribe con ellas:
el cine, la imagen dinámica. Claro que las nebulosas, estrellas o
polvo cósmico, por no seguir con el resto de componentes del Universo, se
encuentran tan lejos de nosotros y, a veces, son tan invisibles que no podemos
realizar películas espectaculares de ellos. ¿Los describimos? Pues sí pero
¿basándonos en qué? Sí, exactamente, ha acertado.
Las Pléyades y polvo cósmico
Podríamos
considerar que esta publicación es la tercera parte de una trilogía que cierra
una importante disquisición: lenguaje escrito con la fantasía de la imaginación
o lenguaje cinematográfico con su imprescindible subjetividad fílmica. Debemos
sopesar la elección pero jamás el enfrentamiento por tratarse de lenguajes diferentes
aunque, muchas veces, uno posee rasgos del otro. Pero, ambos. Con frecuencia, la
obra escrita se interpreta en un entorno determinado y se narra en función de
lo que, cinematográficamente, se pretende que entendamos, fílmicamente, los
espectadores. En otras ocasiones, las imágenes sucedidas en la realidad, vividas o
imaginadas, son plasmadas en relatos en cualesquiera de los géneros literarios.
En ambos casos, podemos convenir que son lenguajes diferentes/complementarios y poseen distintas
concepciones comunicativas, por tanto, nunca deben ser enfrentados con el fin
de prevalecer uno sobre el otro.
Visión profunda de Las Pléyades
Existe
la posibilidad de poseer una imaginación tal, que podamos crear un Universo
novedoso, con descripciones fantásticas, seres o cuerpos fabulosos, pero…, siempre, nos sorprenderá la belleza de la realidad más que nuestra propia
fantasía. Como en muchas ocasiones, la realidad es más fantástica que la
ficción de una película. Una de las constelaciones más delicada y atractiva del
Cosmos es la de Las Pléyades. Se ha escrito mucho de ellas en este blog. Sin
embargo, captar su perfección y magnificiencia sólo mediante fotografías puede
ser menos atractivo que realizar una interpretación de su inmensa belleza. Sería mucho más difícil poder comprenderla mediante una descripción literaria.
A través de una interpretación artística, en imagen dinámica, no sólo es de fácil comprensión, sino de una fantasía tan extraordinaria como el maravilloso Universo. La producción y coreografía de Saya Watatani y Maki Yokoyama “Pleiades” de Nobuyuki Hanabusa, 2013, con animación de Seiya Ishii y Nobuyuki Hanabusa, y una música cósmica de Nobuyuki Hanabusa, deberíamos considerarla como la obra muy personal y completa de un autor que concibe y escribe con imágenes, mediante la pluma de la infografía y la tecnología, para alcanzar una comunicación fílmica con el espectador. ¿Podríamos comprender mejor, tras visionar el cortometraje, la inmensa belleza de Las Pléyades? Posiblemente. ¿Habríamos pensado, concebido y creado, sin ningún tipo de conocimiento previo, esta belleza que aprehendemos con bastante facilidad? Convengamos que muy difícilmente. El polvo cósmico, la creación de estrellas y su destrucción, la estructura de la constelación desde el punto de vista de otras artes escénicas y una música que se incrusta en las imágenes, poseen tanta potencia que los aspectos fílmicos emotivos sacuden al espectador con una fuerza tan potente como el Universo.
A través de una interpretación artística, en imagen dinámica, no sólo es de fácil comprensión, sino de una fantasía tan extraordinaria como el maravilloso Universo. La producción y coreografía de Saya Watatani y Maki Yokoyama “Pleiades” de Nobuyuki Hanabusa, 2013, con animación de Seiya Ishii y Nobuyuki Hanabusa, y una música cósmica de Nobuyuki Hanabusa, deberíamos considerarla como la obra muy personal y completa de un autor que concibe y escribe con imágenes, mediante la pluma de la infografía y la tecnología, para alcanzar una comunicación fílmica con el espectador. ¿Podríamos comprender mejor, tras visionar el cortometraje, la inmensa belleza de Las Pléyades? Posiblemente. ¿Habríamos pensado, concebido y creado, sin ningún tipo de conocimiento previo, esta belleza que aprehendemos con bastante facilidad? Convengamos que muy difícilmente. El polvo cósmico, la creación de estrellas y su destrucción, la estructura de la constelación desde el punto de vista de otras artes escénicas y una música que se incrusta en las imágenes, poseen tanta potencia que los aspectos fílmicos emotivos sacuden al espectador con una fuerza tan potente como el Universo.
Es importante visionar el cortometraje a plena pantalla.
WOW...Enra :pleiades from Kis Kapu on Vimeo.
ESPECTACULARRRR!!!! Amigo ANtonio, no hay palabras, un montaje de imágenes dinámicas con una plasticidad como nunca he visto
ResponderEliminarGracias por traernos esta maravilla a tu blog
Un abrazo amigo
Que bien conjuntadas con las luces, es impresionante y de gran belleza.
ResponderEliminarEs bellísimo el cortometraje que compartes, Antonio.
ResponderEliminarHace bien, de alguna manera, hace bien disfrutarlo.
Gracias.
Realmente extraordinario.
ResponderEliminarMuy bello.
Un fuerte abrazo.
Vaya, maestro Campillo, no he podido ver el vídeo por que esta fuera de servicio, pero gracias por tu nueva lección. Mis tardes sin tus bloguerías no serían igual.
ResponderEliminarPor cierto, olé con ese nuevo y juvenil look invernal
¡Qué belleza de artículo Antonio... y no solamente el artículo sino las fotografías y el video. ¡Gracias por tanta cultura, arte y sensibilidad.! Un abrazo!
ResponderEliminarQué maravilla de vídeo, Antonio. Es de una delicadeza exquisita. Bonito, bonito de veras. En él se combinan belleza y ciencia, como bien has dicho. Gracias por este momento mágico.
ResponderEliminarUn abrazo bien grandote.
No es necesario esforzarse en describir el Universo que tanto nos supera. Es imposible. No podemos. El universo es infinito y nosotros apenas apenas una ínfima partícula, si es que llega, de toda su grandeza. No hay más religión ni más culto que el que le debemos al Universo, aunque no le debamos nada.
ResponderEliminarSomos Universo.
Y lo que sí podemos hacer es vivirlo y sentirlo. Flotar en él junto a los otros seres.
Tu y yo, somos Universo. El Cosmos.
Y el hecho de saberlo, nos sabe a gloria.
Eres una persona altamente poética.
Ciertamente esta entrada tiene un poder muy potente. Nunca había visto un vídeo igual, la mezcla de todas las artes y la delicadeza en cada movimiento golpean con fuerza el corazón. No tengo mucho más que decir, en momentos así sobran las palabras.
ResponderEliminarGracias por otro regalo más, mi siempre admirado y querido Antonio.
Interesante. El vídeo, Antonio, me parece una muy creativa unión artística: música, danza e imagen. Mi problema con estas manifestaciones artísticas es que no suelen traspasarme la piel, se quedan en la superficie; posiblemente me falte conocimiento o sensibilidad y me quedo en que me parece bonito o muy bonito como máximo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Entre tu texto, siempre docto, y el vídeo, es fácil relacionar los planetas y estrellas con la Odisea. Creo recordarlos de cuando Ulises y los suyos navegaban de noche guiados por las constelaciones de nombres mitológicos, y si no es así, se deberá al potencial evocador de las imágenes que despertaban las aventuras del héroe en mi imaginación de niña.
ResponderEliminarCon tu permiso añadiré el vídeo al apartado de Artes Escénicas de mi blog, querido amigo.