BERTHE
María Luisa Arnaiz Sánchez
Ramillete de *violetas, Manet, 1872
(Texto: A Mlle Berthe [Mo]risot / E. Manet)
“He ido a llevar unos libros a casa de Manet y lo he encontrado muy feliz con su modelo Gonzalès (presentada por Alfred Stevens al pintor)…Manet no se movió de su taburete. Me ha preguntado por ti y le he dicho que te daría noticias de su frialdad. En este momento estás apartada de sus pensamientos. Mlle G. tiene todas las virtudes, todas las gracias; es una mujer completa…No había nadie el último jueves en casa de Stevens, excepto M. Degas” le escribió Marie Cornélie a su hija pues sabía que estaba enamorada del pintor y quería que se desengañara. Sin embargo al maestro le gustaba excitar sus celos y así se lo contaba ella a su hermana Edma: “Manet siempre está sermoneándome y poniéndome como ejemplo a la señorita Gonzalès. Ella posee elegancia, perseverancia y es capaz de llevar a cabo aquello que se propone, mientras que yo no soy capaz de nada”. La que fue retratada catorce veces por Manet entre 1968 y 1874 es reconocida no solo por “el Negro, el negro absoluto…el negro que pertenece solo a Manet” según Paul Valéry, sino por llevar un abanico en varias ocasiones: en un caso se oculta entre sus varillas en lo que parece un gesto cómplice con el pintor; en otro, mantiene el país abierto y juguetea con él. Berthe permaneció soltera hasta que a los treinta y tres años Manet le insinuó que se casara con su hermano. Casada con Eugène Manet en 1874, pudo seguir viéndose abiertamente con Édouard.
(*Según la tradición, las violetas significan el deseo.)
(*Según la tradición, las violetas significan el deseo.)
Berthe Morisot, Manet, 1868
Berthe Morisot, Manet, 1869
Berthe Morisot, Manet, 1870
Berthe Morisot con ramillete de violetas, Manet, 1872
Berthe Morisot con un abanico, Manet, 1872
Berthe Morisot on a divan, Manet, 1872-73
Berthe Morisot, Manet, 1873
Berthe Morisot à l’éventail, Manet, 1874
Portrait of Berthe Morisot with Hat, in mourning, Manet, 1874
Hola María Luisa, ese ramillete de violetas es increíble de Manet.
ResponderEliminarCierro los ojos y me parece que me llega su perfume, único e indescriptible.
Gracias por seguir en esta búsqueda de la belleza.
Alicia
Llevaba razón Paul Valéry: ese negro de Manet es bien propio y característico suyo de forma exclusiva.
ResponderEliminarMe impresionó el primer cuadro con el ramillete de violetas y el abanico. No lo conocía y me parece precioso.
Un abrazo lleno de complicidad.
El ramillete de Manet ¿no será el que luce Berthe en el cuarto retrato? Claro que no, pero ¡qué fragancia! Saludos.
ResponderEliminar¿Sabes lo que pienso, Isabel? Su significado: su secreto. Besos.
ResponderEliminarMagnífica entrada.
ResponderEliminarManet, maravilloso ramito de violetas, para mí inédito, no lo conocía y me ha encantado.
Un abrazo.
Cuántos recuerdos nos puede traer el famoso "ramito", ¿verdad, Beatriz? Un cordial saludo.
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