UN LARGO CAMINO HACIA LA IMAGINACIÓN

TESLA Y LAS ONDAS GRAVITACIONALES

Antonio Campillo Ruiz

   Aquel día, festividad de Reyes en la cultura católica,  el anciano recordaba sus largas zambullidas por el mundo mágico de la Ciencia. Al igual que una película proyectada a mayor velocidad de la que fue rodada, sus aportaciones al desarrollo del bienestar  social se proyectaban sin descanso, en la fría pared blanca, de aquella inhóspita habitación del hotel que le cobijaba. Acababan de marcharse sus benefactores y vigilantes, dos chicos del FBI que le facilitaban lo necesario para poder vivir. Parte de los aparatos o diseños de alta tecnología que se proyectaban no estaban terminados pero sí patentados. La radio, la televisión y muy especialmente la corriente alterna, conducida hasta nuestros hogares a través de metales y que desemboca en esos pequeños agujeros de la pared, ya estaban en aplicación o estudio. Se desarrollaban a gran velocidad aspectos que sentaron las bases para el estudio de la iluminación especial, motores, alteradores y transformadores, el rádar, la tecnología de los rayos X, robótica o microondas…, todos ellos descubrimientos y diseños científicos de Nikola Tesla.

Nikola Tesla

    Sí, aquella proyección imaginada fue para Nikola Tesla  una ayuda en su viaje. Al día siguiente, en 1943, sin haber alcanzado los ochenta y siete años de edad, partió hacia Las Pléyades. Y allí está observando los devaneos de los hombres que le han seguido cuando estudian y aplican sus geniales descubrimientos. No recibió en vida el reconocimiento de su trabajo sensato, generoso y tan extraordinario como maravilloso. Nunca le importó pero todos los que pertenecemos a esta sociedad, tecnológicamente creada por él, debemos disculparnos y facilitar el merecido rescate de su recuerdo.

   Podremos hacerlo aludiendo a una hipótesis de concepción de la Naturaleza y el Cosmos tan revolucionaria como la teoría que generó y que ha sido probada hace pocos días: las ondas gravitacionales. ¿Tesla y las ondas gravitacionales? Pero, ¿no son estas la base fundamental de la teoría de la relatividad de Albert Einstein? Sí, así es. La cuestión es que Tesla basó todos sus estudios en las ondas, explicando que la naturaleza del Cosmos, al igual que el sonido y la luz, se puede estudiar con las mismas ecuaciones matemáticas que desentrañan el complejo mundo ondulatorio de ambos fenómenos. Así, el día 12 de mayo de 1938, Tesla impartió, como explica William R. Lyne en su obra “OCCULT ETHER PHYSICS”, en el Instituto de Bienestar del Emigrante, una conferencia en la que abordaba su “TEORÍA DINÁMICA DE LA GRAVEDAD” enunciada muy anteriormente y apoyada en su nuevo descubrimiento, muy criticado cuando lo publicó: las ondas gravitacionales.

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   En la actualidad, se las llama “distorsión espacio-temporal del tejido espacial”, es decir, distorsión del ether de Tesla. Sí, es más sugerente y comprensible a pesar de su dificultad imaginativa. Concebir que existe “algo” entre los cuerpos celestes o entre las partículas subatómicas que permite la transmisión, en forma de onda, de una fuente de energía sobrante de la gravedad entre cuerpos es bastante complicado. A pesar de ello, no deja de ser sugerente y motivador para quienes no tienen por qué resolver las complejas ecuaciones matemáticas que lo demuestran. Llamémoslas  ondas gravitacionales y no gravitón, a punto de aparecer si no lo ha hecho ya sin enterarnos, o ¿es el gravitón el gran descubrimiento de días pasados? Esperemos a saber si llaman de esta forma o dejan tal cual la han nombrado, es igual, a esta mágica energía que, en un futuro no lejano, permitirá viajar por el espacio utilizando esa inmensa fuente energética o concentrarla para alcanzar velocidades y tiempos inimaginables en la actualidad.

   A la vez, empecemos a soñar, ya con los ojos abiertos, en las once dimensiones espaciotemporales que la Física Cuántica cuasi determina para las supercuerdas y sus manifestaciones energéticas. Una nueva era de la investigación en lo inmensamente grande y lo inmensamente pequeño nos está envolviendo, afortunadamente. No es baladí enterarnos de lo ocurrido en un principio, debemos empezar a prepararnos para lo que podríamos denominar tercer segundo de existencia del Cosmos , la actualidad. 
    

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