Antonio
Campillo Ruiz
Joven mujer Awás
Cuando Mitch
Anderson habla o escribe de los Awás,
una de las muchas tribus aisladas de la Amazonia, dice: “Si no podemos respetar el
derecho de las últimas tribus del planeta que viven en aislamiento a decidir su
propio destino, ¿en qué nos diferenciamos de los conquistadores de hace 500
años, a quienes con tanta contundencia condenamos por su violencia y avaricia?”
Adolescente Awás
Aislados y sin
defensas del estado, los Awás están
huyendo de los madereros ilegales que han invadido sus tierras. El ministro de
Justicia de Brasil puede enviar a la policía para arrestar a los madereros e
impedir que vuelvan pero se necesita dar un paso para que la injusticia no se
consuma: la voluntad política del Estado para preservar a unos habitantes que
viven en paz en sus tierras. Repito, en sus tierras.
La destrucción del medio
¿Cuántas tribus
como esta sobreviven en la actualidad en una precariedad motivada por la ambición
desmedida y la destrucción del medio? Muchas. Son muchas las tribus que en la
Amazonia tratan de sobrevivir en un estado seminómada a causa de la desaparición
de tierras de cultivo, caza y pesca, debido a la inmensa contaminación y
deforestación que se consiente desde todos los países en desarrollo del mundo.
Deforestación de la Amazonia
Los Awás empiezan a desaparecer de forma
inexorable. Los cambios en sus costumbres, vestidos e incluso modernas
herramientas, no dan tiempo a una evolución progresiva y lenta, muy lenta, como
deben ser los hitos evolutivos para que el brutal choque cultural y de medios no
contribuya a una asimilación, que no evolución.
Adolescentes Zoé
Otra tribu, menos
conocida debido a que la ubicación de su territorio es secreta, los Zoé, no posee nada que pertenezca al
mundo moderno. La única excepción, claro está, ha sido posiblemente su
sorpresa ante el avión que llevó a los reporteros del documento que se adjunta,
al frente de los que se encuentra Luis
Miguel Domínguez, y las extrañas vestimentas de estos humanos. Su vida
cotidiana, sus costumbres, sus ritos, su respeto por todos los seres vivos,
incluso los que cazan para comer, son un ejemplo a seguir frente a la suprema locura
en la que vivimos las autodenominadas personas modernas.
El descanso de los Zoé
NOTA URGENTE DE ÚLTIMA HORA:
Si está interesado en las últimas noticias, 3:34 de 24/05/12,
acerca del maltrato a la Amazonia, entre en este enlace:
Es muy importante visionar el reportaje a plena
pantalla
No los dejarán tranquilos.
ResponderEliminarTe recomiendo este otro vídeo. Viendo cómo "come" esa máquina puedes calcular el poco tiempo que les queda para subir a los árboles.
http://www.youtube.com/watch?v=3HppdYIpX5E
Por desdicha, no hemos superado las leyes mas barbaras de la naturaleza: una especies se cargan a otras. Parecia que el asunto etico se iba a imponer, pero Quia! Los sapiens le segaron la hierba a los neandertales. Y seguimos por un estilo.
ResponderEliminarA veces pienso y me pregunto, amigo Antonio: ¿Quien fuera Zoé? No padece el que no conoce o, ya sabes, la vehemencia de la ignorancia.
ResponderEliminares curioso que la importancia de las cosas sean inversamente proporcional a la distancia en que producen. Mundo.
Thornton, así es. Pero, como en "Soylent Green", "Cuando El Destino Nos Alcance", en español, de Richard Fleischer, 1972, Thorn, herido grave, levanta la mano ensangrentada y grita: "¡Hay que decirlo, hay que decirlo...!", tenemos la obligación racional de hacer lo mismo: decirlo a pesar de que probablemente no lo crean. Su amigo y colaborador Sol Roth muerto, los habitantes de la Tierra en peligro..., pero ¡Hay que decirlo!
ResponderEliminarSi no lo decimos esos cuatro locos que tratamos de proteger a unas trescientas personas frente a millones, ¿qué será de nuestro espíritu de solidaridad?
Este reportaje, inédito en muchos de los foros en los que se trata de realizar un proteccionismo de salón, es un espejo en donde tendríamos que mirarnos, no para volver a este estado primitivo, algo que siempre se confunde con la conservación de la Naturaleza, sino para aprender lo que es conciencia social y libertad.
Un fuerte abrazo, Manri.
Cierto, Mariano. La brutalidad del hombre contra el hombre es inmensa, destructiva e inútil.
ResponderEliminarInmensa porque las barbaridades cometidas en las distintas etapas históricas de la evolución humana han superado cualquier medida que la mente pueda abarcar.
Destructiva porque por alcanzar unos supuestos beneficios se destruyen aquellos que son imprescindibles para obtener los primeros.
Inútil porque esos supuestos beneficios son agotables. Cuando así sucede, nada de lo obtenido con destrucción se puede reutilizar.
Una desgracia como otra cualquiera: la ambición amparada en esa palabra tan de moda denominada progreso.
Un fuerte abrazo, Mariano.
A los Zoé, Enrique, les llaman "la tribu feliz". En el reportaje, siento su metraje, no se explica nada más que la vida cotidiana de estas personas, su trabajo cotidiano, su unión, sus relaciones. No pretende exponer la sufrida contraposición que suelen hacer algunos programas de antropología filosofando acerca de la belleza natural, es sólo la vida.
ResponderEliminarLa cuestión es si lo que se ignora es necesario para poder vivir felizmente. Una difícil pregunta para mí.
Un fuerte abrazo, Enrique.
No me extraña que le llamen "la tribu felíz" pues así se les ve. Qué interesante todo.
ResponderEliminarY sigo pensando en la pregunta si es necesario para vivir (felíz) lo que ignoramos. Viendo este vídeo no me parece difícil la respuesta.
Un abrazo.
Pilar, me ha encantado que te haya agradado el documental. Su metraje "impone un poco" pero es tan interesante, tan importante para aprender que sin Prozac se puede ser feliz, que vivir en comunidad es posible...
ResponderEliminarSí, la pregunta que te haces es inmediata tras visionar el reportaje.
A pesar de ello, creo que no es importante volver a este estado prehistórico. Creo que podríamos copiar de esta tribu su capacidad para vivir en comunidad.
Su estructura social es tan diferente a lo que denominamos sociedad moderna que, al visionar las imágenes tan sencillas como la vida de los Zoé, con mucha frecuencia, les envidiamos y desearíamos poder sentir su paz, su tranquilidad, su felicidad.
Existen momentos en el vídeo tan entrañables, tan íntimos, tan cercanos, que nos elevan a estados inapreciables en nuestro cotidiano quehacer.
Muchas gracias por tu comentario.
Un fuerte abrazo, querida Pilar.