María Luisa Arnaiz Sánchez
Kenne Gregoire
¿Es que, acaso, estimáis que por creer
en la inmortalidad,
os tendrá que ser dada?
Es obra de la fe, del egoísmo
o la desolación.
Y si existe, no importa no haber creído en ella:
respuestas ignorantes son todas las humanas
si a la muerte interroga.
Seguid con vuestros ritos fastuosos, ofrendas a los dioses,
o grandes monumentos funerarios,
las cálidas plegarias, vuestra esperanza ciega.
O aceptad el vacío que vendrá,
en donde ni siquiera soplará un viento estéril.
Lo que habrá de venir será de todos,
pues no hay merecimiento en el nacer
y nada justifica nuestra muerte.
Francisco Brines, “Aún no” 1971
Nada nunca justificará a morte.
ResponderEliminarUm grande bj
Así es, Gisa, pero esa creencia de ser inmortal me parece de tarados. Saludos.
ResponderEliminarUna bloguería genial. M.L.
ResponderEliminarGracias, Enrique. Yo suscribo la conclusión de Brines. Un abrazo.
ResponderEliminar