EL REVÓLVER
Antonio Campillo Ruiz
Charlotte Berend-Corinth con su hijo Thomas, Lovis Corinth
EL REVÓLVER
Varios años después, en época de Navidad, recibí un paquete de mi madre. Contenía el revólver con el que mi padre se había matado. Había una tarjeta en la que mi madre decía que pensaba que me gustaría tenerlo. No supe si era un presagio o una profecía.
Ernest Hemingway
Um pensamento...
ResponderEliminarUm grande bj querido amigo
Brillante cita, Antonio, sobria, concisa y elocuente.
ResponderEliminarSeguramente fue maldad.
ResponderEliminarEso creo.
O brutalidad. Las madres también pueden serlo. No todas.
Alicia
Un pensamiento y algomás. No me atrevo a opinar pero el 2 de julio de 1961 se disparó a sí mismo y murió.
ResponderEliminar¿Cómo podríamos llamar entonces al regalo del cuento ya que fue escrito por él mucho antes?
Un fuerte abrazo, Gisa.
Desde luego, Enrique.
ResponderEliminarErnest Hemingway sabía escribir muy bien y..., le gustaba mucho adelantarse a los acontecimientos que se desarrollaban a su alrededor.
¿Siempre pensó en suicidarse? Creo que no. Se divertía con las posibilidades que se le presentaban al macabro juego de las probabilidades.
Un fuerte abrazo, Enrique.
Por supuesto, Alicia.
ResponderEliminarLas madres pueden llegar a ser cualquier cosa. Algo que no he comprendido hasta hace poco tiempo. Sin embargo, creo que el suicidio de su marido no debía implicar el suicidio de su hijo.
Prefiero pensar que fue un regalo de muy mal gusto aderezado, eso sí, de un poco de desprecio por la muerte de un suicida.
Un fuerte abrazo, Alicia.
Tremenda prolepsis en la cita que dejas, Antonio.
ResponderEliminarQuizás la crónica de una biográfica muerte anunciada...
Un abrazo, Antonio.
No me gustaría que mi madre me hiciera ese regalo, pero ya se sabe que las madres se creen con derecho a todo por el solo hecho de ser tales.
ResponderEliminarUn abrazo, querido Antonio.
No me gustan las armas, ni esa clase de regalos aunque mi madre me lo regalara.
ResponderEliminarUn beso.