Suzanne Leenhoff
María Luisa Arnaiz Sánchez
La ninfa sorprendida (Suzanne Leenhoff), Manet
Manet, 1832-1883, procedía de una familia burguesa acomodada y en su casa daba clases de piano la holandesa Suzanne Leenhoff, dos años mayor que él. En 1852 Suzanne dio a luz a Léon, concebido seguramente de Manet aunque las malas lenguas se lo atribuyeron a su padre, le puso su apellido y lo hizo pasar por su hermano. Édouard se casó con ella en 1863 a la muerte de su progenitor, legitimando así la relación que mantenía oculta desde 1850. Manet pintó a su mujer en muchas ocasiones y solo dejó de hacerlo cuando fue haciéndose mayor. Un amigo la describió por entonces como “la holandesa gorda y tranquila”, sin embargo en los círculos artísticos era elogiada por su imperturbabilidad y por su amabilidad. Así la retrató.
La lecture (Suzanne Leenhoff y Léon leyendo), Manet
Madame Manet en un sofá azul, Manet
Madame Manet at Bellevue, Manet
Madame Manet, Manet
Madame Manet, Manet
Woman with a Cat (Suzanne Leenhoff), Manet
Madame Manet al piano, Manet
Madame Manet in the Conservatory, Manet
Photograph of Suzanne Leenhoff, Bibliothèque Nationale, Paris
Unidos pela vida e pela arte.
ResponderEliminarUm grande bj querida amiga
Gracias M.L.
ResponderEliminarAl margen de comidillas o de si estaba flaca o gorda. como te ha dicho Gisa, ambos acabaron unidos en la vida y en el arte.
ResponderEliminarMe gusta una barbaridad este pintor, como otros impresionistas que también adoro: Monet. Van Gogh, Camille Pissarro, Renoir...
Son una delicia las pinturas que sacáis en este blog.
Un beso, Mª Luisa.
Compartes la belleza y la entregas a quienes queremos compartirla, Mª Luisa.
ResponderEliminarGracias por ello.
Alicia
En los retratos me parece una señora deliciosa. No me hubiera importado ser esa holandesa gorda y tranquila.O su gato. Besazos y feliz puente.
ResponderEliminarAl parecer, Gisa, el matrimonio estaba unido por fuertes lazos como dices. Un abrazo.
ResponderEliminarHola, Enrique, intenté que viéramos cómo madura una mujer. Saludos.
ResponderEliminarCon lo que me dices, Isabel, y por ser también de mi gusto, intentaré otras páginas parecidas. Besos.
ResponderEliminar¿Qué tal, Alicia? Es agradable saber que otros disfrutan con lo expuesto. Un caluroso saludo.
ResponderEliminarCuánta razón tienes, Isabel. Lo perdurable es nuestra envidia. Besos.
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