martes, 14 de septiembre de 2010

EL TIRO POR LA CULATA

FALIBILIDAD

María Luisa Arnaiz Sánchez

Monja recolectando falos. 
Reproducción del “Roman de la Rose”
 
   El cardenal Segura en los años 50 “arrancó el pene a escoplo” a ocho estatuas romanas del Museo Arqueológico de Sevilla cuenta Francisco Umbral en “Fábula del falo”. Añade que Alberto Shommer lo descubrió y dejó testimonio fotográfico del hecho; después los indecentes y libidinosos miembros, como si de reliquias se tratase, “los genitales, debidamente etiquetados”, se hallaron dentro de una caja en el sótano del museo. Prosigue diciendo que “En el caso de las mutilaciones de Sevilla, el cardenal Segura consigue todo lo contrario de lo que se propone…(porque) queriendo suprimir toda una cosecha de falos, les devuelve la vitalidad, el riego y la fuerza que tuvieron los modelos vivos de las estatuas”. Con esta última afirmación, que apruebo firmemente, quiero establecer el nexo entre la ignorancia clásica, la impostura medieval y el disimulo moderno.

Roland Topor

     En las Tesmoforias, fiestas en honor de Démeter, protectora de las semillas de cereal, solo podían participar las mujeres casadas y para ello se recluían durante tres días en el Thesmophorion, recinto sagrado en el que ayunaban y se purificaban, mientras se arrojaban figurillas de falos, tortas, piñas y cerdos en las criptas sagradas, con el fin de vivificar la tierra y estimular los embarazos. Las “hendiduras de las diosas” estaban custodiadas, vox populi, por serpientes que devoraban lo que allí se echaba y, cada vez que se iba a celebrar el festival, unas partícipes ahuyentaban a los ofidios dando palmadas, recogían los restos y los llevaban al altar. Había quien creía que, sembrando aquellos trozos podridos junto con las simientes, tendría una buena cosecha.

                       Riego de falos                                        Ofrendas a Démeter                                   
   Traer a colación este resumen obedece a que en la Grecia clásica y en la mentalidad de quienes concurrían a estos ritos el origen de la vida y el de la fertilidad eran una misma cosa. En consecuencia, “abonaban” tanto los vientres como los surcos.

Museo Arqueológico. Corinto
 
    A finales del siglo XII Jean Bodel narró una jocosa parodia erótica. Se trata de los sueños de una dama insatisfecha y devoradora de hombres, que es como se veía a la mujer en la literatura misógina. En Sohait des vez, juego de palabras: “des vez” por “vits”, falo, y “devez”, “insensé”, imposible, el autor presenta a una rica ama que espera el final de una buena comida para refocilarse con su marido, el cual, no bien acabadas las libaciones, se queda durmiendo para su decepción. He aquí el pasaje ilustrativo:

   “Encore pleine de désir, elle finit par s'endormir et je vous jure sans mensonge, voici le rêve qui lui vint. Elle était à un marché annuel, à nul autre pareil on n'y vendait que des couilles et des vits…Pour trente sous, on en avait un bon, et pour vingt un bien tourné. Il y en avait pour les pauvres gens, de petit étal au coït, pour dix sous et même huit force de regarder partout, elle arriva à un étal où il y en avait un gros et long...”

“Llena de deseo, termina por dormirse y juro que esto fue lo que soñó. Estaba en una feria anual donde se vendían nada más que pichas y cojones…Por treinta perras se podía adquirir un buen miembro y por veinte uno bien torneado. Hasta para la gente pobre había puestecillos donde encontrar algo para (simular) un coito, por diez e incluso por ocho perras; llegó a un puesto en el que había uno grueso y largo…”.

Lucien Freud
 
   En el “Roman de Renart”, conjunto de textos de los siglos XII y XIII que parodian el amor cortés, Ysengrin, el lobo salvaje castrado por un dogo, encontró a su mujer, la loba señora Hersent, hecha una furia al acostarse y todo porque la libertad sexual de monjas y monjes medievales era proverbial. De nuevo se presenta a la mujer como sexualmente insaciable. Este es el fragmento:

“Dame Hersent le harcèle, lui se retourne et elle le tâte à l'endroit où normalement et raisonnablement devrait se trouver son sexe. Pas la moindre andouille!
- Misérable, dit-elle, où sont les pendeloques qui étaient là d'habitude? […]
- Madame, dit-il, je les ai prêtées à une nonne voilée [...]. Mais elle m'a bien promis de me les rendre. [...]
Hersent éclate:
- Partez vite, ventre à terre, et dites à cette nonne de vous rendre votre couille (cojones) à la minute même car il suffirait (será suficiente) qu'elle en goûte une fois pour oublier aussitôt ses serments (juramentos) et refuser à tout jamais de vous la rendre. [...] je n'ai plus le cœur à vivre maintenant que je suis privée de la chose que j'aimais le plus. [...] Puisqu'il ne peut plus faire la chose, que donc peut-il me servir?”

   “La señora Hersent le atosiga, le aprieta, él se da la vuelta y ella le palpa alrededor de donde normalmente debería encontrar su sexo. ¡Ni pizca de embutido!  
- ¡Miserable!, le dice, ¿dónde están los que cuelgan? […]
- Señora, se los he prestado a una monja […], pero me ha prometido devolvérmelos. […]
- Hersent estalla: Pega la barriga al suelo y sal corriendo. Dile a la monja que te devuelva tus cojones ¡ya!, porque bastará que los pruebe una vez para olvidar su promesa y se negará a devolvértelos. […] Yo no puedo vivir sin lo que más me gusta en el mundo […] Si yo no puedo hacer ‘la cosa’, ¿de qué me sirve vivir?”

Modigliani
 
   En ambas historietas queda patente que lo sucedáneo no agrada. Las cosas pueden tener las mismas propiedades pero nada hay que reemplace lo bueno, lo excelente, lo superior. Se puede echar mano de martingalas, olisbos y ¡hasta de obispos si es preciso!, mas ¡ay, placebos todos! Si el placer, no place…

Exposición El infierno de la Biblioteca. Eros en secreto
 
   La Biblioteca Nacional de Francia (BNF) patrocinó una exposición en diciembre de 2007 bajo el título de “El infierno de la Biblioteca. Eros en secreto” para dar a conocer toda clase de libros, postales e impresos eróticos, catalogados por la Biblioteca Real desde 1844. Por primera vez ese raro departamento con el nombre de “infierno” iba a desvelar las extravagancias depositadas en sus anaqueles. Nunca figuró allí “Oppiano Licario” de Lezama Lima, cuyo retazo cierra la presente selección:

   “Champollion terminaba un cuadro que creía del gusto de Abatón. Desde el día anterior había extendido una capa de aparejo blanco sobre la tela. Cuando Champollion pensaba que sus marchantes, casi todos ellos aquejados de la manera griega, lo iban a visitar, según el dossier preferencial que él les atribuía, distribuía tres falos si eran simpatizantes, cinco, si eran convictos recalcitrantes, sobre la capa del aparejo. Esos falos ocultos en el cuadro actuaban con virtudes totémicas.”

Pierre Klossowski
 
   Con ese pensamiento sibilino se pone de manifiesto que quienes no tienen escrúpulos y conocen un secreto pueden utilizarlo en su favor para atenazar a los implicados. El “querer es poder” aforístico pasó a “el dueño de la información domina”, porque saber es poder. Los griegos no sabían en su momento ciertas cosas y los machistas siguen sin querer saber que no son hombres; por eso los falsos artistas saben embaucar y embelesar a la gente con su doblez y los “salvainfiernos” de la moral prefieren el ocultamiento. Ayer y hoy.

Calla Lilies. Tamara de Lempicka
 
N. B. La autora es responsable de la traducción.



1 comentario:

  1. Me encanta aprender de tus artículos María Luisa...

    Y me ha gustado muchísimo esa opinión sobre los "salvainfiernos"... es auténtica...

    Gracias...

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