EMBRIAGUEZ
María Luisa Arnaiz Sánchez
Janto Garrucho
DESPUÉS DE LA ORGÍA
BEN SUHAYD DE CÓRDOBA, XI
Cuando llena de su embriaguez se durmió
y se durmieron los ojos de la ronda,
me acerqué a ella tímidamente, como el amigo
que busca el contacto furtivo con disimulo.
Me arrastré hacia ella insensiblemente como el sueño;
me elevé hacia ella dulcemente como el aliento.
Besé el blanco brillante de su cuello;
apuré el rojo vivo de su boca.
Y pasé con ella mi noche deliciosamente,
hasta que sonrieron las tinieblas,
mostrando los blancos dientes de la aurora.
EL RÍO DELA MIEL
BEN ABI RUH DE ALGECIRAS, XII
EL RÍO DE
BEN ABI RUH DE ALGECIRAS, XII
Detente junto al río de la Miel y pregunta por una noche
que pasé allí hasta el alba, a despecho de los censores,
bebiendo el delicioso vino de la boca o cortando la rosa del pudor.
Nos abrazamos como se abrazan los ramos encima del arroyo.
Había copas de vino fresco y nos servía de copero el aquilón.
Las flores, sin fuego ni pebetero, nos brindaban el aroma del áloe.
Los reflejos de las candelas eran como puntas de lanzas
sobre la loriga del río. Así pasamos la noche hasta que
nos hizo separarnos el frío de las joyas. Y nada excitó más
mi melancolía que el canto del ruiseñor.
DESPUÉS DE LA ORGÍA
ABU BAKR MUHAMMAD BEN AL MALIK AVENZOAR, XII
Apoyadas las mejillas en las palmas de las manos,
nos sorprendió a ellos y a mí a la luz de la aurora.
En toda la noche había cesado de escanciarles el vino
y de beber yo mismo lo que quedaba en su propia copa,
hasta que me embriagué igual que ellos.
Pero el vino ha tomado bien su venganza: yo le hice
caer en mi boca y él me ha hecho caer a mí.
El río de la miel que embriaga los sentidos, con los poemas, las imágenes...
ResponderEliminarBesos.
PD.- Me quedo viendo la última entrada de Antonio "CREDULIDAD PROVECHOSA", desde lo hago desde el silencio, y mañana, cuando vuelva a verla, de nuevo, la comentaré.
Si "el río de la Miel" es un tópico literario agradable, "el frío de las joyas" por 'las estrellas' me parece fascinante, sobre todo pudiéndolas contemplar tras una noche de amor en plena naturaleza.
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