LA CORRIDA
María Luisa Arnaiz Sánchez
Torero, Ramón Gaya
Si les dijera que la locución “tenerlos bien puestos” procede de los toros, ¿se extrañarían? El referente son… ¡los cuernos! según supe por Tierno Galván y, aunque no me gustan las corridas, seguí leyendo su obra “Los toros, acontecimiento nacional”: “Don Juan coincide con el torero. Uno y otro son dos versiones de una misma, profunda, postura ante el mundo. Don Juan burla a las mujeres; el torero, al toro. Don Juan juega con el amor; el torero, con la muerte…Don Juan diestro del amor; el diestro, Don Juan de la muerte”.
Torero, Eduardo Arroyo
Continúa “el viejo profesor”: “La presencia de la muerte en la fiesta, elemento esencial y constitutivo de ella, pone al espectador en contacto con la insoslayable cuestión de ser o dejar de ser…los toros son la presencia de la muerte, la espera de la muerte, el advenimiento de la muerte…el único acontecimiento en que la muerte es espectáculo son los toros…Si los toros son la parusía de la muerte, el donjuanismo es la parusía de la vida.”
Fletcher Martin
En razón de lo expuesto, les selecciono este fragmento de García Lorca sobre la muerte del “torero del 27”, Ignacio Sánchez Mejías:
¡Que no quiero verla!
Dile a la luna que venga,
que no quiero ver la sangre
de Ignacio sobre la arena.
que no quiero ver la sangre
de Ignacio sobre la arena.
¡Que no quiero verla! […]
Por las gradas sube Ignacio
con toda su muerte a cuestas.
Buscaba el amanecer,
y el amanecer no era.
Busca su perfil seguro,
y el sueño lo desorienta.
Buscaba su hermoso cuerpo
y encontró su sangre abierta.
¡No me digáis que la vea!
No quiero sentir el chorro
cada vez con menos fuerza;
ese chorro que ilumina
los tendidos y se vuelca
sobre la pana y el cuero
de muchedumbre sedienta. […]
con toda su muerte a cuestas.
Buscaba el amanecer,
y el amanecer no era.
Busca su perfil seguro,
y el sueño lo desorienta.
Buscaba su hermoso cuerpo
y encontró su sangre abierta.
¡No me digáis que la vea!
No quiero sentir el chorro
cada vez con menos fuerza;
ese chorro que ilumina
los tendidos y se vuelca
sobre la pana y el cuero
de muchedumbre sedienta. […]
¡Oh blanco muro de España!
¡Oh negro toro de pena!
¡Oh sangre dura de Ignacio!
¡Oh ruiseñor de sus venas!
No.
¡Que no quiero verla!
¡Oh negro toro de pena!
¡Oh sangre dura de Ignacio!
¡Oh ruiseñor de sus venas!
No.
¡Que no quiero verla!
“Llanto por Ignacio Sánchez Mejías”
Corrida de toros: muerte del torero, Picasso, 1933
Hola Antonio, personalmente no me gustan las corridas de toros, por el maltrato y muerte que sufre el animal, estoy en contra de ellas. Pero me ha impresionado la comparación sobre Don Juan y el Torero, es cierto que los dos son dos burladores, de las mujeres, de la muerte... me encanta lo que escribes...
ResponderEliminar"Si los toros son la parusía de la muerte, el donjuanismo es la parusía de la vida.”
Y es que Don Enrique Tierno Galván, siempre rizó el rizo en todo lo que escribió.
Un abrazo.
Un abrazo
Desde luego, Ángeles, Tierno Galván escribía conforme a lo que era: un hombre culto. Su comparación entre el torero y don Juan me resultó muy acertada. Saludos.
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