COPEROS
María Luisa Arnaiz Sánchez
Arab Boy with Desert Candles, Herbert List
EL ESCLAVO RASURADO
YUSUF BEN HARUN AL-RAMADI DE CÓRDOBA, XI
Le rasuraron la cabeza para vestirlo de fealdad
por celos y miedo de su hermosura.
Antes de que le rasuraran era noche y aurora,
han borrado la noche y le han dejado en aurora.
EL LUNAR
ABD AL-AZIZ BEN HABRA DE GRANADA, XI
En la mejilla de Ahmad hay un lunar que
hechiza a todo hombre libre de amor: parece
un jardín de rosas cuyo jardinero es un abisinio.
EL COPERO
AL-MUTAMID, REY DE SEVILLA, XI
El copero, esbelto y coqueto,
al escanciar el vino,
ejerció su fina ciencia.
¡Oro fundido en agua helada!
EL BOZO
BEN AISA DE VALENCIA, XII
Si amabas su rostro porque era un jardín donde
crecía el fragante narciso y la rosa colorada,
ámalo más ahora y con mayor pasión,
porque ahora con el bozo hay también violetas.
ESCENA BÁQUICA
BEN JAFACHA DE ALCIRA, XII
El copero de mirada lánguida está en el apogeo
de su hermosura: no hay paciencia que resista y
sufre su belleza. En sus mejillas arde un fuego de amor,
que, sin embargo, aún no levanta humo de vello
en sus sienes. Escanció el vino cuando la media luna
brillaba en la tarde, curva como el hierro la de la lanza que
se dobla al chocar con la coraza del héroe… Corre el negro
corcel de la nube de lluvia, cuya fruta es el relámpago
y cuyas riendas son el aquilón. El azafrán del sol ha ungido
el cuello del jardín, cubierto por las perlas dispersas de la
escarcha. La espesura divulga maliciosamente los secretos
del jardín, sirviéndole la flor de boca y el céfiro de lengua.
El las mejillas arde un fuego de amor, y el alma se convierte en un cálido jardín de flores.
ResponderEliminarNo me canso de repetir que me encantan las imágenes que compartes.
Besos.
A mí me atrae en estos poemas tanto la belleza masculina, como la personificación de la Naturaleza.
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