MI
FAMILIA
Antonio Campillo Ruiz
Mi
madre es una mujer que va siempre embozada.
Mi
abuela ha perdido la visión. En un ojo tiene cataratas, y en el otro, glaucoma.
Mi
abuelo tiene una hernia escrotal.
Mi
padre tiene otro hijo de otra mujer. No conozco a la otra mujer ni al otro
hijo. El otro hijo es mayor que yo, y la gente dice que por eso yo soy de otro
hombre.
Mi
padre le hace regalos de Navidad al otro hijo y le dice a mi madre que el otro
hijo es de otro hombre.
El
cartero siempre me trae cien leis en un sobre por Año Nuevo y dice que me los
manda Papá Noel. Pero mi madre dice que yo no soy de otro hombre.
La
gente dice que mi abuela se casó con mi abuelo por sus tierras y que estaba enamorada
de otro hombre con el que hubiera sido mejor que se casara porque su parentesco
con mi abuelo es tan cercano que aquello fue un cruzamiento consanguíneo.
La
otra gente dice que mi madre es hija de otro hombre y mi tío es hijo de otro
hombre, pero no del mismo otro hombre, sino de otro.
Por
eso el abuelo de otro niño es abuelo mío, y la gente dice que mi abuelo es el
abuelo de otro niño, pero no del mismo otro niño, sino de otro, y que mi
bisabuela murió muy joven, aparentemente a consecuencia de un catarro, pero que
aquello fue algo muy distinto de una muerte natural, que realmente fue un
suicidio.
Y la
otra gente dice que fue algo muy distinto de una enfermedad y de un suicidio,
que fue un asesinato.
Al
morir ella, mi bisabuelo se casó en seguida con otra mujer que ya tenía un hijo
de otro hombre con el que no estaba casada, pero que a la vez también era
casada y que después de ese otro matrimonio con mi bisabuelo tuvo otro hijo del
que también dice la gente que es de otro hombre, no de mi bisabuelo.
Mi
bisabuelo viajaba cada sábado, año tras año, a una pequeña ciudad que era un
balneario.
La
gente dice que en esa ciudad se juntaba con otra mujer.
Hasta se le veía en público llevando de la mano a otro niño con el que
incluso hablaba otro idioma.
Nunca se le veía con la otra mujer, pero, según la gente, ésta sólo
podía ser una prostituta del balneario, ya que mi bisabuelo nunca se dejaba ver
con ella en público.
La
gente dice que hay que despreciar a un hombre que tenga otra mujer y otro hijo
fuera del pueblo, que aquello no es mejor que el incesto puro y simple, que
aquello es aún peor que el cruzamiento consanguíneo, que aquello es pura y
simple ignominia.
Herta Müller, “En tierras bajas”
¡Qué laberinto de familia! Al final no he sabido salir de él. Pobre protagonista entre tantos dimes y diretes. Tanto girar sobre lo mismo llega a producirte angustia. En ese pueblo no hay más que habladurías.
ResponderEliminarBuenas noches Antonio
Bueno vamos en camino, o siempre ha sido igual, quien sabe. Me fascinan los niños saliendo del cole: Pues el novio de mi mama, y la nueva novia de mi papa, me ha dicho que por navidades...
ResponderEliminarUn buen enredo.
ResponderEliminarSin duda. una familia muy original.
Un fuerte abrazo.
Vaya familia, no tiene desperdicio, pero la verdad es que como todas, a los ojos de los demás cualquiera es imperfecto y no te digo nada "a la boca" de los otros.
ResponderEliminarSi la gente hablase menos de las vidas ajenas y se preocupasen de las propias todos seríamos más felices.
Nuestras vidas están llenas de secretos que menos mal que lo son, así es como las familias se forman de verdad, por afinidad y amor. Tanto predicar valores y buenas voluntades y cada uno ha hecho lo que le ha dado la gana, más aún si es a escondidas o en secreto.
Me ha parecido muy divertido, una forma de encarar la vida a través de los ojos de los demás, aceptando que lo único que queremos seguir siendo es niños.
Un gran abrazo querido Antonio.
Ja, ja, qué divertido... Parecen los "líos" de hoy pero explicados de un modo antiguo: o es que en ésto, como en otras muchas cosas, las situaciones cambian poco o casi nada. Líos de hombres y faldas. Saludos cordiales. Franziska
ResponderEliminarY yo pensando que la mía es complicada :D
ResponderEliminarMenudo lío!!
una lluvia de besos
Una historia bien hilada y bien contada a pesar de todo el laberinto familiar.
ResponderEliminarTe saludo, Antonio.
Antonio a medida que iva leyendo pensaba que no era tuyo el escrito, como así ha sido, vaya lío de parentescos, que familia! divertido
ResponderEliminarUn abrazo
Esto parece una historia de amor a la inversa amigo Campillo ... ¿Qué difícil es la vida de pareja ... verdad?
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