EL RECTO
Markus Schinwald
EL RECTO
Tenía la heroica manía bella de lo derecho, lo recto, lo cuadrado. Se pasaba el día poniendo bien, en exacta correspondencia de líneas, cuadros, muebles, alfombras, puertas, biombos. Su vida era un sufrimiento acerbo y una espantosa pérdida. Iba detrás de familiares y criados, ordenando paciente e impaciente lo desordenado. Comprendía bien el cuento del que se sacó una muela sana de la derecha porque tuvo que sacarse una dañada de la izquierda.
Cuando se estaba muriendo, suplicaba a todos con voz débil que le pusieran exacta la cama en relación con la cómoda, el armario, los cuadros, las cajas de medicinas.
Y cuando murió y lo enterraron, el enterrador le dejó torcida la caja en la tumba para siempre.
Juan Ramón Jiménez
Se quedó con el recto torcido para siempre.
ResponderEliminarCómo me ha hecho reír tu comentario. ¡Qué chispa!
ResponderEliminarQue triste! Torto para a eternidade.
ResponderEliminarUm grande beijo
Me he colado en tu espacio por unos momentos sin tu permiso y me he recreado leyendo tus trabajos que me parecen muy interesantes.-
ResponderEliminarSaludos cordiales:
Antonio Baños
Mi amiga... es no tener suerte!!!... Genial...
ResponderEliminarBesitos...
Su destino lo "torció". Gracias, Gisa.
ResponderEliminarAntonio, gracias por tu amabilidad.
ResponderEliminarHola Beatriz, ojalá la manía del protagonista no se apropie de nosotros. Total...
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