sábado, 1 de septiembre de 2018

RECURSOS Y NATURALEZA


PUEBLOS TRIBALES

Antonio Campillo Ruiz
Si no podemos quedarnos,
la jungla no sobrevivirá.

TRIBU BAIGA, INDIA


   El ochenta por ciento de las zonas con mayor biodiversidad de la Tierra son el hogar de pueblos indígenas y tribales. Mucho antes de que el término “conservación” se pronunciase por primera vez, los pueblos indígenas desarrollaron medidas muy eficaces para mantener la riqueza de su medio. Cuentan con sofisticados códigos de conservación de la naturaleza para detener la caza excesiva y preservar la biodiversidad. Sin embargo, se afirma con frecuencia y de forma errónea, que sus tierras son “vírgenes” o inexploradas a pesar de que comunidades indígenas de todo el mundo hayan dependido de ellas y las hayan gestionado durante milenios. Incluso las regiones “vírgenes” más conocidas del mundo, como Yellowstone, la Amazonia o el Serengueti, son de hecho la patria ancestral de millones de indígenas que cuidaron y protegieron sus entornos naturales durante muchas generaciones.


   Los pueblos indígenas y tribales están siendo expulsados ilegalmente de estos territorios en nombre de la “conservación” de la naturaleza. Ahora son acusados de “caza furtiva” porque cazan para alimentar a sus familias. Y se enfrentan a arrestos y palizas, tortura y muerte, mientras se fomenta la caza mayor o caza de trofeos para ricos capitalistas y poderosos extranjeros que pagan por ella. Las grandes organizaciones conservacionistas están colaborando con la industria y el turismo, y destruyendo a los mejores aliados del medioambiente. Las grandes organizaciones conservacionistas son cómplices de la destrucción de la Naturaleza.


   Sobre el papel subrayan la necesidad de obtener el consentimiento libre, previo e informado de los pueblos indígenas antes de iniciar la creación de un área protegida sobre los territorios que habitan. A menudo, reconocen también su derecho a seguir utilizando los recursos naturales locales. Sin embargo en la práctica financian un modelo de conservación de la naturaleza militarizado que conduce a la persecución de cazadores-recolectores inocentes, se asocian con industrias que roban tierras indígenas y desarrollan proyectos que desembocan en expulsiones ilegales.


   En Camerún, los indígenas bakas que osan adentrarse en la que fuera su selva, de la que han sido excluidos, son aterrorizados por patrullas antifurtivos financiadas por WWF (el Fondo Mundial para la Naturaleza). En la India hay pueblos tribales expulsados de sus tierras en las reservas de tigres mientras el Departamento de Bosques fomenta que el turismo se dispare.


   Ha llegado la hora de un nuevo modelo de conservación de la naturaleza: uno que respete el derecho internacional, que coloque los derechos de los pueblos indígenas y tribales en el centro y que reconozca que son los mejores conservacionistas y guardianes del mundo natural. Esto supondría el avance más significativo de la historia para una auténtica protección medioambiental. Porque los pueblos indígenas cuidan el medio mejor que nadie.


   La conservación de la naturaleza puede y debe hacerse de otra forma. Se deben aceptar las pruebas crecientes que demuestran que los pueblos indígenas cuidan de sus entornos naturales mejor que nadie. Las enormes sumas de dinero gastadas en la conservación deben destinarse a la solución más económica: respetar los derechos territoriales de los pueblos indígenas y tribales. Basta de abusos y gestiones de quienes no conocen ni la Naturaleza ni los recursos que nos aporta. El equilibrio entre habitantes que saben cómo vive el ser humano en estado natural y los recursos debe ser cuidado y apoyado por todos los habitantes de la Tierra. Gestionar sin conocer supone alcanzar un suicidio colectivo de consecuencias irreparables. 


Antonio Campillo Ruiz

1 comentario:

  1. Esperemos que es e nuevo modelo conservacional de la Naturaleza,
    respetando a los pueblos indígenas, se consiga.
    El planeta ganaría, ganaríamos todos.

    Un abrazo

    ResponderEliminar